Arte pintado con luz y movimiento

El colectivo coruñés M.O.M. lleva su propuesta inmersiva de videoarte a la Iglesia de las Capuchinas en el marco del festival de vanguardia Fanzine Fest

Manuel, Myriam y Óscar, componentes del Colectivo M.O.M.   | // ARCAY/ROLLER AGENCIA

Manuel, Myriam y Óscar, componentes del Colectivo M.O.M. | // ARCAY/ROLLER AGENCIA / marta otero mayán

a coruña

La iglesia de las Capuchinas se convierte, hoy, en el cascarón de una obra de arte en movimiento de la mano del colectivo M.O.M, un trío coruñés de videocreadores que hoy protagoniza el plato fuerte de la jornada del festival de electrónica de vanguardia Fanzine Fest, que esta semana toma la ciudad. El interior del templo de la calle Panaderas albergará hoy una curiosa experiencia inmersiva de arte en movimiento de la mano de este colectivo, nacido en los pasillos de la Escola de Imaxe e Son coruñesa y forjado en el festival Resis. “Al principio cada uno tenía su trabajo. Un día surgió la posibilidad de acabar trabajando en algo más técnico para el Resis y de encargarnos del diseño técnico de espectáculos de la ciudad. A raíz de eso nos dimos cuenta de que nos interesaba explorar un poco esa técnica llevada a la parte artística”, cuenta Óscar Domínguez, la letra “O” de M.O.M. Las emes, por su parte, son Manuel Fonte, Manute; y Myriam Pato.

Los tres son los responsables de L-23.97, la instalación que explorará la relación entre arquitectura, música y pintura por medio de dispositivos sonoros y sensores que reaccionarán ante el movimiento del público. La instalación está abierta al público entre las 17.00 y las 23.00 horas, y cuenta con la banda sonora del artista gallego Ungar. El colectivo crea experiencias artísticas únicas a través del sonido, la imagen y en el que la propia participación del público es un elemento indispensable para conformar la pieza. “Para que la instalación tenga sentido, la gente tiene que participar activamente. Usamos la iglesia como lienzo gigante para que la gente interactúe con él a través de sensores, que toma los gestos de la mano. Cada participante puede hacerse su propia pieza única. Luego llega otra persona y se reinicia”, describe Domínguez.

El uso de las posibilidades técnicas de la arquitectura es uno de los puntos en los que confluyen los intereses creativos de los componentes del colectivo: así, Myriam Pato bebe de las disciplinas más plásticas como el collage o el stop-motion, Manute aporta su trayectoria como músico y sus conocimientos digitales y Óscar Domínguez se descubrió a si mismo en el terreno de los visuales y la instalación. “Por separado somos personas con inquietudes diferentes, pero nos compaginamos. En la iluminación siempre tirábamos a hacer algo más artístico a través de la arquitectura, más allá del estándar de dar luz únicamente”, cuenta. Además de la instalación de las Capuchinas, el colectivo aporta al festival la proyección de su propuesta Test y se encarga de la parte visual del espectáculo de Cerebral X este sábado en la sala O Túnel.

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