El operador energético municipal, un plan que se ha quedado a oscuras

Dos años después del acuerdo para su creación y tras nueve meses de la elaboración del estudio sobre su viabilidad, la empresa municipal de energía de A Coruña es un proyecto estancado

Paneles fotovoltaicos en el Centro Municipal para el Clima y la Energía Sostenible.   | // LA OPINIÓN

Paneles fotovoltaicos en el Centro Municipal para el Clima y la Energía Sostenible. | // LA OPINIÓN / José Manuel Gutiérrez

A Coruña

El acuerdo entre PSOE y Marea Atlántica en 2019 para la primera investidura de Inés Rey como alcaldesa ya incluía la creación de un operador energético municipal. Cuatro años y medio más tarde, esa iniciativa sigue sin ver la luz y un repaso al presupuesto del Concello para 2024 permite comprobar que no está entre los objetivos del Gobierno local, ya que su puesta en marcha no figura en ninguna partida, así como en la de las empresas municipales de agua y de servicios, Emalcsa y Emvsa.

El Ejecutivo municipal cuenta desde hace nueve meses con el estudio sobre la viabilidad del operador que encargó a las universidades de A Coruña y Santiago en diciembre de 2022 y que le fue entregado el pasado marzo, según pudo constatar este periódico. Desde entonces, no se ha dado ningún avance para que la empresa se constituya, a pesar de que el Concello sí que dio pasos en alguna de las actuaciones que deberían tener relación con ella.

La necesidad del apoyo de Marea Atlántica a una modificación presupuestaria llevó al Gobierno socialista a anunciar en noviembre de 2021 la aprobación de la creación del operador, lo que se hizo en el pleno del mes siguiente. En enero de 2022 se decidió la elaboración del mapa energético municipal para determinar qué instalaciones del Concello podrían albergar equipos de generación eólica o solar y en abril de ese año se reunió por primera vez la comisión municipal sobre el operador.

Pero hubo que esperar hasta diciembre de 2022 para que se encargase el informe que determinase la posibilidad de ponerlo en marcha y esa tardanza no se tradujo hasta ahora en la creación de la empresa tras nueve meses desde la conclusión del documento.

Cuando se elaboró el presupuesto de 2022, volvieron a pactar la inclusión de una partida de 31.500 euros para los trabajos previos a la constitución del operador y otra de 22.000 euros para la apertura de la Oficina da Enerxía, con la que el Concello asesoraría a la ciudadanía sobre tarifas, ahorro, eficiencia y protección de las personas en situación de vulnerabilidad. Aunque en un primer momento se pensó que la oficina debería formar parte de la estructura de Emalcsa, la empresa municipal advirtió de que si finalmente se dedicaría a vender energía mediante el operador, no podría al mismo tiempo aconsejar a los consumidores, ya que se produciría un conflicto de intereses.

Ya en noviembre del año 2021 se habían acordado la creación de oficina en el plazo de un mes, pero, al igual que sucede con el operador, ni se inició su actividad ni hay noticias sobre cuándo podía hacerlo.

De acuerdo con el encargo que el Concello efectuó a las universidades coruñesa y compostelana, el operador energético municipal estaba concebido como una empresa pública de generación de electricidad, aunque también podría adquirirla en el mercado mayorista. La energía producida y adquirida sería suministrada a las instalaciones municipales o a consumidores públicos o privados, en especial a aquellos en riesgo de pobreza energética. También asesoría y promovería la creación de comunidades energéticas de autoconsumo.

Actuaciones

Uno de los movimientos que llevó a cabo el Gobierno local fue la confección del llamado mapa energético municipal, en el que se detallarían los lugares en donde se podría generar electricidad con medios renovables y en los que se podría reducir el consumo. Cuando en enero de 2022 se anunció su elaboración, el portavoz del Gobierno local, José Manuel Lage, la citó como una de las iniciativas municipales destinadas a “facilitar a las personas con menos recursos el acceso a la energía” y destacó el compromiso del Concello para “apoyar a las energías limpias y alternativas”.

En marzo de 2023, poco antes de las elecciones municipales, el Ejecutivo local dio a conocer los primeros datos del mapa. De las 198 instalaciones del Concello estudiadas, solo en 47 sería viable generar energía, en 41 casos mediante placas fotovoltaicas y en las seis restantes con aerogeneradores. En todas ellas sería necesario estudiar su viabilidad técnica, estética y patrimonial antes de tomar la decisión final. En otras 28 dependencias podrían instalarse también ese tipo de equipos, pero se consideró necesario obtener más información.

Otra actuación realizada en este campo por el Concello fue la creación en junio de 2021 del Centro Municipal para el Clima y la Energía Sostenible, situado en el parque de Bens y que parte de la existencia allí del Edificio de las Energías, que aprovecha el biogás que genera la basura del antiguo vertedero para producir electricidad desde 2003.

Con la creación del centro se añadió una instalación eólico-solar de 20 kilovatios, ya que se anunció que se pretendía que el lugar continuase siendo un “centro de producción de energía al servicio de un futuro operador energético municipal”.

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