El sector cultural exige diálogo y recursos para que el Consello municipal no sea “papel mojado”
Representantes de distintos ámbitos culturales reciben con optimismo general el órgano participativo que promete proteger su actividad, aunque los más recelosos demandan recursos, coordinación, agilizar trámites y supervisión

Concierto del Noroeste Estrella Galicia en el castillo de San Antón. | // CARLOS PARDELLAS / R. D. Rodríguez
El Consello Municipal de Cultura echó a andar el 30 de noviembre. Lo hizo con la sesión de constitución de este órgano de participación que engloba a distintos segmentos culturales de la ciudad, ocho meses después de que se aprobara su reglamento en el Pleno municipal y transcurrido más de un año y medio desde su presentación a los agentes públicos y privados del sector. Estos, que asistieron al acto constitutivo en el Ágora a través de representantes, reciben con optimismo general la creación del consello, aunque trasladan a la administración local el mensaje de que, para conseguir “la integración de la cultura en la sociedad coruñesa”, es necesario establecer “líneas” o “puentes” de diálogo, manifestar “implicación” por parte de los distintos sectores y del Concello y “organizar la diversidad” de realidades culturales que conviven en A Coruña.
Hay “ilusión” generalizada en algunos colectivos, también una prudente cautela respecto al alcance que tendrá el consello, y en algún caso aflora el recelo. Necesario y complejo, adecuado y democrático, colaborativo y vertebrador. Son calificativos empleados por sectores culturales de la ciudad consultados por este periódico para valorar el reto que se plantea el consello, hacer un primer análisis de su utilidad y apuntar algunas demandas generales o concretas.
Planificar acciones, consolidar proyectos, agilizar trámites, movilizar recursos, colaborar en iniciativas, promover la participación, hacerse oír. En la diana del Consello Municipal de Cultura se clavan estos objetivos, así como el deseo colectivo de que esta herramienta no se quede en una declaración de intenciones, en “papel mojado”.
“Este órgano viene a normalizar la comunicación y relaciones entre el tejido cultural de la ciudad y el Gobierno local. Se trata de un órgano consultivo que a priori facilitará la participación de entidades y personas, públicas o privadas, en el diseño de las políticas culturales públicas. Su modelo organizativo precisa de la confianza y buena disposición de todas las partes implicadas, especialmente en su puesta en marcha y en el desarrollo y consolidación de proyectos a largo plazo”, cree Nonito Pereira Rey en nombre de la asociación musical que lleva el nombre de su padre, el periodista Nonito Pereira.
Esa esperanza la manifiestan otras fuentes. “¿Será efectivo? Depende de la implicación de los sectores y del Ayuntamiento. De entrada, es un gran acierto que todos los actores culturales puedan acudir a este consello para consultar y participar”, opina Pedro Vasco, presidente de la Asociación de Amigos del Museo de Belas Artes. “Habrá que ver en el transcurso del tiempo si el órgano se moviliza con agilidad y le proporciona vitalidad a la acción cultural de la ciudad para articular una política cultural eficiente y plural”, expone Pepe Doré, propietario de la sala de conciertos Garufa Club.
Más deseos: “Espero que podamos ir de la mano los artistas y la administración para hacer grandes cosas juntos. Me hace sentir segura y respetada la creación de un espacio en el que la cultura se pueda sentir protegida como gremio. El proyecto debe ser serio, se nos debe tomar en serio”, proclama la compositora y cantante Silvia Penide como directiva de Músicas Ao Vivo Coruña. “No conocemos cuáles serán las líneas e iniciativas del consello, pero todo lo que sirva para unir al sector, escucharlo y protegerlo tomando las decisiones correspondientes por parte del Concello es bienvenido”, aporta Andrés Lacasa, gerente de la Orquesta Sinfónica de Galicia.
Otras fuentes, ilusionadas con el proyecto, confían en que la actividad del consello se articule y coordine mediante “mesas de trabajo” o una “organización funcional”. “Es fantástico que se puedan unir entidades culturales que trabajando en solitario tienen poco eco. Mis expectativas son altas, siempre que haya coordinación y una supervisión rigurosa de las mesas de trabajo y los proyectos. Para que esto no se quede en el papel, hace falta implicación y generosidad”, comenta la fundadora y directora del conservatorio privado de enseñanza de música y danza Presto Vivace, Cristina Goas, que apela a la colaboración entre la administración y los agentes privados. Ana Romero, directora del Instituto de Estudios Coruñeses José Cornide, apunta a la “organización de la diversidad” como “clave del éxito” del consello, para el que desea grupos de trabajo “homogéneos” y que se puedan reunir varias veces al año.
Los juicios con más reservas sobre el Consello Municipal de Cultura proceden de quien ha desconfiado en el pasado de la Administración o de quien considera que el funcionamiento del órgano necesita un exigido trabajo interno. “Creo que hacen falta recursos y personal propio, y distintas mesas de trabajo, para atender las peculiaridades de cada sector cultural. Porque en la cultura hay tejido asociativo pero también hay un sector profesional que intenta vivir de la cultura en el día a día; no es lo mismo un colectivo de defensa de memoria histórica que una sala de conciertos”, señala Tomi Legido, programador musical y coordinador de comunicación de la emisora universitaria Cuac FM.
Iago González, director, realizador y miembro de la Asociación Proxecto Máscaras, reconoce tener “bajas expectativas” sobre el consello de Cultura, al advertir “una brecha” entre la administración y determinados colectivos culturales. “Muchos en el sector somos autónomos y, lo sé por experiencia, el Concello muchas veces no entiende la realidad de nuestros sectores, choca la lógica administrativa con el trabajo cultural, con nuestra realidad económica”, opina, aunque apela a crear “líneas de diálogo” y a manifestar “la voluntad real de utilidad”. Y Suso Carballido, librero jubilado y miembro de la Asociación Musical Gaiteira, desea “beneficios para el amplio abanico musical de la ciudad”, pero espera que se traduzca en “no olvidar” a algunas entidades y en “facilitarles” el desarrollo de su actividad.
Financiación y mantenimiento de las infraestructuras culturales, aprovechamiento de recursos municipales como espacios expositivos y lugares de trabajo, explorar vías de colaboración con la Universidad o revalorizar el legado cultural de A Coruña son algunas de las propuestas que estos sectores consultados dejan encima de la mesa del consello.
Interlocución municipal
La alcaldesa, Inés Rey, presidirá el Consello de Cultura, según refleja su reglamento, y en enero se escogerán entre las candidaturas presentadas las plazas para ocupar la vicepresidencia y la comisión permanente. El pasado día 30 apeló a la “unidad” y resaltó la potencia cultural de la ciudad para reforzar la finalidad de esta herramienta “participativa”. “Con este consello otorgamos especial protección al sector cultural porque garantizamos que la cultura tenga siempre su espacio”, dijo Rey. El edil del PP Roberto Coira invita a la participación de los distintos colectivos culturales “después de un mandato en el que no hubo interlocución con el Concello” y demanda “organización” y mejorar las infraestructuras. La concejal del BNG Mercedes Queixas pide que el consello tenga un “plan de trabajo sostenido en el tiempo” con “diálogo cultural con todos los barrios todo el año” y una estrategia cultural “de proximidad”.
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