Entrevista | Julio Abalde Rector de la Universidade da Coruña desde 2015, en un mes le releva Ricardo Cao
“Echo de menos dar clase. Si vuelvo, tendré que seguir un intenso proceso de reciclaje”
“De lo que más orgullo siento es de cómo respondimos a la pandemia”
“El COVID cambió las formas de relación en los estudiantes, ahora la vida en las facultades no es tan intensa”

Julio Abalde ordena el escritorio en su despacho del Rectorado. | // CARLOS PARDELLAS / R. D. Rodríguez
Julio Abalde (Vigo, 1956) encara con tranquilidad sus últimos días como rector de la Universidade da Coruña (UDC). Ricardo Cao, candidato de su misma corriente, Nova Luce, será su sucesor desde mediados de enero. Abalde repasa en esta entrevista hechos y sensaciones de sus ocho años de mandato y mira con ilusión a su propio futuro y al de la institución académica.
¿Le ha agotado ser rector?
No, no, en absoluto. El primer mandato fue, entre comillas, normal, con muchas iniciativas que se pusieron en marcha. El segundo se inició con la pandemia y eso lo cambió todo radicalmente, y lo que habíamos pensado en el primer mandato fue distinto en el segundo. Yo creo que se hizo un buen trabajo en todos los puntos. Además, destaco que el equipo de gobierno es prácticamente el mismo desde hace ocho años. Y no hay cansancio: asumo que llego al final y ya está.
¿Le quitó el sueño alguna vez?
No me quita el sueño, pero sí me da preocupaciones, lógicamente. Más que preocupaciones, es estar pensando en cosas y proyectos continuamente, lo que hace que me involucre mucho. Es levantarte por la mañana y pensar qué puedo hacer sobre esto o qué puedo hacer sobre esto otro.
¿Se ha quedado sin tiempo que dedicar a otras cosas?
Eso sí. Si eres rector, lo eres 24 horas siete días a la semana. Entonces, bueno, la familia se vio afectada y determinadas cuestiones a las que podría dedicar más mi tiempo libre se vieron prácticamente anuladas.
¿Se va con más objetivos cumplidos o incumplidos?
Creo que es alto el porcentaje de retos cumplidos. Cuando preparamos las elecciones de la renovación revisamos el programa y el 90% de lo que nos propusimos estaba conseguido o en marcha en ese momento, y ahora hay otras cosas en vías de realización. Mi nivel de satisfacción es alto.
De las cosas que quedan por cumplir, ¿cuál le da rabia no haberla avanzado?
No es rabia. Hay algunas que no se han podido encauzar fundamentalmente porque hubo un cambio radical después de la pandemia, incluso del funcionamiento de la propia universidad. Sobre algunos retos que nos planteó la pandemia ya nos dimos cuenta de que los teníamos resueltos antes, como por ejemplo todas las herramientas de videoconferencia, de apoyo, de digitalización… Vimos que la Universidade da Coruña estaba muy por delante de otras instituciones.
¿La pandemia fue lo más duro?
De cómo respondimos a la pandemia es de lo que me siento más orgulloso. Además fue una respuesta coral, de toda la comunidad universitaria: equipo de gobierno, todos los centros, el personal de administración de servicios, el PDI, los estudiantes. Dimos una respuesta absolutamente responsable en una situación tan compleja pudiendo mantener las actividades docentes, investigación, gestión… La universidad no paró en ningún momento, con todo el personal en su casa.
¿El COVID cambió mucho los hábitos en el alumnado?
Hábitos y formas de relación. Los estudiantes se han acostumbrado a utilizar más el campus virtual, los formatos digitales. Esos cambios han hecho que la vida en las facultades no sea tan intensa como era antes. Eso trae como consecuencia que los alumnos busquen sistemas alternativos para formarse, organizarse, participar en actividades. Baja la asistencia a clase, ya no son un hervidero, pero no percibo que hayan empeorado los resultados académicos. Creo que ahora uno de los grandes retos de la UDC es recuperar la vida en las facultades.
¿Qué UDC se encontró hace ocho años y qué UDC tenemos ahora?
Me encontré en una universidad, de cuyo equipo formaba parte también, que tuvo que lidiar con la peor situación económica de toda su historia. Fue una época casi de resistencia, de intentar, como fuera, mantener el funcionamiento de la universidad sin incrementar para nada la deuda, con eficiencia económica, sin déficit, y manteniendo las dos líneas fundamentales: la docencia y la investigación. Tuvimos el reto de intentar modificar el plan de financiación, que en aquel momento era muy regresivo para la UDC, y logramos en los dos primeros años que la Xunta cambiara de mentalidad. Eso nos permitió afrontar la negociación del siguiente plan de financiación de forma más favorable. No del todo, porque creo que al plan le faltan fondos, sobre todo en la parte estructural. Y otro reto, y también cambio, es que la universidad se ha abierto a la sociedad. En estos ocho años la universidad hizo un gran esfuerzo por transmitir a la sociedad qué es lo que hace, que es una institución útil para el área de Coruña y la de Ferrol, y tiene presencia en la sociedad.
¿El Julio Abalde rector echó de menos durante este tiempo al Julio Abalde docente?
Pues sí. Eché mucho en falta la docencia teórica, pero sobre todo las prácticas en los seminarios. Ahí es donde tienes el contacto directo con los alumnos en una situación distendida, donde tú casi eres uno más del grupo. Eso te permitía mucho estar en el día a día, ver las costumbres de los estudiantes. Y yo soy un docente bastante próximo en el sentido de que se me puede tutear, e interactúo con los chicos. Sí, lo echo de menos.
Si vuelve a dar clase, ¿cree que le costará adaptarse?
Sí. No por el concepto de dar clase, que lo echo de menos, sino porque si vuelvo a hacerlo voy a tener que someterme a un intenso proceso de reciclaje. Porque claro, yo soy profesor de microbiología, y lo que ha avanzado... Y además, daba microbiología aplicada. Las técnicas, las herramientas, los desarrollos en microbiología, en biología molecular, han sufrido un salto impresionante en los últimos doce años. Me tengo que actualizar. Bueno, tengo gente en casa que me puede ayudar: mi mujer es catedrática de microbiología también.
¿Le ha dado algún consejo especial a Ricardo Cao, su sucesor?
No lo necesita. Él es mucho más sosegado, mucho más tranquilo que yo. Sabe perfectamente lo que yo pienso y yo lo que él piensa. Va a haber cosas que él va a cambiar, porque cada rector tiene una personalidad diferente, unas prioridades distintas. Sabe que tiene mi apoyo para lo que quiera, y si no lo quiere, no pasa nada. Estaré aquí para servir a la universidad y para servir a su equipo de gobierno.
¿Qué desea para la UDC en los próximos años?
Me gustó mucho el lema que utilizaron en campaña: “La mejor universidad posible”. Y eso es lo que a mí me gustaría para la universidad. Quiero que el nuevo equipo de gobierno sea ambicioso, y creo que va a serlo y a conseguir algo importante. También quiero que los alumnos se sientan orgullosos de haber pertenecido o de estudiar en la Universidade da Coruña.
“Tenemos una universidad reconocida y fuerte, con independencia del puesto que ocupe en los ‘rankings”
¿Es la UDC hoy una universidad más fuerte que en 2015?
De ser una institución en cierto modo desconocida para la ciudadanía ha pasado a ser una institución conocida, reconocida y valorada. Creemos que es más fuerte. Y eso lo dicen todos los indicadores. Yo lo noto hablando con mis colegas de Santiago y de Vigo, cuando me dicen: joder, qué bien, cómo vais. Hablo con las autoridades académicas y te dicen: ¿qué pasa en A Coruña? Creo además que ha crecido nuestro reconocimiento a nivel de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas, donde he sido presidente de la mesa de gerentes.
Habla de indicadores ahora. A usted le hemos oído decir que no le preocupan los rankings internacionales de universidades ni los puestos en los que está la UDC.
Tenemos una universidad fuerte independientemente del puesto en el que figure en los rankings. Los rankings son una ordenación, lo que importa es que en los indicadores que utilizan esos rankings tú veas que vas mejorando o no. A mí me pasan unos informes de todos los rankings y veo la evolución de la UDC en distintos aspectos e indicadores. Más que bajar de puesto, lo que me preocupa es ver que desciendo en un indicador, así que tengo que analizar por qué.
¿De qué indicador se siente más satisfecho?
Hay dos tipos de rankings diferentes: unos miden la producción, la productividad, y están muy influenciados por el tamaño de la universidad o su número de investigadores, y otros miden las actividades institucionales, la sostenibilidad, la responsabilidad social. Curiosamente en estos rankings es donde la UDC aparece mejor situada. ¿Por qué? Porque no tiene el factor de tamaño. Cuando veo cómo vamos, me comparo con las universidades que son como la nuestra, con un perfil más tecnológico y jurídico-social.
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