La Opinión de A Coruña

El renacer de las luces de neón en A Coruña

Cada vez más locales de la ciudad incorporan rótulos fluorescentes con mensajes a su decoración: “Ahora vuelve, pero hubo años oscuros porque se relacionaba con los clubes”

Marta Otero Mayán

A poco que uno se fija, ya es imposible dejar de verlos. Transmutados en mensajes en las paredes, con formas pícaras con vocación decorativa o como los clásicos rótulos exteriores. Durante un tiempo desaparecieron de la vista, pues parecían sugerir una pátina anticuada o incluso procaz. A Coruña se ha entregado a las luces de neón, y no parece que la moda vaya a ser pasajera. “En los últimos dos o tres años, salen muchísimo. Para negocios, para bodas... hace cinco minutos acaba de salir una pareja con uno para la habitación de su hijo”, cuenta José Antonio Blanco, de Rótulos Chispas.

El renacer de las luces de neón en A Coruña

Pared del taller de Rótulos Chispas, con diseños de luces.

Que el negocio funciona se ve a simple vista en su taller, donde los rótulos fluorescentes sirven de muestra, pero también de involuntaria decoración: en la entrada, recibe a los visitantes un brillante rótulo de Fábrica de neón, y, en el interior, los Bésame mucho se mezclan con los nombres propios. En el almacén, el letrero brillante del pub Backstage espera a ser reparado, aunque el mejor secreto lo guarda la trastienda: la palabra SURTIDOR, en mayúsculas brillantes, que un día adornó la mítica discoteca Chevalier, ahora luce flamante en la pared de Rótulos Chispas. “Fue de los primeros que monté, y cuando hicieron la reforma, me lo llevé”, dice el responsable del taller, de donde también salen modelos de luces para alquilar en bodas, en bautizos y en fiestas de Fin de Año, platós de televisión y rodajes de cine.

Luces de neón en Rótulos Chispas.

Luces de neón en Rótulos Chispas.

Skais, DJ residente del bar La Luisa.

Skais, DJ residente del bar La Luisa.

Dedicado al negocio de estas llamativas luminarias desde los 16 años, José Antonio Blanco ha visto los altibajos del elemento, que no siempre fue la pieza más deseada de su taller. Jugaban en su contra las connotaciones de un recurso de iluminación habitual en los prostíbulos y en los clubs de carretera. Ahora, confirma su renacer. “Hay dos tipos, neón tradicional y neón led. Artesanos de neón tradicional quedamos muy pocos. Tuvo una época oscura, la gente no los quería porque se relacionaban mucho con los clubs. Ahora vuelve todo lo vintage, y están de moda”, cuenta el fabricante.

ersonal del bar La Luisa, con el neón de 'Se prende'.

ersonal del bar La Luisa, con el neón de 'Se prende'.

Letrero luminoso en la bocatería vegana Ruca Bocata.

Letrero luminoso en la bocatería vegana Ruca Bocata.

Un vistazo a la hostelería coruñesa sirve para darle la razón. Imperan los mensajes de narrativa canalla, que queda subrayada por las luces: La última y nos vamos en la cervecería Tatone, Descaradamente vegetal en la bocatería vegana Ruca Bocata, o No quiero morir sin ninguna cicatriz en el estudio de tatuajes Seventh Heaven. Algunos, como el de Bo&Go, Sonríe a la vida, no solo a la foto, llaman al optimismo, y otros, como el de la coctelería Astoria, Andar de parranda e durmir de pé, a la juerga. De los más afortunados es el del espejo del bar La Luisa, coronado por el lema Se prende, y que redondea la cuidada estética retro y ochentera del establecimiento. “Queríamos un elemento personal y representativo de nuestro local, de lo que significan nuestras noches”, cuenta su responsable, Nicolás Doval. A la vista de su impacto en el Instagram de sus clientes, no se equivocaron. “Acertamos de pleno con la idea, ya que es el punto más fotografiado de nuestro bar”, asegura.

La mayor parte de neones decorativos que se ven hoy en bares son de la tipología led, mucho más económicos y manejables que el tradicional, que requiere de alta tensión, por lo que no es recomendable prenderlos en interiores. De igual modo, los neones led funcionan mejor dentro que fuera, sobre todo en Galicia. “Un neón tradicional requiere entre 3.000 y 10.000 voltios, uno led, doce. El neón led es bueno para decorar, pero no para exteriores, en Galicia llueve”, advierte el fabricante, que, no obstante, matiza sus diferencias, que ejemplifica en su taller, donde el mismo neón lleva encendido 27 años a razón de 12 horas al día. “Un led no va a durar nunca eso. Esto solo es posible con un neón tradicional. El neón led nunca será como el tradicional. Yo trabajo los dos, hay que innovar. Sirven incluso para casa, yo los tengo como iluminación indirecta en el salón”, cuenta.

stats