Resonac supera “todos los hitos técnicos” para abrir su planta piloto en Agrela en 2025

La multinacional japonesa, que avanza en el aprovechamiento de los terrenos de la antigua Alu Ibérica, crea una cátedra con la Universidade para experimentar con nuevas energías

Ricardo Cao y César Castiñeira, en la firma.

Ricardo Cao y César Castiñeira, en la firma. / Carlos Pardellas

La multinacional japonesa Resonac produce en su parcela de Agrela, cerca del Marineda, grafito para altos hornos que exporta a decenas de países, y proyecta construir una planta piloto en la finca de la antigua Alu Ibérica, que compró el año pasado, para desarrollar grafito para baterías. No es solo una ampliación, pues la nueva fábrica requiere un método de trabajo innovador, y la empresa ha puesto en marcha experimentos e investigaciones para ver si es viable. Y según avanzó ayer el CEO de la división de grafito, César Castiñeira, hasta ahora “hemos validado todos los hitos que teníamos”, superando pruebas de “viabilidad técnica”. Así, “seguimos con el proyecto como estaba pensado”, y la planta, con una inversión de diez millones, abrirá en el segundo semestre de 2025.

Castiñeira hizo el anuncio ayer en el Paraninfo de la Universidade da Coruña (UDC), al que acudió para firmar un convenio de colaboración entre su compañía y la institución académica por el que ambas crearán un nueva cátedra de colaboración. Llevará como nombre UDC-Resonac Sparking Truth y, según explicaron el CEO y el rector de la Universidade, Ricardo Cao, tiene como objetivo fomentar la investigación en energías renovables. Las investigaciones explorarán tecnologías de generación como la fotovoltaica, pero también métodos de almacenamiento y transformación. Uno de los objetivos es mejorar las baterías, aumentando su capacidad de almacenar electricidad y reducir su impacto sobre el medioambiente.

Según explicó Cao, el primer paso de la colaboración será la creación de un “laboratorio en sistemas de transición energética” que, llevará por nombre Liste-Resonac y que, al igual que la cátedra, estará dirigido por el químico Israel Temprano. El rector destacó que la Universidade cuenta ya con una treintena de iniciativas conjuntas con empresas e instituciones, de las cuales dos tercios son relativas a Arquitectura e Ingeniería. Las cátedras compartidas, destacó Cao, son un “espacio de alianza y cooperación importante”, y en algunos estudios de grados y máster “más de la mitad” de los alumnos hacen trabajos de fin de estudios en colaboración con empresas.

Castiñeira señaló que el laboratorio es “el mayor exponente, a nivel material” de la colaboración entre Resonac y la Universidade, pero indicó que también es importante el “desarrollo del talento” y que “exploraremos todas las oportunidades” de trabajo conjunto. “Desde que hemos iniciado conversaciones [con la UDC] ya han surgido una serie de colaboraciones”, explicó el CEO, que se manifestó en favor de dar empleo a trabajadores formados en Galicia y definió el talento humano como la “única ventaja competitiva duradera”.

Expansión por la antigua Alcoa

La planta piloto se construirá en los terrenos de la antigua aluminera Alu Ibérica, antes Alcoa, que Resonac compró por 18,4 millones con la anterior propietaria en concurso de acreedores. Además de la nueva fábrica, la multinacional japonesa empleará los terrenos para ampliar sus instalaciones actuales, que fuentes de Resonac señalaron el año pasado que estaba “bastante cerca del límite de producción” y ceder parte de la parcela a Ignis para que produzca hidrógeno.

La finca ocupa más de 250.000 euros (decenas de miles irán para Ignis) y Castiñeira señaló este lunes que no están “explotando” el conjunto de la parcela, pero sí avanzando con el “proceso de integración”. Así, explicó que se han reacondicionado oficinas a la entrada de la factoría, en las que, calcula, hay trabajando algo más de 20 personas, y otros terrenos se irán ocupando “paso a paso”.

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