El acusado de matar a su pareja en O Birloque alega problemas de adicción
La defensa expuso que tenía trastornos mentales | La familia de la víctima desmintió que lo vieran bajo los efectos de alguna sustancia y la hija de la mujer declaró que era un «celoso»

El acusado del crimen de O Birloque, junto al abogado de la defensa durante el juicio. | M.Dylan / Europa Press
El juicio por el crimen de Mónica Marcos, una conocida panadera de O Birloque, continuó este martes con la declaración del acusado. Este solo respondió las preguntas de la defensa y alegó que el crimen estaba causado por problemas de salud mental y por el consumo de diferentes sustancias. A preguntas del abogado defensor, el acusado expuso que sus problemas se originaban por un trauma de infancia en el que, jugando con cerillas, provocó un incendio en el que falleció su hermano menor. A los 13 años empezó a consumir heroína y cocaína, explicó. Tras sufrir un accidente laboral, el médico le recetó fentanilo, que mezclaba con el alcohol.
El hombre señaló en su declaración que el día en el que se cometió el crimen había discutido con la víctima la noche anterior. Ella le habría escondido la medicación, ya que este quería utilizar las pastillas para suicidarse.
Al día siguiente consumió las pastillas y bebió, antes de volver a casa. Allí se originó una nueva discusión que acabó con el apuñalamiento de la víctima. El acusado expuso que había cogido el cuchillo para «quitarse del medio», aunque acabó apuñalando a su pareja. A preguntas de lo que recordaba del momento del apuñalamiento, no respondió y mostró su arrepentimiento: «pido perdón», dijo sollozando.
El abogado defensor, en su exposición al jurado popular, expuso que el acusado no estaba en sus facultades mentales. Por ello, el letrado pidió la absolución y su internamiento en un centro psiquiátrico. Por otro lado, argumentó que se trataría de un homicidio y no de un asesinato, como señala la Fiscalía y la acusación particular.
Además, también prestaron declaración los hijos, el padre y el hermano de la víctima. Los cuatro miembros de la familia explicaron a preguntas de la Fiscalía que en ningún momento vieron al hombre bajo los efectos del alcohol o de las drogas, durante el tiempo que este pasó con la víctima antes de acabar con su vida.
La hija de Mónica Marcos explicó que el acusado y su madre habían retomado su relación en Facebook, ya que estos se conocían porque el padre del acusado trabajó en la panadería de la familia de la víctima. El hombre vivía en Canarias y decidió visitar a la mujer en unas vacaciones. La hija expuso que venía con «billete de vuelta», pero que finalmente decidió quedarse y empezó a vivir con la fallecida. En su testimonio, señaló que los problemas que su madre tenía con el acusado estaban causados porque era un «celoso», y que en alguna ocasión escuchó algún comentario machista sobre la forma de vestir de la víctima. El día antes de la muerte de Mónica Marcos, esta le confesó a su hija que habían discutido por un tema de celos.
Por su parte, el hijo de la víctima señaló que vio al acusado horas antes de cometer el crimen. El hombre fue por el bar en el que este trabajaba a llevarle un regalo. Cuando lo vio entrar vio que estaba llorando y este le dijo que era por una discusión con su madre. En todo caso, recalcó que no estaba bajo los efectos del alcohol o de las drogas. El hijo de Mónica Marcos llegó de madrugada a su casa y vio pintado en el espejo del baño una frase con pintalabios que había escrito el hombre para pedir perdón tras la discusión. Cuando vinieron a buscar al acusado, que trabajaba en la panadería familiar, se dio cuenta de que no estaba en casa y encontró el cuerpo de su madre.
El hombre también está acusado de llevarse una cantidad cercana a los 400 euros para huir en avión a Madrid. El padre y el hermano de la víctima, que trabajan en la panadería, explicaron que la mujer se llevaba en ocasiones el dinero de la recaudación a casa. El hermano afirmó que aquel día, la víctima se llevó la recaudación, y que la cantidad rondaba esa cifra. Los familiares señalaron también que el bolso no estaba a la vista y que faltaba todo el dinero.
La Fiscalía y la acusación particular piden una pena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía. Además, reclaman una multa por el hurto del dinero que empleó para huir en avión a Madrid. El Ministerio Fiscal reclama una indemnización por daños y perjuicios de 20.000 euros para el padre de la víctima, y de 30.000 euros para cada uno de los hijos.
La defensa pide eximirlo del crimen por no estar en sus plenas facultades mentales. En caso de condena, reclama una rebaja de la pena al considerar que fue un homicidio fruto de «un arrebato».
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