Viaje al mundo de Héctor Francesch

‘Cuadros que nunca pinté’ es la exposición que reúne en Afundación 62 obras del artista coruñés Héctor Francesch, que tiene un lenguaje pictórico llamativo y especial. Comisariada por Matilde Rodríguez, la muestra acerca el original estilo de Francesch a todos los públicos

Redacción

El mundo de Héctor Francesch es colorido y alegre. Es geométrico. Muy especial. Basta con traspasar la puerta de Afundación para hacer un viaje a ese lugar del que uno nunca quiere irse. La exposición Cuadros que nunca pinté reúne 62 obras del pintor y creador coruñés.

Hasta el 25 de enero, los visitantes podrán observar de cerca su original estilo: un lenguaje visual único que parte de códigos procedentes del arte urbano, el cómic, la ilustración o el audiovisual.

Comisariada por Matilde Rodríguez, especialista en ilustración contemporánea y gestora cultural, la muestra reúne 62 piezas de un Francesch capaz de ponerle color a su universo. «El mundo que pinto mentalmente, a veces soy capaz de convertirlo en realidad plástica, una realidad caprichosa hecha a mi manera, que surge de la emoción para convertirse en una filosofía con el único anhelo de ver un mundo más amable, justo y en el que todo es posible», confiesa el artista.

Su primera exposición fue en 1998 en su casa, en A Coruña, donde ahora, en la sede de Afundación, muestra piezas con las que tiene un vínculo especial. En este tiempo, su producción ha sido parte de múltiples certámenes, como la IX Muestra Unión Fenosa, el Certamen de Artes Plásticas Isaac Díaz Pardo o en el VIII Premio Auditorio de Galicia. También fue el autor del cartel de las fiestas de María Pita del 2021. La obra de Héctor Francesch llegó a ferias como ArtMadrid o Swab Barcelona y exposiciones nacionales e internacionales en Europa y América. Además, la Colección de Arte de Afundación atesora obras del coruñés desde hace 19 años.

«El arte soñado y los propios anhelos creativos del pintor son la premisa de partida», indica Matilde Rodríguez sobre Cuadros que nunca pinté. Asegura, además, que en la obra de Héctor Francesch los colores y las formas se entrelazan en una danza de posibilidades infinitas, configurando un viaje al interior de la mente creativa, estableciendo un recorrido por los símbolos, lugares y personajes que moran en la imaginación del autor.

El coruñés que se hizo artista por Luís Seoane, como él mismo reconoce, sale así de su local en la calle Francisco Rodríguez Otero, en San Roque, para repartir billetes a un viaje por su mundo. Auténtico y colorido.

Afundación propone un programa didáctico para escolares y colectivos con el fin de divulgar la obra de Francesch, que tiene un lenguaje pictórico próximo a la publicidad, el cine y la cultura popular, mezclado con la crítica y la ironía.

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