La población que hace vida en A Coruña: son 13.000 más que los vecinos censados y sobrecargan la movilidad

Urbanistas y estudiantes reclaman mejorar las conexiones de transporte público, y los sanitarios advierten de que atienden a más pacientes de los que figuran oficialmente

Foto de bus interurbano en Entrejardines.

Foto de bus interurbano en Entrejardines. / Iago López

En A Coruña hace vida bastante más gente de la que figura en el padrón. Sobre el papel la ciudad tiene unos 247.500 habitantes, pero, según datos de la Xunta, el flujo de personas de otros municipios, sobre todo de las que llegan para trabajar y estudiar, hace que a lo largo del día haya cerca de 260.900 personas en las calles coruñesas, y que pernocten más de 249.500. Los datos son del segundo trimestre de 2023, los últimos disponibles, pero esta sobrecarga lleva produciéndose años, y, según explican urbanistas, médicos, estudiantes y conductores, aumenta la presión sobre las infraestructuras y servicios de la ciudad.

En especial sobre el transporte. Los habitantes adicionales resultan de restar los coruñeses que pasan el día fuera de la ciudad a los que entran, y la cantidad de personas en los dos colectivos, según la Xunta, supera las 44.500 personas. Para el urbanista y profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidade da Coruña (UDC) Jorge Rodríguez, esto se suma a los desplazamientos entre distritos y lleva a que dos tercios del espacio público coruñés «están dedicados o bien al movimiento o al estacionamiento de vehículos». El experto considera esta situación un «uso sobredimensionado que contribuye a empeorar la calidad del aire que respiramos con consecuencias negativas en la salud pública».

La solución sería más transporte público, que permitiría reducir el número de vehículos necesarios. Pero, según explica Jesús Conde, también profesor de la UDC y coordinador del área de Urbanismo de la Escola de Arquitectura, es «inviable» que muchos de los que entran en la municipio no usen el coche. Las líneas de bus metropolitano, indica, no dan un servicio suficiente para trabajadores y estudiantes, y hay vías de tren «obsoletas o infrautilizadas».

Para Conde, que defiende que la ciudad «hace tiempo que desbordó las fronteras del municipio», la solución pasa por constituir un área metropolitana que consiga una «coordinación real». En lo tocante al bus urbano, el presidente del comité de empresa de la Compañía de Tranvías, Óscar Vieites, considera que el número de viajeros ha subido por las rebajas de precio, pero no sabe en qué medida influye la población flotante, más allá de que hay «mucho turista».

Buena parte de los que sufren por la falta de transporte son estudiantes universitarios o de Formación Profesional. Desde la UDC señalan que están preparando un estudio para «ver posibles mejoras de la movilidad» a los campus, pero según explica Sergio Freire, alumno de la UDC y portavoz del Sindicato de Estudiantes, ahora hay compañeros que «se comen hora y media o dos horas de bus» para ir a clase. Aunque considera que la conexión con la comarca es «bastante decente», para ir y venir de Betanzos, por ejemplo, «los buses son escasos». También reclama más subvenciones para los que no viven en la ciudad y tienen que usar los comedores, aunque fuentes de la Universidade insisten en que ya hay precios reducidos y ayudas.

La ciudad, sede de infraestructuras sanitarias como el Chuac, gana cerca de 1.000 habitantes al día por la gente que se desplaza por motivos de salud. El médico Ramón Veras, miembro de SOS Sanidade Pública y que ejerce en la ciudad, explica que hay un Hotel de Pacientes en As Xubias para acoger a los que vengan a la ciudad, pero es «insuficiente» y «no cubre a los familiares». Y hay personas que vienen a estudiar y trabajar en la ciudad que acuden a servicios como Urgencias pero no cuentan dentro del cupo de población asignada a cada doctor. «No se les puede echar la culpa de la saturación, pero es un elemento más», indica Veras, que añade que «hay bastante gente que vive en Oleiros o Arteixo y me tienen de médico. Estos sí «figuran» en el registro, pero también aumentan la carga de trabajo.

Una alternativa a ir y venir es conseguir piso en la ciudad, pero los precios lo dificultan. Freire considera que existen muy pocas plazas de residencia y que tiene compañeros «pagando 400 euros por una habitación», y Mirko Sanhueza, agente de Urbeko Inmobiliaria, calcula que para conseguir una cama en un piso compartido de estudiantes «decente» hay que abonar entre 300 y 350 euros, gastos aparte.

En cuanto a los trabajadores de fuera, Sanhueza afirma que muchos están optando por compartir piso, y que están aumentando las empresas especializadas en dar alquiler de temporada. La alternativa es vivir fuera y entrar en la ciudad, pero supone exponerse a «atascos espectaculares» y dificultad para venir en tren o bus.

El trabajo, principal origen

La mayor parte de la carga de población adicional de la ciudad se debe a que es un foco de empleo. Según la Xunta, hay más de 9.000 trabajadores que pasan el día en la ciudad por encima de los que salen; en Cambre, Oleiros y Culleredo se da el caso contrario, aunque Arteixo también atrae trabajadores. En el caso de los estudiantes, el saldo para la ciudad es positivo en 4.365 personas. Para el urbanista Jorge Rodríguez, estos dos tipos de movilidad son «predecibles», sin cambios bruscos a lo largo del tiempo, por lo que considera que la ciudad ha ido adaptando su infraestructura a ellos. Los desplazamientos por motivos de salud suman 962 personas de media a la población, pero Rodríguez tampoco ve «gran impacto».

El saldo del turismo varía según el trimestre, y, aunque en los últimos datos, de abril-junio de 2023, es positivo para la ciudad en 1.140 personas, en otros años se convierte en negativo en el tercer trimestre, por los vecinos que veranean en otros municipios. Rodríguez explica que la movilidad generada por el turismo es «menos regular y más estacional», y que se concentra en unas zonas de la ciudad muy determinadas, como la Pescadería o la Marina. Esto, indica, «sí puede generar una mayor presión en los espacios públicos, servicios, hostelería, sanidad, etcétera». Para paliarlo vería positivo «diversificar la oferta turística de la ciudad en distintas zonas, para que se pueda distribuir de una forma más orgánica y equilibrada».

De los factores que estudia la Xunta, el único que hace que la ciudad pierda habitantes durante el día es el de segundas residencias, es decir, personas que están empadronadas en un municipio pero realmente residen en una casa que poseen en otro. El segundo trimestre de 2023 el saldo de segundas residencias fue negativo en A Coruña en cerca de 2.200 personas. 

«Hay una gran oferta de actividades de ocio»

Romina Carracedo

Romina Carracedo / LOC

Romina Carracedo vive en Santiago de Compostela y trabaja en A Coruña. Viviendo en una localidad que no tiene tantas oportunidades laborales como A Coruña, en palabras de la joven, decide todos los días coger un tren a la ciudad. «En A Coruña hay más industria y empresas establecidas, mucho más grandes que en Santiago», comenta Carracedo. La joven señala que la oferta de actividades de ocio en la ciudad es particularmente variada. «Hay mayor cantidad de sitios gastronómicos. Además, la ciudad ofrece escape rooms, boleras, cines y hasta un acuario. Muchas de estas actividades, en Santiago, no se encuentran», señala.

Carracedo explica que los buses de la ciudad tienen un buen funcionamiento pero que prefiere caminar porque «en media hora se está en casi cualquier parte». La joven señala que un tema que se debe modificar son las conexiones de transporte desde y hacia la ciudad. «Hay falta de conexiones y horas muertas, tanto en trenes como en buses. Con los bonos es muy difícil conseguir plaza para el tren. Podrían existir trenes de cercanías o mejorar las frecuencias en horas pico», comenta. Otro tema para revisar es el control de seguridad de la estación de trenes «porque muchas veces no dan abasto», explica.

«Los buses urbanos funcionan especialmente bien»

Yesi Vidal Miguéns. |  LOC

Yesi Vidal Miguéns. | LOC

La joven estudiante Yesi Vidal Miguéns vive en Vilagarcía de Arousa y viaja todos los días a A Coruña para asistir a clase en el Ciclo Superior de Imagen y Sonido del Centro Integrado de Formación Profesional, en Someso. «El ciclo también está en Vigo, pero preferí A Coruña porque la ciudad me gusta más y los medios de transporte funcionan mejor», comenta Vidal. La estudiante considera que los buses urbanos son un punto fuerte de la ciudad. «Funcionan especialmente bien, comparándolos con los de otras ciudades de Galicia. Suelen ser bastante puntuales», explica la joven. En cuanto a los servicios como el hospital, los bancos y las gestiones en el Ayuntamiento, la joven no las realiza en la ciudad, sino en Vilagarcía, por lo que desconoce «si el funcionamiento es correcto o no».

Llegar a A Coruña desde otras localidades de Galicia es el punto que Vidal considera que no está bien organizado. En su caso, utiliza el tren para poder llegar a clase y muchas veces se encuentra con retrasos. «La puntualidad es así inexistente y tardan muchísimo en encontrar un plan b sí un tren se avería. Además, por los bonos de tren, poder conseguir una plaza de lunes a viernes, es casi imposible», señala Vidal.

«El hospital de A Coruña es una referencia en toda Galicia»

«El Hospital Universitario de A Coruña (Chuac) es una referencia en transplantes en toda Galicia, es por eso que me atienden en él», comenta un paciente vigués, transplantado de un riñón en el Chuac, que prefiere no dar su nombre. Acude a la ciudad a realizarse los controles cada determinados meses.

Este paciente considera que el hospital está bien atendido por los médicos y especialistas. «El edificio hospitalario es una maravilla. Las instalaciones y todo el personal sanitario son muy atentos y están capacitados», señala.

Este hombre suele acudir al hospital con su esposa y es por eso que son clientes de diferentes restaurantes y cafeterías del centro de A Coruña. «La gastronomía en la ciudad tiene mucha calidad y en la mayoría de los restaurantes siempre comimos muy bien», comenta.

El paciente viaja desde Vigo a A Coruña en coche, por lo que al llegar a la ciudad, utiliza los aparcamientos para poder dejar su coche. «Hay una buena cantidad de parkings a lo largo de la ciudad. Siempre aparcamos en el centro, pero lo que nunca tuvimos inconvenientes para encontrar sitio»

Otra paciente, en su caso cardíaca, de Pedrafita do Cebreiro (Lugo) se realiza revisiones periódicas en el Chuac debido a una operación de corazón. «Me pusieron una válvula en julio de este año, y tengo que ir a realizarme controles periódicos, hasta que me den el alta», explica. El hospital se encuentra en condiciones y el personal sanitario está capacitado, según explica la paciente. «Estoy bien atendida por los médicos y enfermeros. La operación fue rápida y en los controles siempre me trataron muy bien. Considero que el hospital funciona en condiciones», señala la mujer.

«La ciudad es fácil de recorrer en un par de horas»

Victoria Carter. |  Carlos Pardellas

Victoria Carter. | Carlos Pardellas

Victoria Carter es inglesa y visita la ciudad solo un par de horas. Es una de las tantas turistas que llega a A Coruña en los cruceros que atracan en el puerto. Carter comenta que la ciudad es pequeña, pero bien distribuida y «fácil de recorrer en un par de horas», además de tener buenos restaurantes. También explica que «necesita más espacios cubiertos, faltan sitios para resguardarse de la lluvia», señala Carter.

«La ciudad es limpia y los precios son accesibles»

Juan Peralta. |  Carlos Pardellas

Juan Peralta. | Carlos Pardellas

Juan Peralta es argentino y está de vacaciones en A Coruña durante tres días. Considera que la ciudad está bien equipada, pero vio pocos turistas. «A Coruña es limpia, tiene gran oferta de locales gastronómicos y los precios son accesibles. El único problema que noté fue la mala comunicación con el aeropuerto, ya que estuve esperando un bus más de media hora», comenta Peralta.

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