Un templo de la música en directo

Con casi tres décadas de historia, Tío Ovidio es uno de los locales más míticos de la ciudad. Aunque empezó como bar de diario, en los últimos años se ha especializado en actuaciones en directo de artistas llegados de todo el mundo para tocar sus temas

Pedro Otero (tercero por la izquierda en primera fila) con el público de Tío Ovidio. |  Germán Barreiros / Roller Agencia

Pedro Otero (tercero por la izquierda en primera fila) con el público de Tío Ovidio. | Germán Barreiros / Roller Agencia

Una cerveza fría y un buen concierto son los ingredientes que han convertido a Tío Ovidio en un referente de A Coruña. Pedro Otero abrió este bar hace 28 años y le puso este nombre en referencia a una jugada de mus con la que también homenajea a su padre.

Los conciertos empezaron a hacerlos en el año 2013, y aunque durante un tiempo fueron algo esporádico, ahora se han convertido en la señal de local: «Hacemos conciertos todos los jueves, viernes y sábados», explica Pedro. El éxito es tal, que ya tienen conciertos agendados hasta mayo.

Los estilos de música que suelen tocarse son rock o blues: «Reguetón no suele sonar en el bar», dice bromeando el hostelero. Los artistas que visitan el establecimiento son generalmente cantautores que llegan desde todas las partes del mundo: «Tenemos artistas de toda España, pero también gente que viene de Irlanda o de Estados Unidos».

No es fácil para un bar local traer a este tipo de artistas, pero Pedro considera que la clave está en «el boca a boca». En muchas ocasiones reciben llamadas de algunos artistas que se ofrecen para ir a tocar.

El público asistente suele estar compuesto por personas de «unos 25 años hacia arriba y que son amantes de la música», explica el hostelero. Pedro destaca también la implicación que tienen en las actuaciones: «La gente es muy respetuosa. A veces cuando empiezan a tocar se ponen a hablar, pero aquí no pasa eso, la gente guarda silencio y disfruta de los conciertos», apunta.

Tío Ovidio abrió sus puertas en el año 1998, en un local que ocupaba una tienda de antigüedades. Empezó como bar de diario, pero una incapacidad sufrida por Pedro le ha obligado a abrir ahora solo los días de concierto. La etapa del hostelero llegará a su fin este mes de diciembre después de todo este tiempo al frente, pero el futuro está asegurado: «Va a seguir y se van a seguir haciendo conciertos. Además, la intención es que el bar vuelva a abrir todos los días como en sus inicios».

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