Ibrahima Diack: «No me quito de la cabeza que no pude salvar a Samuel»

«Me molesta que me llamen héroe. No quiero fama, no quiero ser un héroe. Quiero ser una buena persona, un buen ejemplo», pedía Ibrahima Diack, este martes, ante un abarrotado auditorio que prorrumpió en aplausos como respuesta. El Foro Cívico de la Asociación Cultural Alexandre Bóveda homenajeó a Ibrahima Diack y Magatte Ndiaye, —los dos ciudadanos senegaleses que trataron de auxiliar a Samuel Luiz la noche en la que fue asesinado—, con el premio Marcelino Liste Xustiza e Liberdade.

Diack, en representación propia y de su compañero, que no pudo acudir, agradeció el gesto y evocó algunas emociones y reflexiones sobre aquella noche y el proceso que le siguió en los últimos tres años. «Aquella noche yo estaba con Magatte y vimos a una persona en el suelo sufriendo. Intentamos salvarlo. No puedo quitarme de la cabeza que no pude salvarlo», relató Ibrahima, que atribuyó sus actos y los de su compañero a una cuestión de «corazón y valores».

Remitió a sus orígenes en Senegal y a la crianza que recibió de su familia como los motores de su forma de proceder, e insistió en quitarse cualquier mérito que la sociedad quiera otorgarle. «Lo que hice, lo hice con muchísimo corazón, sin esperar nada a cambio, ninguna recompensa. Nací en una familia en la que no teníamo mucho, pero mis padres me dieron amor y sobre todo valores y educación. Me dijeron que tenía que ser una persona humilde. Voy apelear día y noche por esos valores. El mundo necesita que nos cuidemos mutuamente», pidió Ibrahima.

El jurado del premio, brindado a Diack y Ndiaye a propuesta de Acampa, manifestó no haber tenido «la más mínima duda» sobre quién era merecedor del galardón este año. «Esperamos que el Concello los haga Hijos Adoptivos con la solemnidad que merece su valentía y coraje», instaron.