La falta de financiación frena el retorno de los jóvenes investigadores a Galicia

Medio centenar de científicos formados en las universidades gallegas, pero que trabajan en el extranjero, relatan sus experiencias en la Domus: «Aquí hay un talento maravilloso»

«Son experiencias que te abren mucho la mente», comenta Joel Sánchez Piñeiro, doctor en Química por la Universidade da Coruña (UDC), de su estancia doctoral en la Universidad de Porto, que comenzó hace un año y ocho meses. Sánchez fue uno del medio centenar de científicos que, este viernes, presentaron sus trabajos en la Domus, en la XV Reunión de Jóvenes Investigador@s en el Extranjero, organizada por la UDC y el Centro de Investigación en Nanomateriales y Biomedicina de la Universidad de Vigo (Cinbio). Todos se encuentran realizando sus estancias doctorales o posdoctorales en diferentes áreas —como genética, neurología, ciencias medioambientales, astrofísica o biología— en centros especializados de algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, como Harvard, Yale, Columbia y Standford.

La falta de financiación a nivel nacional es lo que frena el retorno a Galicia y España de la mayoría de estos investigadores. La doctora en Ingeniería Civil Andrea Muñoz, que está investigando en el Instituto Tecnológico de Georgia, remarca que las condiciones de financiación, infraestructura e investigación que le ofrecen en Estados Unidos llevan años de ventaja con respecto a lo que podría encontrar en Galicia. «Estoy en Estados Unidos desde hace un año y tres meses, con un proyecto en el que estoy aprendiendo muchísimo. El jefe de la investigación es pionero en el tema», explica Muñoz, que viajó a Estados Unidos gracias a la financiación de la Unión Europea. Sin embargo, la joven ingeniera busca volver a casa y a su alma máter, la Universidade da Coruña, en un futuro cercano. «En Galicia hay un talento que es maravilloso», señala.

Alba Covelo lleva dos años en Ginebra estudiando la formación de las galaxias lejanas. Además de haber vivido en Suiza, también lo hizo en Alemania, dos países muy distintos a España. «A nivel personal, la familia tira. Pero a nivel profesional, España es un país difícil para encontrar oportunidades de financiación», comenta la joven. Covelo señala que ve complicado volver a Galicia, tanto por la financiación como por la línea de investigación a la que se dirigen sus proyectos. «Si hubiera alguna oportunidad financiera digna, no dudaría en plantearme volver a Galicia», explica Covelo. Esta física indica que los países que ofrecen mejor financiación son muy diferentes a España y Galicia, desde el punto de vista social. «A mí me llama la atención Francia, porque es lo más parecido que veo a la sociedad española. Además, en cuanto investigación, es un paraíso», señala.

Jóvenes investigadores gallegos, ayer, en la Domus con el rector y el edil de Fomento de la Ciudad. |  Casteleiro / Roller Agencia

Jóvenes investigadores gallegos, ayer, en la Domus con el rector y el edil de Fomento de la Ciudad. / Casteleiro / Roller Agencia

El químico Joel Sánchez Piñeiro comenta que aunque se encuentre muy cerca de Galicia, Portugal ofrece técnicas innovadoras que le aportan valor agregado a su investigación. «Muchos de los métodos que estoy aprendiendo en Porto, no se enseñan en Galicia y tampoco está la tecnología para poder desarrollarlo», explica Sánchez. Pero la familia tira, y es lo que a largo plazo va a tener en cuenta para volver a su tierra. «En algún momento volveré, pero no en el corto plazo», explica el químico.

Sánchez, especializado en la composición de las partículas atmosféricas y en cómo estos componentes afectan a los fluidos corporales, se encuentra muy a gusto en su estancia en Porto. «Tuve la oportunidad de participar en el Comité Organizador de la Sociedad de Química Analítica Portuguesa y en un proyecto para la Fundación para la Tecnología Portuguesa. Estoy muy agradecido de todo el apoyo que me dieron», señala Sánchez.

Adrián Cordido Eijo es uno de los pocos gallegos, y españoles, que estudian la poliquistosis renal, un trastorno renal que se transmite de padres a hijos, en su doctorado en la Escuela de Medicina de Yale. «Acepté ir al extranjero por una perspectiva de futuro. Al haber estudiado en una de las universidades más prestigiosas del mundo, podré tener contratos más competitivos», explica el joven. Su idea es volver a Galicia y poder proyectar su vida, cerca de los suyos. «Quiero volver a casa e iniciar un proyecto de investigación aquí», señala el investigador.

Ramón Rodríguez también estudia galaxias, pero en una universidad española, la Complutense de Madrid. Rodríguez se encuentra en un proyecto doctoral que tiene una colaboración con una universidad sueca. «Quise quedarme en España, pero la financiación principal del proyecto, viene del extranjero», comenta el físico. Explica que le gustaría volver a Galicia, pero las líneas de investigación que sigue no están en ninguna universidad gallega. «Seguramente termine yendo a Suecia para realizar mi tesis posdoctoral», explica Rodríguez.

«Hay que aprovechar la ‘morriña’, para que los investigadores decidan quedarse»

«La parte de la movilidad, dentro de la investigación, es una etapa más de la formación. Es fundamental que los científicos se formen en el extranjero», comenta el director de la Oficina de Captación de Personal Investigador de la UDC, José Mahía.

Galicia, destaca, es un foco de generación de talento en materia de investigación y es bueno que se mueva. Pero el punto principal que hay que tener en cuenta es que quieran volver a Galicia. «Tenemos que generar la forma de que estos jóvenes retornen, para que repercutan en la sociedad, que es la que paga su formación», explica Mahía.

La investigadora jefa del Centro de Investigación en Nanomateriales y Biomedicina de la Universidad de Vigo, María Mayán, coincide con Mahía en que los investigadores gallegos tienen un gran peso en la sociedad. «Por eso debemos buscar la manera de que estos jóvenes retornen a Galicia, para que puedan contribuir al sistema económico e industrial», señala Mayán, que plantea que, como comunidad, Galicia no se puede permitir que los jóvenes regresen con ánimo de trabajar en su tierra, «pero que años más tarde tengan que emigrar de nuevo por falta de financiación». La morriña es el factor principal para que los investigadores decidan volver. «Hay que aprovechar la morriña, y traerlos con condiciones que les animen a querer quedarse», remarca Mayán.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents