El Chuac de A Coruña logra revertir la miocarditis fulminante de una bebé sin recurrir a un trasplante

La sanidad pública coruñesa firma un nuevo hito en España, al recuperar por completo la función cardíaca de una niña de un año mediante el uso de un «corazón artificial» al que permaneció conectada dos meses

Los doctores Carlos Velasco y María Vieitez, cirujanos cardíacos infantiles del Chuac, en quirófano.

Los doctores Carlos Velasco y María Vieitez, cirujanos cardíacos infantiles del Chuac, en quirófano.

Redacción

«La niña está bien. Está normal. Está como antes...», explica Eva Iglesias, vecina de Santiago, al describir el estado de su hija pequeña, una bebé de poco más de un año que se ha convertido en protagonista involuntaria del último éxito de la sanidad pública coruñesa. Un «hito nacional», en este caso, ya que un equipo multidisciplinar del Hospital Materno Infantil Teresa Herrera (Chuac) ha conseguido, por primera vez en España, revertir la miocarditis fulminante que sufría la pequeña debido a «una infección vírica por parvovirus», y recuperar por completo su función cardíaca sin tener que recurrir a un trasplante. Lo han hecho mediante el uso de un dispositivo Berlin Heart, un «corazón artificial» de última generación al que la menor permaneció conectada en torno a ocho semanas. «Hace un mes, nuestro plan era pasar las navidades en la UCI», reconoce Eva. «Esto ha sido el verdadero Gordo de la Lotería de Navidad», resume.

Todo comenzó en octubre, «de la noche a la mañana», cuando la pequeña, que entonces tenía trece meses, «comenzó a no querer comer, una noche de un miércoles, tenía la carita fría y quería dormir, nada más». «Al día siguiente, la llevé a la guardería, porque desayunó y estaba aparentemente bien, pero les dije a las cuidadoras que, si no espabilaba, me llamasen. No por nada, porque no tenía fiebre... pero algo me daba que no iba bien...», recuerda Eva, quien pronto confirmó que sus sospechas eran más que fundadas. «La niña seguía sin querer comer, así que nos fuimos hasta las Urgencias del Hospital Clínico de Santiago (CHUS). Yo pensando que nos iban a decir que era un virus, y que teníamos que esperar su evolución normal... y me vi durmiendo en A Coruña, en la UCI del Materno», rememora, antes de detallar cómo afrontaron aquella situación.

"Confianza" y "aceptación"

«El primer día, fue un shock total. Yo no sabía en dónde estaba. Qué suelo pisaba. Según nos fueron dando un diagnóstico y, ya al día siguiente del ingreso, cuando nos dijeron que la única solución era la ECMO [un dispositivo de asistencia mecánica circulatoria y respiratoria capaz de proporcionar soporte cardíaco y pulmonar], debido al estado del corazón de la niña, que estaba muy grave y que era el momento ya... lo afrontamos confiando en el equipo médico del Chuac, al que estamos tremendamente agradecidos. Estábamos en sus manos y sabíamos, evidentemente, que todo podía pasar. Pero lo encaramos confiando siempre en ellos, e intentando aceptar todas las noticias que nos daban. Porque, los primeros días, fueron noticias malas, continuamente...», reconoce Eva, quien incide en que, aún así, «tratas de encajarlo» y «razonar las cosas».

"Afrontamos la situación confiando en el equipo médico del Chuac, al que estamos tremendamente agradecidos. Estábamos en sus manos y sabíamos, evidentemente, que todo podía pasar. Pero lo encaramos confiando siempre en ellos, e intentando aceptar todas las noticias que nos daban"

Eva Iglesias

— Madre de la pequeña

«Piensas: ‘Bueno, vamos poco a poco...’. Confiando, insisto, en el equipo médico del Chuac, con mucha ayuda de sus profesionales sanitarios, de las enfermeras, las auxiliares... El personal de la UCI del Materno es espectacular. El doctor Carlos Velasco [cirujano cardíaco infantil] es... No tengo palabras para él, igual que tampoco las tengo para la cirujana María García, para los cardiólogos, Adolfo y María... Todos son maravillosos. Un poco, como unos dioses...», sostiene, agradecida.

Una patología "bastante infrecuente"

«La niña llegó a nuestro hospital, que es centro de referencia para el tratamiento de cardiopatías congénitas y pequeños con este tipo de problemas, derivada desde las Urgencias del CHUS», subraya el doctor Velasco, antes de referir que la pequeña «presentaba una miocarditis fulminante por infección vírica por parvovirus B19». Una patología «bastante infrecuente», con una «incidencia estimada» de «un caso por cada 100.000 pacientes», que «genera inflamación en el corazón y anula la función cardíaca», apunta el cirujano cardíaco infantil del Chuac, quien especifica que, «una vez diagnosticada e ingresada en la UCI pediátrica», y tras «24 horas» administrándole fármacos, el equipo médico observó «mala evolución clínica» de la menor, lo cual les llevó a optar por la implantación de un dispositivo ECMO, «para mantenerla con vida».

«Existen casos de miocarditis recuperadas con dispositivos ECMO o asistencias ventriculares de corta duración, pero este es el primero en España tras el uso de asistencia ventricular de larga duración y con una disfunción cardíaca tan severa»

Carlos Velasco

— Cirujano cardíaco infantil del Chuac

«Pasados entre 7 y 10 días» y, «tras comprobar que la función del corazón» de la niña «no mejoraba», la decisión de los profesionales del complejo hospitalario coruñés fue «un cambio de dispositivo de asistencia circulatoria». Fue entonces cuando implantaron a la pequeña «un corazón artificial extracorpóreo de larga duración», denominado «Berlin Heart». «Desde ese momento, el escenario futuro más probable, dada la evolución del caso, era el transplante cardíaco», señala el doctor Velasco, antes de explicar cómo, contra todo pronóstico, dos meses más tarde, y siempre dentro del entorno hospitalario, comenzaron a apreciar «una progresiva mejoría de la función miocárdica» de la menor, lo que llevó al equipo de la UCI pediátrica del Materno a «reducir, de modo progresivo», la ayuda que proporciona el «corazón artificial», hasta su «explante final» y «recuperación total de la función miocárdica de la paciente».

«La excelente evolución» de la niña, en las siguientes semanas tras la retirada del «corazón artificial» de larga duración, permitió «darle el alta hospitalaria» y «controlar su evolución con visitas periódicas a las consultas externas de la Unidad de Cardiología del Materno», destaca el cirujano cardíaco infantil del Chuac, antes de señalar que «existen casos de miocarditis recuperadas con dispositivos ECMO o asistencias ventriculares de corta duración», no obstante, hace hincapié en que «este es el primero en España tras el uso de asistencia ventricular de larga duración y con una disfunción cardíaca tan severa».

Eva Iglesias, madre de la pequeña: "Tenemos que estar muy orgullosos de nuestra sanidad pública"

«Hace algo menos de tres semanas que regresamos a casa con nuestra hija, y se encuentra bien. Está evolucionando, recuperando la musculatura, porque pasó mucho tiempo inmovilizada. Gatea, y va recuperando poquito a poco. Se encuentra muy espabilada, y está bien», reitera Eva Iglesias, la madre de la pequeña protagonista del último hito médico del Chuac, «eternamente agradecida» a todo el equipo de profesionales sanitarios que han llevado a su pequeña.

«Al principio, quisimos ponernos siempre en el peor escenario para intentar asimilar la situación y tener los pies en la tierra. De hecho, estábamos convencidos de que íbamos a trasplante», reconoce Eva, antes de recordar cómo el doctor Carlos Velasco, cirujano cardíaco infantil del Chuac, les anticipó que, de inicio, su pequeña «permanecería un mes» con el «corazón artificial» de larga duración, denominado «Berlin Heart», antes de «entrar en lista de espera para trasplante».

«Al aproximarse esa fecha, fue cuando el corazón de la niña empezó a mejorar. Sin embargo, cuando los doctores Carlos Velasco y Adolfo Sobrino nos comunicaron que había esa pequeña mejoría, al principio, yo era un poco incrédula. Pensaba que era por el Berlin Heart. Ellos nos insistieron en que era real, el corazón comenzaba a mejorar y bueno... ya veríamos. Cuando empezaron a hablar de pruebas para retirar la máquina, lo vivimos con un poco de vértigo, porque sabíamos que era complicado volver a conectarla si el corazón fallaba de nuevo. Pero, otra vez, el equipo médico nos insistió en que, si daban el paso, era porque estaban seguros. A partir de ahí, se sometió a la niña a un procedimiento de prueba de resistencia del corazón, durante una semana... Y, de nuevo, confiamos en ellos. Si dicen que el corazón va, es que va. Y la niña, está. Y nosotros les estaremos siempre agradecidos, al igual que a los pediatras de las Urgencias del CHUS, que la derivaron a A Coruña. Tenemos que estar muy orgullosos de nuestra sanidad pública», reivindica.

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