El legado inmortal de Trini Falcés

La muestra ‘Relembrando a Trini’, impulsada por la Diputación y la Asociación Palestra rinde homenaje a la activista trans coruñesa Trini Falcés, pionera en la lucha por los derechos LGBTI y que falleció en la ciudad hace dos años

Redacción

Trini Falcés se fue hace dos años, pero nadie ha olvidado su huella pionera en el ámbito del activismo de los derechos trans. Ahora, la Diputación y la Asociación Palestra ponen negro sobre blanco la impronta de la coruñesa, figura esencial en la lucha de los derechos LGTBI, en una exposición que deja constancia de su legado en los movimientos sociales.

«Lo mío es un lío», resumía Falcés, en conversación con este periódico, cuando se disponía a contar su impresionante periplo vital con motivo del Premio Marcela y Elisa, que la asociación ALAS le concedió en 2019. Una intensa trayectoria que la llevó a la cárcel por su condición y también a la cabeza de varias manifestaciones de esas en las que pocos eran los que se atrevían a sostener la pancarta.

Ahora, la Biblioteca Municipal Durán Loriga abre al público, a través de la muestra Relembrando a Trini, comisariada por Sergio Marey, el armario de Trini Falcés. Ropa, bisutería, fotos y otros recuerdos elaboran un retrato tangible de las muchas vidas que vivió la activista coruñesa. La muestra también cuenta con documentos como entrevistas, certificados de sus ingresos penitenciarios en las cárceles franquistas o testimonios de su paso por la prostitución, el mundo del espectáculo o el activismo social.

Falcés en la primera manifestación LGBT del estado español.

Falcés en la primera manifestación LGBT del estado español.

Trini Falcés, que vivió en sus carnes la represión descarnada de la dictadura y los efectos de la Ley de Peligrosidad Social o la de Vagos y Maleantes, que la hizo pasar «de una cárcel a otra» durante cinco años, pudo ser testigo, con la llegada de la democracia, de los ansiados tiempos mejores que tanto se anunciaban.

«Cuando murió Franco, yo trabajaba en un hotel. Ese día, mis compañeras y yo bajamos con champán por las Ramblas de Barcelona. Nos persiguió la policía y todo», contaba Trini Falcés a LA OPINIÓN tres años antes de su fallecimiento. Para entonces, ya había logrado lo que tanto ansiaba: tranquilidad. «Fui la segunda o la tercera persona a la que Zapatero dio una pequeña paga por haber sido presa social», comentaba al respecto. A la hora de seguir sus pasos hacia atrás, es inevitable repasar su cautiverio en el campo de concentración para homosexuales en Badajoz o su participación en la primera manifestación LGBTI en territorio español, celebrada en 1977 en Barcelona.

«La historia de Trini merecía un homenaje, un reconocimiento a su decisión y lucha por los derechos de todas nosotras, pues los derechos de quien no se resigna a la norma que la sociedad y las leyes imponen son los derechos de todas las personas», reivindicó la diputada provincial de Igualdad, Sol Agra, durante la inauguración del homenaje.

Fito Ferreiro, de la Asociación Palestra, cercano a Falcés desde su regreso a la ciudad en la que había nacido, la describió como «una superviviente». «Tenía la capacidad de buscar solución a todos los problemas. Vivía de una pensión no contributiva, como casi tres de cada cuatro personas mayores LGTBI», lamentó Ferreiro.

La inauguración dejó espacio para dos conferencias, Situación trans onte, hoxe e mañá, impartida por la activista trans Laura Bugallo, y Cuiruña e a importancia da literatura cuir, de Diego Maseda, coordinador do club de lectura cuir da Rede de Bibliotecas da Coruña.

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