El Concello se plantea la venta forzosa del edificio modernista de Rubine
El propietario mayoritario alega que la dilatación del procedimiento judicial para dirimir la propiedad del inmueble lastra la solución y afirma que hará obras para que sea habitable

Edificio modernista de Rubine / LOC
Redacción
Los conflictos entre la comunidad de propietarios del edificio modernista de Rubine y el Concello continúan. La administración local ha impuesto nuevas multas a la comunidad, entre ellas una de 5.000 euros que no ha sido abonada, y planea incluir el inmueble en el plan de venta forzosa. El pasado 30 de diciembre, el Concello notificó a los propietarios a través del Boletín Oficial del Estado del inicio del procedimiento de declaración de ruina de este histórico inmueble situado en el número 29 de esta calle.
A esta situación se llega después de que el edificio permanezca desocupado desde hace más de 15 años. Al quedar en ruinas, se produjeron algunas situaciones peligrosas para la ciudadanía como la caída de cascotes a la vía pública que obligó a intervenir a los bomberos en octubre del año 2023.
El propietario mayoritario del inmueble, Luis Jaime Sierra, señala que el problema está en la «titularidad del edificio». Cuenta que lleva siete años inmerso en un «largo proceso judicial» y muestra su malestar por esta situación. A este hombre, que es coruñés, pero reside en Madrid, le pertenece la mitad del histórico edificio, pero a quién pertenece la otra mitad del inmueble está por dirimirse en ese proceso penal que se ha alargado durante más de un lustro.
El inmueble fue construido en el año 1923 y formaba un conjunto con otros tres inmuebles de estilo tradicional cuyas fachadas fueron conservadas un tiempo, pero ya desaparecieron. El Catálogo de Patrimonio del plan general lo define como una «hermosa recreación modernista de la arquitectura de galerías».
El propietario del edificio modernista defiende que se han hecho los trabajos que se han requerido en el edificio: «No entiendo algunas multas que nos han impuesto». La última sanción, de 5.000 euros, no ha sido pagada porque planea recurrirla.
El tenedor achaca los problemas del interior del inmueble a una okupación que sufrió tras la marcha de los últimos inquilinos: «Quitaron tuberías y destrozaron el edificio por dentro», señala. El estado de abandono del interior del inmueble hizo que el departamento municipal de Medio Ambiente iniciara varios expedientes por motivos de salubridad.
El expediente del edificio se inició en el año 2009 y fue confirmado en 2013, según había informado el Concello a este periódico. El proceso podría llegar a su fin si el Gobierno local ejecuta la venta forzosa del mismo.
El propietario señala que su intención, si se soluciona el problema de la titularidad, es hacer obras para que el edificio vuelva a ser habitable como antaño: «Yo nací ahí y es una cuestión sentimental».
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