Los arquitectos que también fueron artistas
El Museo de Belas Artes expone la labor de los 23 arquitectos que fueron miembros de la Real Academia Galega de Belas Artes con motivo de los 150 años de su creación. La muestra supone un reconocimiento del carácter artístico de la actividad de estos profesionales

Alfredo Sellier y Xosé Manuel Casabella, comisarios de la exposición, ante el poliedro que le sirve de símbolo en la entrada del Museo de Belas Artes. | Carlos Pardellas / Carlos Pardellas
La conmemoración el año pasado del 175 aniversario de la fundación de la Real Academia Galega de Belas Artes es el origen de la exposición que se exhibe en el Museo de Belas Artes hasta el próximo 23 de febrero bajo el título de Arquitecturas que falan do seu tempo. La muestra recoge la trayectoria profesional de los 23 arquitectos miembros de la Academia coruñesa durante su siglo y medio de existencia, entre los que se encuentra uno de los comisarios de esta iniciativa, Xosé Manuel Casabella, quien comparte esta labor con Alfredo Sellier. La muestra no solo recoge la obra de los 23 arquitectos que han sido miembros de la Academia, sino también la historia de la propia institución, en la que destaca su labor en los primeros tiempos en favor de la creación del Museo y la Escuela de Bellas Artes.
La entidad cuenta con diferentes secciones dedicadas a cada una de las disciplinas artísticas, entre las que se encuentra la Arquitectura desde su fundación, lo que supone su reconocimiento expreso como una de las artes, pese a que son muchas las personas que la conciben más como una técnica. «No tenemos tanta credibilidad como tuvimos en su tiempo», afirma sobre esta cuestión Xosé Manuel Casabella, quien recuerda que las academias de Bellas Artes existentes en el país eran en el pasado delegadas de la Academia de San Fernando «para vigilar que no se hiciesen barbaridades en los edificios históricos», ya que ni existían órganos administrativos que protegiesen el patrimonio. En su opinión, esto suponía que «se tenía fe en la opinión de los arquitectos» en este campo y que «había un poco más de respeto y de credibilidad en sus decisiones».
Casabella explica que el título de la exposición hace referencia a una famosa frase del arquitecto Frank Gehry, de la que dice que «se utiliza con frecuencia porque la Arquitectura siempre ha respondido y seguirá respondiendo a los momentos en los que está construida, expresaba lo que era actualidad en el momento en que se hacía. Está muy ligada a la sociedad porque la Arquitectura, no lo olvidemos, es un arte social, ya que se hace para facilitar y mejorar la vida de las personas».
En cuanto a la relación de arquitectos que integraron la Academia, para Casabella, que a su condición de arquitecto suma la de académico, «no hay ninguna duda» de que entre ellos se encuentran «algunos de los mejores» de la historia de A Coruña, aunque echa en falta la presencia en la institución de Antonio Tenreiro Rodríguez, Ricardo Boán Calleja y Julio Galán Carvajal. Sobre este aspecto, el comisario de la exposición pone de relieve que los arquitectos académicos «fueron elegidos por sus compañeros, lo que les confiere una representatividad, pero eso no quiere decir que fueran los únicos ni los mejores».
Faustino Domínguez fue para los responsables de la exposición «uno de los puntales de creación de la Academia», mientras que el arquitecto municipal José María Noya «tuvo un papel también muy destacado en la ciudad» durante su actividad profesional. De Juan de Ciórraga se destaca que fue «uno de los que divulgó el uso de las galerías después de haberlas sistematizado” que ya habían empezado a emplear los dos arquitectos anteriores pese a que en aquel momento «estaban muy denostadas», según destaca Casabella, quien detalla que ambos autores «vieron que había que incorporarlas a los edificios porque era un deseo popular, aunque los académicos se oponían porque las veían como unos añadidos y querían unas fachadas planas».
Otros arquitectos de los que se habla en la exposición son Pedro Mariño, autor de obras como el Palacio Municipal, y Leoncio Bescansa, al que Casabella considera "muy poco reconocido, pero de un talante extraordinario y que adoraba la arquitectura vienesa”. Sí obtuvo reconocimiento en su época Rafael González Villar, uno de los destacados en la transición del Modernismo al Racionalismo y al que califica como “la figura más representativa de la arquitectura gallega, especialmente del norte de Galicia».
La exposición ofrecerá el próximo martes una visita guiada por Casabella y González para miembros del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia. El jueves la arquitecta Luz Paz Agras impartirá la conferencia Modernidade na Academia: das primeiras arquitecturas racionalistas ata hoxe, mientras que Jesús Ángel Sánchez García, catedrático de Historia del Arte, hablará el viernes sobre Maestros en el arte de construir: la fortuna de un legado.
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