Digitalización y COVID reducen en ocho años en un tercio los socios de bibliotecas de A Coruña activos
El 18% de las personas con carnet usaron el servicio municipal en 2023 frente al 36% de 2015 | Baja la demanda de préstamos y sube la de servicios personalizados

Biblioteca municipal de Durán Loriga. / Carlos Pardellas
Cerca de la mitad de los coruñeses tienen carnet de biblioteca municipal, pero el número de los que realmente emplean los servicios es mucho menor y ha caído por la pandemia y el traslado al mundo digital. De acuerdo con la última Memoria Municipal, de 2023, el número de socios aumentó ese año en más de 5.200 y el total está cerca de los 115.000, pero los «activos», los que emplean el servicio municipal dejando registro, es de apenas el 18,2%, casi la mitad que el 35,9% de 2015. Es cierto que durante este periodo también subió el número total de socios, pero aún así los activos descendieron casi un tercio, de casi 29.400 a unos 20.900.
La pandemia descendió los socios con actividad a apenas el 14% en 2020, y la recuperación, admite la memoria, es «lenta», aunque también «continua». Pero la tendencia ya venía de antes (en 2019 el porcentaje había bajado al 23,1%), y el documento del Concello explica que hay una «menor demanda» de préstamos y consultas en sala: pide adaptar organización y servicios a la «transformación digital».
La mayoría de los trabajadores de las bibliotecas municipales trabajan para una concesionaria, y la presidenta del comité de empresa de esta, Elisabeth Rodríguez, explica que en el COVID «hubo socias y socios que descubrieron el mundo virtual y se quedaron en él», por lo que ahora hacen «poco uso presencial». Los socios activos, añade, «se están recuperando», aunque «volver a la presencialidad lleva tiempo».
Pero la memoria también incide en que están apareciendo nuevos tipos de demanda. Así se está incrementando la necesidad de «servicios específicos, no solo educativos», que también son «muy personalizados» y están dirigidos a «pequeños grupos». Este tipo de oferta «requiere de más esfuerzo y preparación por parte del personal bibliotecario», con lo que el informe municipal insiste en que estas actividades tienen «mucho valor social».
Durante el 2023, siempre siguiendo la memoria, las bibliotecas realizaron 1.954 actividades, de las que la mitad fueron de «formación y aprendizaje» y otro 37,6% de «promoción de la lectura». Los centros municipales también ofrecieron siete cursos de alfabetización digital y más de 54 iniciativas de visibilidad social y difusión, y los participantes en actividades subieron de 27.700.
Y pese a la caída de volumen, los préstamos siguen suponiendo una cifra importante, con más de 274.700 a lo largo de 2023, más de uno por cada vecino de la ciudad. Las visitas a las bibliotecas superaron las 600.000 durante el año, por encima de las 50.000 al mes, y las de la web fueron más de 330.000.
El servicio pide una organización única y modernización
La Memoria de gestión de 2023 incluye propuestas de mejora del servicio de bibliotecas municipales que ya se habían producido en años anteriores, como la expansión de las instalaciones «más antiguas». Señala que las bibliotecas de Durán Loriga y Monte Alto «necesitan ampliarse y modernizarse» porque «no cumplen los estándares mínimos» en cuanto a superficie y «equipamiento» de bibliotecas modernas, lo que les impide prestar «servicios de calidad». También reclama la ampliación de la biblioteca de la Sagrada Familia, si bien en este caso el Ayuntamiento ya ha iniciado las obras.
El texto también señala que la ciudad «adolece de una biblioteca central» que diese servicios que los centros de proximidad «no pueden dar por tamaño». Esta propuesta, que es una petición reiterada del servicio municipal, tendría que asumir la función de «coordinación de las bibliotecas del área metropolitana», que deberían tener una «estructura organizativa fuerte y única». La memoria critica que se estén cubriendo puestos «con personal no especializado».
En cuanto a las inversiones, la memoria pide una «actualización urgente» de los recursos virtuales y tecnológicos», e indica que en 2022 aún estaban «pendientes» muchas mejoras propuestas por la empresa especializada que hizo un diagnóstico del servicio a finales de 2021. El texto añade que la colección va quedando «obsoleta» y «poco atractiva» por la falta de fondos para renovarla.
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