El futuro de los muelles interiores de A Coruña, zona a zona
Este viernes se reúnen Estado, Xunta, Concello y Puerto para acordar las líneas estratégicas de los muelles interiores. Aunque el plan todavía puede sufrir cambios, la idea es dedicar Batería, Calvo Sotelo y Linares Rivas a equipamientos, con vivienda en San Diego. Las descargas quedan en el Centenario, y la pesca en Oza y Petrolero

Vista de parte de los muelles de A Coruña, con la costa de Oleiros al fondo. / LOC
Estado, Xunta, Concello y Puerto celebran este viernes una nueva reunión de Coruña Marítima, que deberá establecer las líneas básicas de futuro para los muelles interiores, desde la Marina a la playa de Oza. Las administraciones convocarán este año un concurso para planificar su futuro, y han consensuado un borrador para prepararlo que, aunque aún puede cambiar mucho, configura un frente marítimo muy distinto al actual. Las actividades portuarias quedan relegadas al muelle del Centenario, el Petrolero y Oza, mientras que en Batería, Calvo Sotelo y Linares Rivas priman los edificios públicos. Ante la plaza de Ourense se plantea un nudo de comunicaciones con tren o metro ligero, y delante de la Casa del Mar un gran multiusos cubierto. En San Diego, un espacio enorme ahora dedicado a tráfico ferroviario y empresas del puerto, habrá vivienda, hoteles y comercios.
Batería y Calvo Sotelo, públicos
En estos dos muelles, situados frente a los Jardines y la plaza de Ourense, las administraciones acordaron el año pasado que no se construya vivienda. Ya están abiertos al paseo, aunque siguen siendo una zona portuaria y a veces atracan trasatlánticos en esta zona. En Batería, la Fundación Marta Ortega Pérez (MOP), de la presidenta de Inditex, ocupó temporalmente una nave para realizar muestras fotográficas, y el año pasado recibió una concesión por seis años. Prevé invertir cerca de 100 millones.
El texto plantea un desarrollo a «corto plazo» en estas dársenas, con «equipamientos de ciudad», y la posibilidad de crear uno «icónico» y de gran escala. Las administraciones han llegado al «consenso» de que «los usos en esta zona se desarrollen mediante un modelo concesional. Es decir, que el suelo seguiría siendo público y se cederían terrenos para iniciativas como la de la Fundación MOP. En la zona se conservan silos que el borrador pretende preservar.

Mapa de la actuación en los muelles. / La Opinión
Tranvitrén a la plaza de Ourense
El proyecto incluye reordenar el tráfico y las líneas de bus, y en el entorno de la plaza de Ourense contempla un «intercambiador intermodal», al que llegarían vías de tren, para «facilitar el intercambio de modo de transporte metropolitano y urbano».
La idea sería aprovechar la actual línea de ferrocarril de mercancías que llega a los muelles para viajeros, dando un servicio de cercanías que pasaría por Betanzos y la ría de O Burgo. Como puede ser problemático entrar con locomotoras hasta el centro de la ciudad, se contempla el tranvitrén, un tranvía que puede circular por vía férrea, como forma de llegar hasta la plaza de Ourense. Esta zona serviría de nudo de comunicaciones, donde desembarcarían los viajeros de fuera de la ciudad y se distribuirían por el resto de la ciudad en autobuses.
El Muro, para uso público
Este es el nombre tradicional del muelle de Linares Rivas, situado ante la avenida del mismo nombre, desde el punto en el que se cruza con Menéndez y Pelayo hasta A Palloza. Aquí está la lonja, que, pese a que ha tenido una disminución del tráfico en los últimos años, cerró 2024 como el mercado de pescado fresco más importante por volumen en España, según el Puerto.
La intención es llevar la actividad pesquera (y esto incluye la venta) a la zona de Oza y el muelle Petrolero. Si la zona quedase sin usos portuarios podría dedicarse a zonas verdes, paseos o equipamientos, pero el mapa incluido en el borrador no especifica ninguna opción para la zona más allá de incluir «equipamientos de ciudad», como en Batería y Calvo Sotelo.
A Palloza, a proteger
Frente a esta plaza, y pegado al mar, se encuentra el muelle del mismo nombre, que incluye varios elementos que el proyecto quiere preservar: la antigua lonja del Gran Sol, que ahora se dedica a almacenes, un inmueble situado junto a ella y dos de exportadores, «en diente de sierra», y elementos del cierre portuario. También se sitúan muchas empresas ligadas a la pesca, que también tendrán que trasladarse.
Pero el uso futuro está establecido. El proyecto también habla de «plantear la introducción de láminas de agua en los terrenos hoy rellenados», por lo que potencialmente incluso podría inundarse parte de los muelles.
Equipamiento ante la Casa del Mar
Aquí se encuentra el límite entre los muelles de A Palloza, el Este y San Diego, y el proyecto para el futuro de los muelles plantea crear un «equipamiento multiusos cubierto de gran capacidad». Aunque el texto habla de que la transformación del puerto debe permitir «albergar las grandes citas de la ciudad», no habla del tamaño de este multiusos o de su propiedad.
Los encargados de redactar el plan deberán diseñar un «edificio singular» que sea un «referente de la actuación» de transformación de los muelles. El borrador afirma que «podría» ser este multiusos, si bien queda a libertad de los que concurran al concurso.
Muelle del Centenario, refugio de las descargas
Desde la zona de A Palloza, los terrenos del puerto se internan en el mar en una península en forma de L, con la sección más corta unida tierra firme y la larga en paralelo a la costa. El istmo de esta península es el muelle del Este, y la zona más amplia está constituida por los muelles del Centenario, el Norte y el Sur.
En estos muelles se encuentra una terminal polivalente, tráfico de mercancías y empresas ligadas a la pesca, y el borrador contempla que al menos los muelles del Centenario conserven finalidad portuaria, con tráficos «limpios». El texto considera que en esta zona podría haber movimiento de contenedores (actualmente prácticamente desconocido en el puerto) y transbordos rodados. También habrá que estudiar «qué tráficos» de mercancía general se quedarán en los muelles interiores y cuáles se llevarán a punta Langosteira.
San Diego, para vivienda y hoteles
Este amplio muelle, con unos 170.000 metros cuadrados, se extiende en paralelo al parque del mismo nombre y la avenida del Ejército, más o menos desde la rotonda de la Casa del Mar al área de juegos infantiles de San Diego; entre la dársena y la ciudad está la estación de tren homónima, también muy extensa y afectada por la reordenación.
Aquí se ubicarán, de modo preferente, los usos con los que se hará caja: vivienda, zonas comerciales y hoteles. Queda por definir cuánto se podrá construir, y cuánta vivienda pública o protegida se incluirá. Por esta zona también tendrán que pasar vías de tren y quizás haya una terminal, ya que se plantea que el tráfico de pasajeros llegue a la plaza de Ourense y el proyecto quiere preservar el de mercancías. Además, a la altura del cruce de la ronda de Outeiro con la avenida del Ejército, el proyecto quiere resucitar la desembocadura del río de Monelos, actualmente soterrada.
Petrolero y Oza
Desde aproximadamente la mitad del parque de San Diego hasta el cruce de Francisco Vales Vilamarín con la avenida de Oza, en Os Castros, se extiende el muelle Petrolero, donde se encuentran las instalaciones de Repsol. Desde allí hasta la plaza de Oza está el muelle del mismo nombre, donde atraca la flota pesquera.
Repsol ya ha trasladado el tráfico de crudo a los muelles exteriores de punta Langosteira, y en los próximos años irá moviendo otros productos. Cuando el espacio quede libre, el borrador pretende concentrar en Petrolero y Oza los usos pesqueros de otras zonas.
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