Un inversor reactiva el plan del paso peatonal de San Agustín a Panaderas

El dueño del 19 de la segunda vía, que anteriores Gobiernos locales quisieron comprar, quiere rehabilitarlo para disponer de ocho viviendas, y se creará un acceso público por la planta baja

Edificio de calle Panaderas ,19.

Edificio de calle Panaderas ,19. / Iago López

Desde hace décadas, el Ayuntamiento planea construir un paso peatonal directo entre Panaderas y San Agustín. El PP propuso, con Carlos Negreira en la Alcaldía, comprar el nº 19 de Panaderas, que da a una finca separada de la plaza por un muro y construir allí un ascensor y escaleras normales y mecánicas, y el Gobierno local de Marea Atlántica realizó gestiones para adquirirlo. El plan se atascó, y ahora se ha reactivado con un proyecto del dueño, un inversor privado, que quiere rehabilitar el edificio para ocho viviendas. 

Según indican fuentes del Gobierno local, habrá una «inversión privada con un paso de uso público», y la propiedad «todavía está presentando documentación para poder obtener el permiso». El edificio está dentro del Plan Especial de Protección y Reforma Interior de la Ciudad Vieja y Pescadería (Pepri), que prevé la actuación, y eso conlleva que las actuaciones urbanísticas y reformas tienen que pasar por una comisión de expertos. El edificio, además, está protegido.

La finca cerrada en la parte trasera del 19 de Panaderas, desde San Agustín.

La finca cerrada en la parte trasera del 19 de Panaderas, desde San Agustín. / Iago López

El dueño presentó a la comisión una petición para «rehabilitar» el edificio, con ocho viviendas, que limitó algunas de sus propuestas. Su resolución no da detalles sobre el paso a construir bajo el inmueble, más allá de indicar que es «necesario conseguir un itinerario accesible» que mantenga los «aspectos específicos» de la edificación sin «deturpar sus valores catalogados». Sí informa favorablemente acerca de la «seguridad del espacio».

El Pepri contempla realizar una conexión entre San Agustín y Panaderas a través de la «planta baja» del edificio y establece que se puede «imponer», si es necesario, una servidumbre de paso. Esto quiere decir que el dueño mantendrá la propiedad de la parcela, pero deberá permitir que los ciudadanos circulen por parte de ella. Como hay una diferencia de altura entre Panaderas y San Agustín, serán necesarias escaleras, y la recomendación de accesibilidad apunta a que podría haber elementos mecánicos o un ascensor, como ya se propuso.

El dueño de la finca también pidió vaciar el edificio, esto es, derrumbar el interior y mantener la fachada principal, pero la comisión recuerda que esto no está permitido porque el inmueble tiene un grado de protección nivel tres, estructural. También llama a eliminar un elemento saliente del patio, recuerda que la escalera del inmueble es un elemento «singularmente protegido» e informa favorablemente de dos las propuestas del dueño, que no aparecen descritas en detalle.

Años para realizar la compra

El servicio municipal de Rehabilitación llegó a tasar el edificio en algo más de 900.000 euros, y en 2017 el presupuesto del Concello reservó esa cantidad, tras un modificativo de Marea apoyado por el PSOE, para realizar la compra. Pero las negociaciones se alargaron y el Ayuntamiento llegó a amenazar con expropiar la finca.

Esta pertenecía a la Fundación San Rogelio, presidida por el Arzobispado de Oviedo, y el Principado de Asturias tenía que dar el visto bueno a la venta porque la entidad forma parte del Registro de Fundaciones que depende de su Consejería de Servicios Sociales. El plácet llegó el 7 de mayo de 2019, y la compra debía hacerse en seis meses, pero el plazo transcurrió sin la operación. El nuevo Gobierno local del PSOE afirmó que había que realizar varios informes previos.

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