«Me he dado el lujo de inventar vidas, aunque estén inspiradas, y he escrito de forma más libre»
Presentó su libro 'Luna Roja' en A Coruña

Nieves Herrero posa con su libro, ayer en A Coruña. | | CASTELEIRO
¿Por qué quiso situar la historia en los años 50?
Me atraen los años 50, pero también los años 40 y los 60. Todo lo que es previo a la guerra civil y la posguerra civil me atraen muchísimo. Realmente me atrae la historia y esto es una ficción dentro de la historia. Lo he situado en el 54 porque me parece que es un momento muy bonito. España, de repente, dejaba de estar tan aislada. Las bases norteamericanas se instalaron en lugares estratégicos. A partir de ese momento, empiezan a llegar americanos a rodar a España y se llenan las calles de figuras súper conocidas, como Ava Gardner, Gary Cooper u Orson Welles. También quería situarlo bastante cercano en el tiempo a la propia Margarita Landi, que es la que me ha inspirado, para que mi personaje viviera lo mismo que ella.
¿Cómo es esa Margot Sanz Peters? ¿Llegó antes a usted la protagonista que la propia historia?
Yo llevo ya 10 años dándole vueltas a Margarita y entrevisté a mucha gente cercana a ella. Es más, era un libro que iba a hacer como biografía novelada pero luego el libro de La Baronesa me enseñó que no tengo por qué hacer ese tipo de libros sino que pueden ser inspiraciones. Me dije «ya hago periodismo para hablar de nombres y apellidos reales, pues me voy a dar el lujo de inventar vidas, aunque estén inspiradas, pero inventarlas». Esto me ha hecho escribir de forma más libre. Para mí ha sido como un ejercicio terapéutico.
Habla del momento en el que la baronesa Thyssen no le dejó publicar la biografía que estaba escribiendo con ella. ¿Fue un punto de inflexión para usted? ¿Fue duro?
Sí, fue muy duro. Ir tres años de la mano y que desaparezca... Es como cuando te deja tu novio y dices «pero si nos queríamos muchísimo». Pero muchas veces no hay explicación. Cuando lo asimilé dije «vale, muy bien, he aprendido la lección, voy a inspirarme pero no voy a hacer 100% a los personajes porque no quiero disgustos, no quiero sufrir, quiero pasármelo bien».
Su protagonista vive en una constante dualidad: periodista de moda por la mañana; periodista de sucesos por la tarde. ¿Encontró inspiración en algún momento de su carrera?
Cuando yo empecé Periodismo, como mis padres no querían que hiciera esta carrera sino que querían que hiciera Medicina, durante un tiempo les fui diciendo que en realidad yo iba a estudiar biológicas o medicina y que lo iba a compaginar. Me decían «vale, vas a hacer periodismo científico», pero solo me matriculé en Periodismo. Cuando vieron los primeros artículos firmados ya se tranquilizaron, pero al principio se llevaron una gran decepción. Mi profesora de literatura, Conchita, fue la que me dijo que había una profesión de escribir.
Su libro también hace reflexionar sobre el avance de la sociedad y de la mujer en ella.
Total. La primera vez que llega una mujer de pleno derecho a la Policía fue en 1979. Cuando Margarita aparecía por allí a pedir información de un suceso, se dieron cuenta de que tenía un sexto sentido y que podía ayudarles mucho en interrogatorios. Colaboró muchísimo. Y a Margot la he puesto exactamente igual. Mi personaje también tiene mucho del ímpetu que ponían muchas mujeres a ser policías, a salirse del carril que estaba establecido. Por ejemplo, el primer caso de mujer policía, que aparece en el libro, fue en 1920. Esta mujer se hizo pasar por un hombre. Para que veas que esto fue anteayer, que tenían que ocultar su sexo para trabajar donde les gustaba.
¿Es también un homenaje a las mujeres que rompieron moldes?
Sí. Era un momento en el que los jóvenes no quisieron llevar la vida de sus padres y quisieron salirse de lo establecido. También todas estas americanas que llegaron te hacían ver que había algo que era la libertad sexual. Aquello fue un choque total. En aquella época, no se permitía a las mujeres llevar escote o que una pareja fuese de la mano por la calle. Ya lo de darse un beso era impensable. Hubo mucho cambio en muy poco tiempo.
En Luna Roja escribe «hay más buenos que malos, pero a estos últimos se les nota mucho». Es una frase que podríamos traer a la actualidad.
Sí, vale para este 2025. Al malo se le oye mucho y se le ve mucho. Cuando sucede algo muy trágico, es portada y noticia en los medios de comunicación. Algo que quiso hacer uno de mis jefes, Tico Medina, fue «las buenas noticias» y duró nada en la tele porque no tenía audiencia. Hay mucha gente buena pero no son noticia. La gente que traspasa la línea roja sí que tiene mucho sitio en la prensa.
También habla de los medios en el libro.
Aquí sale mucho la radio y la prensa escrita. También el mundo de las piedras preciosas porque cada mujer que es asesinada sale con una piedra preciosa en la mano. Es como que el asesino va tres pasos por delante de la policía. La investigación policial me parece preciosa porque era muy rudimentaria, era muy de sexto sentido. No había técnica policial, solo la huella dactilar, nada más. Además, a los malos se les tenía muy fichados y cuando salían de la cárcel, si se producía un hecho, dejaban su huella y los policías decían «esto ha sido de fulanito». Cuando alguien traspasaba ese umbral del mal y era muy difícil pillarle, tenía a la policía completamente loca.
¿Habrá una segunda parte?
Sí. Empecé a escribirla el domingo. El cuerpo me pedía sentarme al ordenador. Para mí es un escape, es terapia. Me han pedido una segunda parte y ya estoy en ella. Estoy muy feliz, muy contenta, y ya dando vida a otra parte de la historia de España donde Margot también va a intervenir.
Suscríbete para seguir leyendo
- El Concello de A Coruña cederá cuatro parcelas a la Xunta para vivienda de promoción pública
- Estrella Galicia lanza la ‘Enciclobirra’, la primera enciclopedia bebible
- El absentismo en la recogida de basura continúa: 1 de cada 4 trabajadores no acude a su puesto
- Condenado un hombre en A Coruña que afeitó las cejas y cortó el pelo a su pareja mientras dormía para denigrarla
- Arde un piso en la avenida de Hércules, en Monte Alto
- La ‘magia’ musical que hizo volver a brillar la calle San Juan
- El ejemplo A Coruña: organización colectiva y apoyo mutuo en la era del individualismo
- Derriba con su coche dos farolas en la tercera ronda y se da a la fuga