Los nacimientos de madres no casadas son mayoría por primera vez en la historia de A Coruña

En 1996, los partos fuera de la unión conyugal eran apenas un 13%, pero han ido creciendo de forma sostenida por la secularización de la sociedad y los nuevos modelos de familia | La situación, novedosa aquí, es común en Europa

Niños en el parque infantil de Méndez Núñez. |  Víctor Echave

Niños en el parque infantil de Méndez Núñez. | Víctor Echave

Por primera vez desde que existen datos, los niños coruñeses nacidos fuera del matrimonio superan a los de madres casadas. Lo reflejan las cifras del Instituto Galego de Estatística (IGE), que acaba de publicar los nacimientos definitivos por estado civil de la madre en 2023: por 659 partos de mujeres en unión conyugal, hay 719 de madres sin marido. A nivel legal la situación de los niños nacidos fuera del matrimonio y dentro es la misma desde hace décadas, y la socióloga Belén Fernández relata que la tendencia se puede explicar por dos fenómenos: la «secularización» de la sociedad, cada vez más laica, y la «diversificación» de los tipos de familia.

«Galicia y A Coruña siguen una tendencia europea», señala Fernández, profesora en la Facultade de Socioloxía de la Universidade da Coruña (UDC), y en otros países ya nacen más niños fuera del matrimonio. Pero no era esa la situación hace unas pocas décadas. En 1996, cuando empiezan las estadísticas del IGE y nacieron algunas de las mujeres que ahora están dando a luz, en la ciudad hubo poco más de 200 partos de madres no casadas, apenas el 13% del total. En 2006 el porcentaje había subido hasta el 28%, y diez años después todavía eran el 45%.

Para la socióloga, España está sufriendo un proceso de secularización «muy potente», y el matrimonio, aunque puede hacerse por lo civil desde hace décadas, «estaba muy ligado al rito religioso». Ahora, las generaciones que están teniendo hijos «ya no perciben que sea necesario casarse para fundar una familia». Es cierto que la mayor parte de los hijos fuera del matrimonio siguen naciendo dentro de una pareja, constituida como una unión de hecho o sin un vínculo formal, pero al mismo tiempo, explica la socióloga, están «creciendo las familias monoparentales» con solo un progenitor, normalmente la madre. En el conjunto de España, indica Fernández, son ya el 11% de los hogares.

En parte provienen de parejas desaparecidas, por un divorcio o la muerte de un cónyuge, pero también «se está incrementando» el número de madres solteras por elección. «Este aumento se ve en los centros de fertilidad, y se están organizando como grupo para demandar apoyo en políticas públicas», puntualiza la investigadora y docente de la UDC.

La abogada Pilar Cortizo, que ejerce en el despacho coruñés Torres Díaz, está especializada en derecho de familia, y coincide con Fernández en que el aumento del porcentaje de hijos de solteras tiene «una razón sociológica más que jurídica», pues no ha habido ningún cambio legal, en las últimas décadas, que modifique el estatus de los niños nacidos fuera del matrimonio. Antaño sí que había un trato legal desigual, y el Código Civil no reconocía el mismo derecho a heredar a los hijos fruto de la unión conyugal y los que se habían tenido fuera de esta. En 1981, explica, se introdujo la «plena igualdad de derechos» entre unos y otros.

La única diferencia está a la hora de determinar la paternidad. Si un niño nace dentro de un matrimonio se supone que el padre es el marido de su madre, pero si no el padre tiene que reconocerlo expresamente; si no quiere, el hijo o la madre pueden iniciar una acción legal para forzarlo a hacerlo. Pero, una vez que se determina quién es el padre, cuenta Cortizo, este pasa a tener las mismas obligaciones hacia el niño tanto si está casado con la madre como si no.

La letrada puntualiza que donde no están equiparados los derechos y obligaciones es entre los miembros de la pareja. Cuando se disuelve un matrimonio, pone como ejemplo, el cónyuge que salga perjudicado económicamente puede recibir una pensión compensatoria de su expareja, pero esto no pasa en una unión de hecho. Si muere un miembro de una pareja de hecho, que pueda recibir pensión de viudedad es más «controvertido», y la persona que quede viva no tiene derecho automático a la parte de herencia para herederos forzosos.

Más individualización

Que el número de hijos de solteras haya sobrepasado al de madres casadas no se debe a que los primeros hayan crecido mucho en los últimos tiempos, sino sobre todo a la caída de los segundos. Actualmente hay prácticamente el mismo número de nacimientos fuera del matrimonio que en 2011, algo más de 700, pero los que se producen dentro de la unión conyugal bajaron a la mitad.

Fernández advierte de que en el desplome hay «muchos factores». Uno es la «individualización»: los coruñeses de hoy tienen parejas más inestables y con más «problemas de compromiso». «Cuesta tener pareja», resume la socióloga, y la edad en la que se forma la primera relación estable «es tardía», lo que lleva retrasas la edad de tener el primer hijo más que en otros países.

Si bien en descenso de número de partos «seguimos tendencias europeas», aclara la socióloga, en los países del sur del continente la bajada es «más acusada». En la caída de también influyen «las dificultades para emanciparse, ahora agravadas por el [problema de] acceso a la vivienda». Y, añade Fernández, «tampoco tenemos unas políticas sociales generosas que apoyen a las familias: es necesario reforzar el apoyo de todas las Administraciones para el que quiera tener hijos pueda, y en mayor número: la tendencia es tener solo uno».

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