Protesta de trabajadores del Chuac: «Un vigilante más no garantiza nada, sin más recursos estamos vendidos»

Los profesionales de Urgencias se concentran de nuevo ante las «insuficientes» medidas de seguridad adicionales del área sanitaria. La presencia policial y de tres vigilantes frente el despacho del gerente provocan tensión y malestar en la manifestación

Nueva protesta en el Chuac para reclamar más seguridad tras la agresión de un paciente a dos trabajadores

A Coruña

«Estamos vendidos». Es la contundente apreciación de los profesionales del área de Urgencias del Chuac, que este jueves se volvieron a concentrar para pedir más seguridad y más medios después de que un paciente con problemas psiquiátricos dejase a un enfermero y a un vigilante de seguridad heridos. Los profesionales consideran «insuficientes» las medidas de refuerzo de la seguridad anunciadas por el área sanitaria, que incluyen la «revisión de protocolos», apoyo psicológico y legal a los trabajadores y la inclusión de un vigilante más en el turno de tarde. Medidas que, para los más de 300 profesionales concentrados este jueves en las instalaciones, no atacan a la raíz del problema.

«Una presencia más por la tarde no nos garantiza nada. Los protocolos están sin hacer, no nos valen. Queremos un protocolo para todo el complejo, no solo para Urgencias. El que hay está obsoleto, es del 2012, las Urgencias han cambiado mucho. Los profesionales se sienten desprotegidos», lamenta la presidenta del comité de trabajadores del Chuac, María Formoso. La presencia policial en la marcha del jueves y la de tres vigilantes de seguridad encargados de guardar «el despacho del gerente», aseguran, redundó en el malestar de los profesionales congregados, que respondieron con gritos de «¡Para esto si que hay seguridad!» y otros que pedían la dimisión del gerente. «Nos pareció bochornoso que el gerente tuviese tres guardias de seguridad, sin contar con los 6 o 7 Policías Nacionales que estaban allí haciendo cordón. Creemos que la actuación de la policía no fue proporcionada, uno de ellos incluso sacó una porra y golpeó a una de las manifestantes», denuncia María Formoso.

Los profesionales de Urgencias piden solucionar los problemas estructurales que sufre el servicio, que empiezan en el colapso de la unidad de agudos del Hospital de Oza, lo que obliga a derivar a pacientes con patologías mentales —como el que atacó a los dos trabajadores el lunes— a Urgencias, un entorno «inadecuado» para este perfil de usuarios. «Debería iniciarse un protocolo con cualquier paciente agresivo, sea o no de salud mental. Esos pacientes pasan mucho tiempo en urgencias, donde los profesionales no tienen formación específica, y eso es responsabilidad de la gerencia», señala la representante sindical. Los profesionales manifiestan que, hasta hace pocos meses, se echó mano de la Unidad de Rehabilitación contigua, donde una enfermera se encargaba de vigilar y prevenir posibles fugas, lo que denota, advierten, las fallas del actual sistema. «Sin más recursos estamos vendidos, son claramente insuficientes. El ratio paciente/profesional de A Coruña es el peor de toda Galicia. Somos los profesionales que más pacientes tenemos a cargo», cuenta María Formoso.

Los profesionales han solicitado una reunión extraordinaria con la gerencia para conocer las medidas que se van a implantar para paliar estas deficiencias, cómo será el nuevo protocolo y con cuántos profesionales contará, pero, aseguran, todavía no han recibido contestación por parte de los responsables del área sanitaria. En el caso particular del personal encargado de la vigilancia, entre sus principales demandas están la puesta en marcha de áreas específicas para pacientes con enfermedades psiquiátricas, métodos de protección personal que les ayuden a salvaguardar su integridad frente a incidentes, como chalecos anticorte y sprays de gel; el reconocimiento como agentes de la autoridad como medida disuasoria ante posibles agresiones y un aumento del plus de peligrosidad.

Goteras en Oza

En el Hospital de Oza llueve sobre mojado. Al colapso en el área de Agudos que redunda en el desborde de Urgencias del Chuac, se une la denuncia, por parte del personal, de problemas de filtraciones que el edificio sufre «desde hace años», lo que provoca, advierten, la presencia de goteras durante los meses de lluvias. El personal asegura que el problema afecta a la estructura anexa al edificio principal, en el área de rehabilitación y fisioterapia. El agua de lluvia se acumula en el tejado, durante el invierno y la primavera, formando «una auténtica piscina», que se filtra a través del hormigón, afectando a las zonas de trabajo de fisioterapia, a las zonas de consulta, tránsito y espera y que llegaron a provocar incluso el desprendimiento de una parte del techo.

«Estos problemas afectan a las consultas de fisioterapia y el área de tratamiento, que durante el invierno están cubiertas de sábanas, empapadores y cubos de agua», lamenta el personal del centro hospitalario, que asegura que a veces se ven obligados a trasladar las consultas y los tratamientos debido a esta cuestión. El personal ha denunciado la situación ante Veolia, empresa encargada del mantenimiento, pero señalan que solo se han puesto «parches». Desde el hospital señalan que entre sus planes está solucionar los problemas de la cubierta con materiales aislantes, unas gestiones que, avanzan, ya están en marcha.  

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