El presupuesto de A Coruña que se decidirá entre las propuestas del Gobierno local y el PP
Los populares solo sacarán adelante sus enmiendas a las cuentas si los nacionalistas no votan en contra, pero el Bloque se decanta por encaminar al Gobierno local a la cuestión de confianza

Los presupuestos de A Coruña para 2025 pasan por el pleno municipal / Iago López
El Gobierno local lleva este jueves a pleno su proyecto de presupuestos para este año, y se enfrentará con una propuesta alternativa. El PP presentará una enmienda que pretende blindar la capacidad actual de la Corporación para controlar las cuentas, sin dar más poder al Gobierno local como quiere el PSOE, y reasignar fondos a diferentes partidas. Entre los socialistas, con once concejales, y los populares, con doce, se encuentran los cuatro ediles del BNG, y sus votos decidirán cuál será el proyecto de ciudad, además de determinar el clima entre las fuerzas políticas de izquierda en los próximos ejercicios. La situación más probable es que se opongan a los dos proyectos, lo que acabará permitiendo la aprobación al proyecto del PSOE a través de una cuestión de confianza.
Los nacionalistas son los aliados naturales de Inés Rey en este mandato. La invistieron alcaldesa en 2023, y acordaron con los socialistas los presupuestos de 2024. Pero se han negado a repetir el pacto para este año, alegando incumplimientos. El BNG rechaza adelantar el sentido de su voto para hoy. Puede oponerse a la propuesta del Gobierno local o abstenerse, pero esto no cambia las matemáticas electorales: si los socialistas no tienen los votos nacionalistas, el PP podrá bloquear el presupuesto.
El Ejecutivo municipal, como hasta ahora, tendría que seguir con las cuentas prorrogadas, una situación que si bien permite seguir pagando nóminas y gastos fijos, deja sin fondos las inversiones o los convenios a menos que se hagan modificaciones, que también tienen que ir a pleno. Quedarían sin dinero iniciativas que Rey anunció la semana pasada, como la reforma de la Terraza para servir de sede a la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia), la reurbanización del entorno del estadio de Riazor y las primeras actuaciones de su compromiso de invertir más de 50 millones en los barrios hasta abril de 2027.
Pero la regidora se ha comprometido a que «la ciudad no quedará paralizada», y la ley aún le permite jugar una carta que es la opción más probable. Tras perder la votación, puede someter las cuentas a una cuestión de confianza. La oposición tiene entonces un mes para presentar una moción de censura, es decir, un candidato alternativo a alcalde con mayoría absoluta. El PP estaría dispuesto, pero el BNG ya ha dicho que no respaldará esta opción. Una vez pasado el mes, los presupuestos quedarán aprobados inicialmente. Este es el procedimiento que empleó el alcalde Xulio Ferreiro, de Marea Atlántica, en 2017, y consiguió aprobar su propuesta presupuestaria.
La oposición podrá presentar alegaciones, si bien la ley limita estas a causas tasadas como ilegalidades en la elaboración o falta de crédito para pagar sus obligaciones. Los socialistas tendrán sus cuentas , y, si bien el BNG no habrá tenido la oportunidad de introducir sus proyectos, podrá decir que se ha mantenido firme al exigir el cumplimiento de los pactos y retomar negociaciones cuando haya que realizar una modificación del presupuesto, o cuando se preparen las cuentas de 2026.
Una modificación inusitada
Este jueves, antes del presupuesto, se votará la propuesta con la que el PP pretende enmendar el presupuesto del Gobierno local. Si el BNG no vota en contra, el PP podrá cambiar los presupuestos y poner al Gobierno local en la incómoda situación de tener que ejecutar unas cuentas que no ha decidido. De esto también hay precedentes: en 2016 el PP y el PSOE votaron enmiendas a la que se oponía Marea Atlántica, y entre los argumentos estaba impedir que esta cambiase las bases de ejecución del presupuesto para dar más libertad al Gobierno local al mover partidas presupuestarias, como ahora quieren los socialistas.
Pero esta opción es poco probable. Aunque el PP y el Bloque han votado en el mismo sentido y mociones, no hay precedentes de que pacten un gobierno en el Ayuntamiento, y tienen diferencias de calado en modelo de ciudad, en cuestiones como el urbanismo. Que el BNG apoye las cuentas del PP sería inusitado en la política coruñesa.
Otra opción es que el Gobierno local, si considerase que se va a aprobar la enmienda, intentase impedir su votación. En 2016, el alcalde de Pontevedra , Miguel Anxo Fernández Lores, retiró los presupuestos del orden del día de un pleno después de que se presentasen enmiendas que consideraba ilegales, invocó el artículo que regula las cuestiones de confianza, y se aprobaron días después en una sesión extraordinaria. La Justicia desestimó los recursos contra sus decisiones. Lores también bloqueó una votación de enmiendas en el presupuesto de 2024, que finalmente se aprobó por cuestión de confianza.
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