Un salto con red a la vida independiente en Down Coruña
Iván Bermúdez, José Manuel Piñón y Carlos Méndez comparten piso desde hace una semana en el Barrio de las Flores, en el marco del programa ‘Vivienda con apoyo’ que gestiona Down Coruña y que proporciona una primera experiencia a jóvenes con discapacidad en la vida independiente

Los jóvenes realizan tareas en la cocina. | Carlos Pardellas
Dejar el nido es una parte del periplo vital de cualquiera; pero, especialmente en el caso de las personas con discapacidad, a veces son las propias familias a las que más les cuesta dejar volar a sus hijos. Lo cierto es que a Iván Bermúdez, José Manuel Piñón y Carlos Méndez, usuarios de Down Coruña, no les ha ido nada mal en su primera semana de convivencia como compañeros de piso en el Barrio de las Flores. «Yo sigo un poco nervioso, todavía necesito que me den una semanita más para acostumbrarme, es mucho cambio», confiesa José Manuel, que recibe a LA OPINIÓN, junto a su compañero Iván, en el sofá de piso que comparten en el marco del programa Vivienda con apoyo: Tu camino hacia la emancipación, que Down Coruña gestiona en la ciudad. Su compañero Carlos no ha podido acudir a la entrevista porque se encuentra en clases de teatro. Juntarlos a los tres, como ocurre en cualquier piso, no es tarea fácil. «No paramos», confiesan.

Iván y José Manuel, en sus respectivas habitaciones. | C.P.
El piso les brinda una primera experiencia de vida autónoma, pero no es un salto sin red a la cotidianidad doméstica. Día a día, el personal de Down Coruña se encarga de echarles una mano en lo que les vaya haciendo falta. La semana de los tres compañeros transcurre entre jornadas laborales y actividades de ocio. Ahora, cuando llegan a casa, también les toca cocinar, limpiar y repartirse las tareas que les corresponda.
«Nos hemos ido turnando para hacer cocina, baños, salón y pasillos. Yo me estoy adaptando muy bien, poco a poco. La semana pasada, por ejemplo, me tocó salón y pasillo», relata Iván, que también reparte el tiempo con los entrenos del Deportivo Genuine, en cuyas filas milita. Los tres compañeros se conocen desde hace años, pues son muchas las horas compartidas en las actividades de la asociación. Los tres están plenamente insertados en el mercado laboral: José Manuel trabaja a diario en una gasolinera, mientras que Iván y Carlos son dos rostros conocidos en la ciudad, ya que ambos trabajan en el popular Quiosco Down Experience de la plaza de Ourense, lo que le ha brindado a Carlos cierta experiencia en la cocina que sus compañeros ahora aprovechan.
Sus motivos para independizarse, los de cualquier joven en la treintena. «Quería ir probando para, a lo mejor, vivir con una pareja o con amigos el día de mañana», cuenta Iván. En el caso de José Manuel, la motivación era estar un poco más a su aire. «Estaba harto de mi familia», bromea. «Probar en el piso unos mesecitos nos va a venir bien a todos», confiesa entre risas.

Ana Canosa, responsable del programa, junto a Iván y José. / Carlos pardellas
En el piso viven de lunes a viernes, y el fin de semana regresan con sus familias, con las que vivían hasta ahora. La responsable del programa, Ana Canosa, les visita diariamente para guiarlos en la necesidades que vayan surgiendo, aunque, asegura, poca ayuda han precisado por el momento. «Nosotros estamos aquí para dar apoyo en lo que necesitan. A la hora de comer, por ahora tiramos de comida para llevar, porque tienen agendas ocupadas y horarios distintos. Las cenas las hacen ellos, por ahora frías, e iremos introduciendo cocinados. También echamos una mano con la limpieza, pero casi ni hace falta, el otro día cuando llegamos lo tenían todo limpio», cuenta la responsable del proyecto.
No es la primera vez que ensayan la experiencia con jóvenes de Down Coruña en la ciudad. Otros han convivido en ediciones previas del programa, y, cuando se han lanzado a buscar piso por si mismos, se han encontrado con que la principal barrera no es otra que el precio del alquiler. «Esto es como un primer paso para que vean que son capaces. A algunos les apetece seguir y otros prefieren volver con sus familias. Ahora con el tema del alquiler todo es más complicado, porque muchos tienen contratos de trabajo reducidos. Estamos buscando financiación o alguna ayuda, porque es una pena que lleguen hasta aquí y no puedan independizarse por el precio», lamenta Ana Canosa.
Disfrutar de la autonomía, tomar decisiones y planificar sus horarios no solo es beneficioso para los jóvenes que se lanzan a vivir la experiencia de la vida independiente; también para sus familias, aunque tengan que acostumbrarse al nido vacío. «También les demuestras que sus hijos son capaces, que pueden llevar una vida independiente. A veces son a las que más les cuesta. Es una forma de ver que no tienen que criar a una persona toda la vida. Todos nos emancipamos porque queremos estar a nuestro aire», reflexiona Ana Canosa.
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