Las sanciones a locales de ocio nocturno se duplicaron durante el último año

La asociación de vecinos del Orzán, satisfecha, asegura que «el Concello por fin está haciendo cumplir la ordenanza» | Los hosteleros del centro muestran su hartazgo y planean unirse para encontrar una solución

Despliegue policial nocturno en A Coruña

Despliegue policial nocturno en A Coruña / Víctor Echave

A Coruña

Las sanciones a negocios de ocio nocturno por incumplimiento de las ordenanzas municipales aumentan. En 2024, las multas impuestas por el Ayuntamiento a estos locales se duplicaron respecto al año anterior, pasando de las 28 de 2023, ocho de ellas por ruidos, a las 52 del año pasado, nueve por sonido excesivo, según datos proporcionados por el Gobierno local.

La tendencia continúa y apunta a incrementarse en 2025. En lo que llevamos de año ya han sido sancionados quince establecimientos, la mitad que en todo 2023, según la información facilitada por el Ejecutivo local. Doce de esas quince multas se impusieron por vulnerar la ordenanza de ruidos.

Las denuncias, que una vez tramitadas pueden concluir o no en sanción económica y administrativa, como la clausura del local, han aumentado a pesar de la reducción de las inspecciones, según se constata en las memorias de actividad de la Policía Local. En 2018 se hicieron 235 controles, mientras en 2023, último año del que se ha hecho público el balance policial, el número se redujo a 84, mucho menos de la mitad. Sin embargo, las denuncias subieron en cinco años, pasando de 60 en 2018 a 76 en 2023.

Una de estas denuncias se puso el pasado 8 de diciembre a Le Tavernier, un establecimiento situado en la Marina. La Policía Local recoge en su informe que desde una de las viviendas colindantes, en la que se presentó la denuncia, se podía escuchar música a un volumen perfectamente audible: «En ocasiones, dependiendo de la canción que suene, es posible escuchar la letra e identificar el tema. Concretamente durante la recogida de una de las muestras de ruido estaba sonando la canción Despechá, de Rosalía».

Los hechos que generan más denuncias, según recogen los balances del 092, son, con diferencia, el incumplimiento del horario de cierre de los establecimientos hosteleros y los ruidos en los locales denunciados por los vecinos. En 2023 hubo 48 denuncias al respecto, lo que supone más de la mitad del total.

Uno de los locales sancionados este año ha sido La Intrusa, cuyo dueño, Aitor Neira, ha propuesto que se unan los locales de hostelería para negociar con el Concello y los vecinos. «Yo no tengo que sentarme a ninguna mesa con ningún bar. Yo no quiero cambiar la ordenanza y, en tal caso, lo que haría es que fueran más restrictivas para que no pudieran molestar. No les vamos a permitir molestar hasta la hora que quieran», dice de forma contundente el presidente de la asociación de vecinos del Orzán, José Luis Méndez, sobre la propuesta del hostelero. La entidad se mostró tiempo atrás contraria a la ordenanza municipal e instaba al Concello a aplicar la de la Xunta, ya que consideraba que era más restrictiva y más beneficiosa para sus intereses.

El portavoz vecinal no da a lugar a ningún tipo de negociación: «No voy a hablar con ningún hostelero para llamarle macarra. No tiene sentido alguno, es como si me sentara en una mesa con un Guardia Civil para revisar las normas de tráfico. Las leyes están puestas y hay que cumplirlas», asevera.

Esta asociación lleva tiempo reclamando al Gobierno local que tome medidas y ahora se muestra satisfecha por lo que considera cambio en la acción municipal: «Durante mucho tiempo los vecinos de esta zona hemos sido ignorados, pero el Concello por fin está haciendo cumplir la ordenanza», expone.

La alcaldesa, Inés Rey, defendía en 2022 que el ocio nocturno era legal y que este se debía compatibilizar con el descanso de los vecinos, e insistía en que se realizaban controles policiales. Los vecinos del Orzán llevaron su queja a la Valedora do Pobo, que instó al Concello a explicar a los residentes qué medidas llevaban a cabo contra esta problemática. La tensión entre ambas partes provocó que el PP llegara a acusar a la alcaldesa de poner en duda las denuncias de los vecinos. Atrás quedan esas tiranteces entre el Gobierno local y los vecinos, que ahora se declaran satisfechos con el control del Ayuntamiento.

José Luis Méndez destaca además que el Concello «está haciendo una labor muy cuidadosa a la hora de sancionar a los establecimientos, ya que luego los locales podrían denunciar por daños y perjuicios por el tiempo que estuvieron cerrados».

Los hosteleros se quejan de que haya un interés de sacar la fiesta del centro, a lo que el presidente vecinal responde: «La gente tiene derecho a divertirse, pero lo lógico es que vaya a un sitio que no moleste. Históricamente están en polígonos industriales donde pueden hacer el ruido que les dé la gana». Méndez considera que la ciudad dispone de unos terrenos en el puerto «en los que la gente disfrute sin molestar, como ya ocurre en ciudades como Barcelona o Málaga». Añade que el único interés de la asociación para apoyar esta propuesta es «velar por el descanso de los vecinos».

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