La brecha salarial de los jóvenes de A Coruña: su salario es un tercio más bajo que la media de la ciudad

Sociólogos y economistas culpan a la precariedad y la temporalidad de los empleos a los que acceden a los menores de 30 años, y explican que los bajos ingresos les dificultan independizarse, tener hijos e impulsar la economía con consumo

Jóvenes en una feria de empleo de la Cámara de Comercio de A Coruña.

Jóvenes en una feria de empleo de la Cámara de Comercio de A Coruña. / Carlos Pardellas

A Coruña

El sueldo de los coruñeses que trabajaron en diciembre de 2023 e fue, de media, de 2.210 euros brutos, contando pagas prorrateadas y horas extra, pero el de los menores de 30 años quedó en 1.475 euros, menos del 67% del promedio. Los jóvenes son, con diferencia, el grupo de edad que menos cobra, pues, según el Instituto Galego de Estatística (IGE) los salarios de los empleados con entre 30 y 34 años ya están cerca de los 2.100 euros, y suben en casi todos los tramos de edad a partir de ahí. Economistas y sociólogos achacan la brecha, que existe en el conjunto de Galicia, a la precariedad y temporalidad de los empleos a los que acceden los más jóvenes, y explican que los perjudica a la hora de acceder a la vivienda e independizarse. Pero el problema no es solo de ellos, y acaba afectando a toda la sociedad: los jóvenes tienen menos hijos y reducen su consumo.

«Yo no veo con malos ojos que el primer salario sea relativamente bajo», indica Ramón Núñez Gamallo, profesor de Economía Aplicada en la Universidade da Coruña (UDC), «pero sí que el sueldo sea bajo durante cuatro o cinco años». Esta es la situación actual, argumenta, con los jóvenes pasando por «un proceso largo y penoso» hasta mejorar su situación, y esto explica «por qué tardan tanto tiempo en independizarse, algo relacionado con los problemas de la vivienda».

El salario bruto según la franja de edad entre los coruñeses en diciembre de 2024.

El salario bruto según la franja de edad entre los coruñeses en diciembre de 2024. / M. Sobrino

Además, recuerda que el salario medio es «engañoso», y muchos cobran por debajo de él. En parte se debe a que trabajadores que trabajan en jornadas reducidas, pero Núñez Gamallo advierte que «esto forma parte de la precarización». Reducir jornada puede ser «fantástico para la conciliación», pero en España un trabajo a jornada reducida es muchas veces una situación involuntaria, o incluso irregular.

Juan Manuel Quinzá-Torroja es también profesor titular en la UDC, de Economía Aplicada, y coincide con esta interpretación. En otros países europeos, señala, «los salarios son fuertes, y hay mucha gente que prefiere trabajar en media jornada porque puede sobrevivir en ella», pero en España muchos de los que no llegan a la jornada completa, sobre todo mujeres, querrían estar en ella, y el mercado no les da oportunidad. Los bajos salarios de los jóvenes, considera, son «una constante en la economía española»: los que entran en el mercado laboral con una titulación superior, «un 35%», están «ligeramente por encima del salario mínimo», descontando algunas profesiones como los informáticos, y el resto «están en el SMI».

Esto conlleva que los menores de 30 años están «en una horquilla de 1.200 a 1.500 euros» y crea una importante brecha generacional. «La riqueza de los menores de 30 años está en 75.000 euros, y la de los mayores de 65 años, que tienen piso en propiedad y dinero en el banco, en 225.000», enumera el economista, que explica que para los jóvenes es muy caro acceder a la vivienda. En España, señala, la demanda aumenta porque la población aumenta por la inmigración y porque los hogares tienen cada vez menos miembros, y el precio sube. «Los expertos recomiendan que nunca se dedique más de un 30% de los ingresos al pago de alquiler o hipoteca, en España se está dedicando un 60%», indica Quinzá-Torroja.

El resultado es inevitable. «La edad de emancipación en España es la más alta de Europa, junto con la de Italia, y está en los 32 años: es brutal», resume el economista, que compara los países nórdicos, en los que «los jóvenes se independizan a los 18 años y los Ayuntamientos tienen ofertas de pisos por 100 o 150 euros», con España, donde los pisos de protección «han sido privatizados a través de fondos buitre». Esto, añade, acaba afectando a todos, pues unos jóvenes que ingresan poco y que tienen que dedicar una parte muy importante de su renta a la vivienda dejan de consumir, perjudicando a la economía.

Retraso de la maternidad

La estadística del IGE muestra que los salarios de los coruñeses van subiendo con la edad. Entre los 35 y los 39 años se cobran unos 2.220 euros brutos, y entre los 40 y los 44 más de 2.300. Los trabajadores de la ciudad entre los 45 y los 49 rozan los 2.400, y, pese a que se baja a 2.376 euros en el siguiente tramo de cinco años, los empleados de 55 a 59 años superan los 2.420 euros. Los coruñeses de 60 o más años que aún no se han jubilado perciben los sueldos más altos, un promedio de 2.482 euros.

Pero la socióloga Raquel Martínez Buján, profesora de la UDC, recuerda que aunque «la precariedad laboral y la dificultad para comenzar el primer trabajo afecta especialmente a los más jóvenes», hay un «porcentaje amplio» de personas que nunca llegan a estabilizarse. Pasan su vida laboral con un «salario que no les permite vivir en condiciones de calidad» o trabajos temporales, en «precariedad estructural».

También explica que la falta de vivienda y la mala situación del mercado de trabajo tiene «consecuencias inevitables» para la creación de familias y la natalidad. Las españolas, explica, tienen su primer hijo con 31,5 años, una de las edades «más tardías de la Unión Europea», y una de cada cinco afirma que no tuvo los hijos que deseaba. «Más que nunca, la economía importa a la hora de formar una familia», resume la socióloga.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents