Cinco años del primer caso de COVID en Galicia, detectado en A Coruña: «Hay muchas lecciones aprendidas»
Ana García Trincado, médica del Chuac que atendió al ‘paciente cero’ en la comunidad revive, un lustro después, aquellas horas de "incertidumbre": "Vi la radiografía, me recordó a las de Madrid y ya pedí la PCR"

La doctora Ana García Trincado, esta semana, en la entrada del Servicio de Urgencias del Chuac, en A Coruña. / Iago López
«A todos nos parece que la pandemia fue hace muchísimo más tiempo. Pasó aquello, y es como si ya no nos acordásemos. Como si hubiesen transcurrido siglos, en vez de un lustro», reconoce Ana García Trincado, médica del Servicio de Urgencias del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) que, hace cinco años, atendió al ‘paciente cero’ de COVID en Galicia. Un diagnóstico confirmado, el 4 de marzo de 2020, por los resultados de la PCR de la muestra enviada al Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid . En vísperas del quinto aniversario de aquella efeméride, esta urgencióloga echa la vista atrás para rememorar aquellas primeras horas de «incertidumbre», cuando «ignorábamos a qué nos estábamos enfrentando», así como para reivindicar las «lecciones» aprendidas.
«Por suerte, toda aquella situación pasó, y estamos en otro punto. En aquel momento, hace cinco años, sí que había mucha incertidumbre, mucho estrés... No sabíamos muy bien qué iba a suceder con los pacientes, cuál era su afectación... Era todo lo que leías, lo que veíamos en la tele... Todo aquello, ahora, está más que superado, creo. Con la inmunidad natural, y la que nos han conferido las vacunas, aunque el SARS-CoV-2 es un virus que sigue afectando a una parte importante de la población, lo hace de una forma muy leve. Hay algún caso que sí necesita ingreso, enfermos más inmunocomprometidos o muy ancianos, con otras patologías... pero son los menos. La situación aquella que vivimos, con el hospital muy tensionado, cuando parecía que se iban a acabar las camas, con enfermos con COVID en las UCI y en REA (Reanimación), en que se necesitó apoyo de muchos servicios... Todo eso queda muy lejos», reitera la doctora García Trincado, quien no podía suponer lo que le esperaba, el 3 de marzo de 2024, cuando comenzó su turno de tarde en el Servicio de Urgencias del Chuac.
Un paciente que "venía de Madrid"
«El enfermo no era un paciente de nuestra área sanitaria, sino que venía de Madrid. En aquel momento, los protocolos del Servizo Galego de Saúde (Sergas) incluían las PCR a pacientes procedentes de China, de Italia, de otros países... No estaba protocolizado, todavía, el solicitar el estudio para un paciente de este área», apunta la doctora García Trincado, antes de recordar que, el enfermo en cuestión, llegó a las Urgencias del Chuac «con un cuadro respiratorio (con fiebre, tos, dolores musculares... como un ‘gripazo’)», y fue atendido, en primer lugar, «por otra compañera», quien «le pidió una placa».
«Hicimos el cambio de turno, a las 15.00 horas, yo entraba a trabajar en aquel momento, y recuerdo que, cuando me lo comentó, primero consulté los resultados de los estudios, antes de visitar al paciente. En cuanto vi la radiografía, pensé: ‘Ufff...’. Se me vinieron a la cabeza las imágenes que publicaban los compañeros de Madrid (donde ya había muchos casos de COVID y los hospitales estaban colapsados), con quienes compartíamos información, y pensé que era una de aquellas placas. Entonces, pedí la PCR, y sí que se montó un poco de revuelo, al principio», rememora. «A continuación, fui a buscar al paciente, que estaba en la sala de espera, y le di una mascarilla. Lo pasé a una sala para informarle, le dije que tenía una neumonía bilateral y que, por la situación que estábamos viviendo, lo íbamos a poner en una habitación de aislamiento de las que tenemos en Urgencias, le íbamos a hacer más estudios, y se tenía que quedar ingresado», añade.
"En cuanto vi la radiografía, pensé: ‘Ufff...’. Se me vinieron a la cabeza las imágenes que publicaban los compañeros de Madrid (donde ya había muchos casos de COVID y los hospitales estaban colapsados), con quienes compartíamos información, y pensé que era una de aquellas placas. Entonces, pedí la PCR, y sí que se montó un poco de revuelo, al principio"
«A partir de ahí —prosigue la doctora García Trincado—, lo pasamos a un box de aislamiento, y se le realizaron los estudios. Ahora, te haces un test en la farmacia y, en tres minutos, tienes el resultado. Sin embargo, en aquel momento, tardaba un día en venir, porque había que enviar las muestras fuera [al Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid]», puntualiza esta médica del Servicio de Urgencias del Chuac, antes de continuar el relato en el punto en que lo dejó. «Al día siguiente, estaba en casa, cuando me llamó un compañero, y me comentó: ‘Oye, ¿sabes que el paciente de ayer era positivo en SARS-CoV-2?», rememora la urgencióloga del complejo hospitalario coruñés, quien asegura que esa confirmación del primer diagnóstico de COVID en Galicia no la recuerda como especialmente angustiante. «Tampoco tengo una sensación terrible, de agobio... La gente te dice: ‘¿No tenías miedo?’. No obstante, yo creo que, al estar en Urgencias, te acostrumbras a ver un montón de patologías, y expuestos a infecciones estamos siempre... Quizás, sí tenía miedo por mi familia. Por llegar a casa y pensar: ‘Si me contagio yo, a lo mejor mis padres, que son mayores...’. Eso sí. Por lo demás, lo viví como un caso más, y a seguir...», sostiene.
El "peor momento", la tercera ola
«En el momento en el que ya se empezaron a ver pacientes con COVID aquí, comienzas a meterte en el qué vamos a hacer... Nuestro Servicio empezó a organizarse, a dividirse en zonas de aislamiento; zonas de enfermos, digamos, sin aislar; zonas por donde entraban los pacientes... Comenzamos a gestionar un poco lo recursos que tenemos, y también se empezaron a implementar medidas de protección. Y, una vez que te metes en esa vorágine, te olvidas un poco de todo lo demás», incide la doctora García Trincado, quien considera que el «peor momento» de la pandemia, en el área sanitaria de A Coruña y Cee y, en concreto, en el Chuac, se vivió «en enero de 2021, durante la tercera ola», cuando en el Hospital Universitario se llegaron a habilitar un centenar de camas para pacientes críticos, llegándose a ocupar, incluso, áreas quirúrgicas para albergar a esos enfermos.
«Ese momento lo vivimos peor. Al principio, estábamos un poco a la expectativa. Cierto es que había menos casos de COVID, y eso nos dio tiempo a ponernos en prealerta, para estar preparados para la tercera ola, que aquí fue la peor. Nuestro hospital estuvo muy tensionado, con enfermos ingresados en las REA, en los quirófanos... Ese momento , en Galicia, y sobre todo en A Coruña, fue mucho peor», hace hincapié , antes de reivindicar algunas «lecciones» aprendidas de todo aquello.
«La solidaridad , en ese momento, se vivió mucho, así como el apoyo de toda la población, y el saber respetar lo realmente grave y lo realmente urgente... Entonces, sí notamos que, quizás, a veces, la gente esperó demasiado para venir. Yo creo que estaban muy solidarizados y muy concienciados sobre el hecho de que las Urgencias están para las situaciones realmente graves, algo que, ahora, en ocasiones, se olvida, y da un poco de pena», considera la doctora García Trincado, quien sí cree que «el uso de la mascarilla, la higiene de manos» y «todas esas cosas», van «a quedarse».
"La solidaridad , en ese momento, se vivió mucho, así como el apoyo de toda la población, y el saber respetar lo realmente grave y lo realmente urgente... Entonces, sí notamos que, quizás, a veces, la gente esperó demasiado para venir. Yo creo que estaban muy solidarizados y muy concienciados con el hecho de que las Urgencias están para las situaciones realmente graves, algo que, ahora, en ocasiones, se olvida, y da un poco de pena"
«Pienso que sí hemos aprendido que, cuando hay un proceso infeccioso, hay que proteger al que sufre, al que está más inmunodeprimido y a los mayores», destaca esta médica de Urgencias del Chuac, quien estima como «positivo» el que hoy se reconozca más a los urgenciólogos. «Los otros servicios se dieron cuenta de la labor que hicimos en su día, de ser los primeros en enfrentar la situación y estar ahí, en la primera línea», reivindica, antes de insistir en que, «por suerte, todo aquello ya pasó» y «es algo que recordamos como muy lejano». No obstante, reitera, «hay enseñanzas que sí se han interiorizado». «Hoy en día, por ejemplo, si viene alguien a Urgencias con un proceso infeccioso, normalmente, trae su mascarilla puesta. Eso sí se nota», celebra.
«Ver a los familiares despedirse de los pacientes graves cuando iban a ser intubados... Eso no se olvida»
Recuerda Ana García Trincado, urgencióloga del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) que atendió al primer enfermo diagnosticado de COVID en Galicia, que, durante la primera ola de la pandemia, los pacientes dejaron de acudir a las Urgencias «por miedo al contagio». «En nuestro Servicio vemos, habitualmente, más de 500 urgencias cada día, y eso fue una caída en picado. A veces, en detrimento de la salud de alguna población, porque hay gente que sí necesitaba venir y no lo hizo por miedo. Eso sí lo notamos, porque nos llegaban casos ya muy graves. La gente aguantaba mucho antes de acudir al hospital», reconoce la doctora García Trincado, quien, un lustro después de todo aquello, y pese a «parecer que ha pasado bastante más tiempo», conserva «muchas imágenes» grabadas en la memoria. Imágenes que «no se olvidan».
«Ver despedirse a los familiares de enfermos graves, que tenían que ser intubados, y que no sabían qué iba a pasar.. es duro, igual que lo es informar a una madre de la mala evolución de su hijo. Eso no se olvida. Aunque parezcamos un poco de piedra, no lo somos. Eso está ahí, y te lo llevas a casa. Pero hay que vivir con ello, porque es nuestro trabajo. Nuestro día a día. Y yo trato siempre de afrontarlo con optimismo», resalta.
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