El Carnaval de A Coruña hace un siglo: Cuando se prohibieron los 'Choqueiros' y las comparsas llevaban carrozas de la Torre de Hércules
La llegada de Manuel Casás a la alcaldía en 1916 provocó que se persiguiesen a las llamadas "máscaras" y se realizase un nuevo desfile en los Cantones

Carroza de la Torre de Hércules en el Carnaval de 1916 / Arquivo Galiciana - RAG
Que el Carnaval es una fiesta muy arraigada en A Coruña, no pilla por sorpresa a nadie, por eso siempre es bonito mirar al pasado y ver cómo era esta celebración en la ciudad hace un siglo. Los "choqueiros", presentes en los festejos desde mediados del siglo XIX aunque no siempre con el mismo nombre, no siempre fueron bienvenidos.
Manuel Casás llegó al cargo de alcalde en el año 1916 sucediendo a otro ilustre, Manuel María Puga y Parga, conocido como Picadillo. Casás, de ideología monárquica, tuvo por objetivo "adecentar" el Carnaval coruñés.
En un artículo de 2014, el historiador Xosé Alfeirán recogía esa animadversión del nuevo alcalde. "No le gustaban nada los 'tiroteos' de habichuelas, huevos rellenos, anises y demás proyectiles típicos del carnaval coruñés, ni que las máscaras anduvieran por la ciudad molestando a los transeúntes. Deseaba un carnaval de 'buen gusto', acorde con el progreso de la ciudad. A comienzos de febrero de 1916 la prensa local recogió su intención de adecentar el carnaval, prohibiendo los 'tiroteos' y el uso de cualquier 'proyectil' en la vía pública", indicaba.

Carroza neogriega en el Carnaval de 1916 / Arquivo Galiciana - RAG
Como consecuencia, Manuel Casás reunió a las sociedades de recreo coruñesas para explicarle sus planes de crear unas nuevas fiestas que sirviesen como aliciente turístico para "atraer forasteros". Las nuevas carrozas de las comparsas saldrían en desfile el domingo y el martes de Carnaval.
"Durante el recorrido de la cabalgata, que iría desde la plaza de Mina hasta el Obelisco, se efectuaría una batalla de flores, confetis y serpentinas. A ambos lados se construirían tribunas y se colocarían sillas para alquilar al público que podría participar en la batalla", escribía Alfeirán.

Comparsa con una carroza de una góndola veneciana / Arquivo Galiciana - RAG
Entre los estilos escogidos para adornar estas carrozas estaban los griegos o romanos, o incluso otras emulaban una góndola veneciana así como la Torre de Hércules.
Pero, este cambio no estuvo exento de críticas, ya que la Guardia Municipal se empleó a fondo para perseguir a todos aquellos que circulaban disfrazados sin permiso por las calles, y el alcalde tuvo que hacer frente a las crítcias de despilfarro por el coste de esta cabalgata durante una época de crisis debido a la Primera Guerra Mundial.

Desfile del carnaval a la altura del Obelisco / Arquivo Galiciana - RAG
"La cabalgata, que duró dos horas, tuvo un gran éxito. El martes 7 de marzo se volvió a repetir con mayor concurrencia de público y carrozas, incluyendo antorchas y bengalas. Triunfaba el carnaval burgués; el callejero y popular quedaba, de momento, domesticado", recogía Alfeirán.
Reminiscencia de bacanal
Esta nueva tradición de un carnaval más decente duró varios años, ya que en un artículo en el periódico Acción Coruñesa haciendo referencia al Carnaval de 1921, hablaba de que "las máscaras de la calle han desaparecido (...). Síntoma es ello de una buena educación". "El progreso impone nuevas formas sociales, que establece como imperativo retirar de la vía pública todo cuanto es de reminiscencia de bacanal o resabio de orgía", expresaban.
"Muerto el Carnaval callejero, démosle trono adecuado en los salones, y sean estos, no solo una estancia donde unos bailan viendo a su modo la vida y otros contemplan como la Humanidad mantiene sus normas primitivas de divertirse saltando, sino también lugares en que el arte y el gusto se muestra refulgentes", recogía la crónica.
El Choqueiro, siempre presente
Alfeirán, que recogió en un libro hace años la historia del Carnaval coruñés hablaba en una entrevista en LA OPINIÓN, sobre cómo evolucionó la figura del Choqueiro: "Al principio llevan máscaras hechas con piel de conejo, o con harina y huevo y andan con una vara, golpeando. Eso se cambia por gritos, o por lanzar objetos a medida que pasa el tiempo. En el XIX empieza a aparecer el que va disfrazado de determinado personaje, como el hombre que va de mujer", contaba el historiador.
Sin embargo, para Xosé Alfeirán, el choqueiro sigue siendo hoy en día uno de los principales atractivos de la celebración coruñesa. "El Carnaval coruñés ha perdido parte de su esplendor, pero su fuerza es que, siendo urbano, mantiene una figura popular como es el choqueiro y sus elementos esenciales", expresaba.
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