A Coruña es el municipio cuyos vecinos talan más madera de Galicia después de Lugo

Pese a que el municipio de A Coruña es pequeño y está ocupado en gran medida por zonas urbanas o parques, los coruñeses están cerca de ser los gallegos que más madera cortaron en 2023, cerca de 420.000 metros cúbicos. Tan solo el municipio de Lugo bate la marca, y los vecinos de Vigo, pese a que la ciudad supera en población a A Coruña, talaron menos de 100.000 metros, de acuerdo con datos del Instituto Galego de Estatística (IGE). Como en A Coruña apenas hay bosques comerciales (durante 2023 las cortas en el municipio fueron de menos de 2.300 metros), la explicación pasa porque muchos de los vecinos tienen fincas en otras partes de Galicia.

Así lo indican desde la Consellería de Medio Rural, que recopila las cifras. «Muchos coruñeses poseen propiedades forestales en otras zonas de Galicia, a menudo heredadas», explica la Xunta, y gestionan talas en bosques situados «muy mayoritariamente en montes fuera del municipio». En A Coruña hay «escasa superficie forestal».

La mitad de los propietarios que explotan el monte en Galicia son pensionistas

María Varela, ingeniera de montes de formación, con un posgrado en la Universidad de Barcelona y ahora está doctorándose en la Universidade da Coruña (UDC), recuerda que «la venta de madera se tributa en el lugar de residencia del propietario». Aunque señala que no puede indicar con exactitud por qué los coruñeses tienen más bosque que los vigueses, considera que Vigo está «más vinculada al sector pesquero, portuario e industrial», mientras que en A Coruña «estamos rodeados de mucho más medio agrícola y forestal».

En Galicia, añade Varela, que investiga «cómo contribuir al fortalecimiento del monte dentro de la economía gallega», los dueños de bosques se dividen «en tres grupos». Algunos viven en el medio rural y «mantienen una relación activa con sus montes, heredando generaciones de conocimientos sobre su gestión», otros descienden de familias rurales y viven en zonas urbanas pero «siguen manteniendo el vínculo con sus terrenos», y el tercer bloque «ha heredado montes sin haber tenido relación previa con su gestión».

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La ingeniera considera que «es en este grupo donde hay que centrar los esfuerzos», pues muchos dueños de montes no saben cómo gestionarlos, o ni siquiera dónde están. Esto, para Varela, «conduce al abandono», y es importante que los propietarios conozcan la «importancia económica» que tienen sus fincas. Su riqueza, explica, está muy repartida, gracias al minifundio, y además de madera los montes tienen aprovechar para energías limpias o extraer recursos minerales. «Tenemos que empezar a ver el monte como se veía antes: como un complemento económico, un pequeño fondo de inversión, para cubrir alguna urgencia médica, pagar la boda de una hija, unos estudios».

Y, según defiende Varela, las propiedades forestales pueden seguir jugando este papel para los coruñeses que han heredado unas fincas alejadas, si estos aprenden a aprovecharlas. Hay empresas de silvicultura, argumenta Varela, que se encargan de realizar plantaciones y cortas, y defiende que se debe acudir a un ingeniero de montes para que explique cómo sacar mayor rendimiento a las fincas, del mismo modo que «vamos a un abogado cuando vamos a firmar una hipoteca». Un monte bien cuidado, remacha la ingeniera, dará rendimientos económicos y ayudará a mantener la biodiversidad y luchar contra el cambio climático.

Los propietarios, particulares

Según los datos de Medio Rural, en 2023 se pidieron permiso para cortar 8,94 millones de metros cúbicos de madera en Galicia. De ellos casi 1,3 millones son de personas jurídicas, en su mayoría comunidades de montes, y los titulares de más de medio millón de metros son de fuera de la comunidad. La mayoría, más de 7,1 millones de metros cúbicos, son de personas físicas residentes en la región, es decir, ciudadanos de Galicia.

Tras los lucenses (que sumaron más de 447.000 metros cúbicos de talas en 2023), y los coruñeses, el tercer puesto en mayores propietarios forestales los ocupan los vecinos de Santiago de Compostela, con algo más de 205.000 metros de cortas. Luego vienen Narón (unos 121.000) y Viveiro (casi 119.600). Entre las grandes ciudades, los ferrolanos cortaron unos 111.500 metros, y los vecinos de Vigo casi 98.000. Los ourensanos talaron menos de 51.200, y los pontevedreses 42.900.