Una clase de anatomía y emociones llega al teatro Rosalía con ‘Entrañas’

Los actores Julián Sáenz López e Izaskun Fernández se adentran en la difícil tarea de subirse al escenario para interpretar a dos personajes sin nombre, que hablarán de una «pequeña lección de anatomía».

La obra Entrañas, de la compañía valenciana El Patio Teatro, llega a los escenarios coruñeses, el próximo sábado 15 de marzo, con doble función en el teatro Rosalía (a las 18.30 y a las 20.30 horas) para introducir al público en una obra de pequeño formato y «muy recogida», como explica la actriz y dramaturga Izaskun Fernández, para demostrar qué es lo que lleva dentro el ser humano.

«La obra nació hace cuatro años, cuando Julián y yo nos encontrábamos haciendo un viaje en furgoneta y empezamos a hablar del amor y el desamor», comenta Fernández. En ese viaje, los actores hablaron de todo y hasta llegaron a plantear algunas escenas un poco catastróficas. «En un momento Julián comentó que si tenía que expresar cómo se sentía acerca del amor, iba a tener que sacarse las tripas y ponerlas sobre la mesa. Al mismo tiempo, mi respuesta fue que si tenía que explicar cómo me sentía acerca de las emociones que provocaba el amor, iba a tener que abrir un canal para poder sacarme todo lo que llevaba dentro», explica Fernández.

Esta conversación, que roza la locura, fue el puntapié inicial para que Fernández y Sáenz comenzaran a buscar información acerca del funcionamiento del cuerpo humano. La búsqueda llevo más de un año de recopilación de datos. «Queríamos saber que teníamos dentro, la cantidad de huesos y órganos que hay en el cuerpo humano. Preguntas que son fáciles de responder, pero que nunca nos habíamos formulado. Con todo lo que habíamos leído, podíamos hacer una obra de cuatro horas», señala la actriz.

Durante el proceso de creación de la obra, la muerte se cruzó por la vida de los dos actores, lo que los llevó a sumar a las emociones a este rompecabezas. «Yo tuve la necesidad de hablar de muerte y Julián de como eran y se formaban las lágrimas», apostilla.

El resultado de esta búsqueda de conjugar emociones con la física del cuerpo humano fue una obra de cincuenta minutos, en la que se puede ver un «collage de corte y pega, de diferentes temas que tenemos que afrontar a lo largo de la vida», comenta Fernández.