Un mercado fugaz en Elviña

El mercado de Elviña convierte sus dos únicos puestos vacíos en un mercadillo de ropa de segunda mano de la mano de las ‘influencers’ Martina Lubián y Natalia Rodríguez, para fomentar el consumo ético de ropa y el impacto de la industria textil en el medio ambiente

A Coruña

«El objetivo principal de este mercadillo es vaciar el armario y que esas prendas que estaban en nuestra casa muriendo, que no nos valían o que hayan sido compradas por impulso, puedan tener una nueva casa. Buscamos principalmente, fomentar la moda circular y las alternativas sostenibles», comenta Martina Lubián (@martina.lubian en redes sociales) una de las vendedoras, junto a Natalia Rodríguez (@nananats) de una jornada poco habitual impulsada por los placeros del mercado de Elviña.

Gente ve la ropa de segunda mano. |  Iago López

Gente ve la ropa de segunda mano. | Iago López

Esta experiencia «fugaz» de dos días, que comenzó este viernes y terminará el sábado, ocupa los dos puestos que se encuentran en desuso, uno montado como charcutería y otro local vacío, donde se venden prendas de segunda mano.

Algunas prendas en exposición. |  Iago López

Algunas prendas en exposición. | Iago López

El objetivo principal de los comerciantes es «la cercanía con el cliente» y, con este proyecto, buscan que la gente que no conocía el mercado pueda adentrarse en comprar en el pequeño comercio. Así lo explica Daniel Rocha, uno de los ideadores de este proyecto desde la Asociación de Comerciantes del Mercado de Elviña y propietario de La Revolución de los Graneles.

«Hay dos objetivos principales con esta jornada de primavera. La primera es atraer una sinergia entre la gente para que pueda venir a comprar al mercado y la segunda, que se puedan relacionar con los comerciantes locales», explica Rocha. La idea es repetir este proyecto a lo largo del año porque «ver zapatos y bolsos en lugar de salchichón, jamones y quesos llama la atención, además de tener un trasfondo original», apostilla Rocha.

Las dos influencers que colaboran con este proyecto fomentan en sus redes sociales el consumo ético de moda y buscan generar una reflexión sobre cómo funciona la industria textil y su impacto en el medio ambiente. La ropa que estas dos jóvenes venden en Elviña sale de sus propios armarios. «Hay prendas de todo tipo, pero prevalece la buena calidad. Podrán encontrar ropa que tiene algunos años, pero también algunas que son vintage, de tiendas como por ejemplo de D-Due, mítica en Santiago de Compostela», señala Lubián.

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