Encuentro Coruña Marítima: Unanimidad en el sector portuario en que pesca e industria sean el eje del futuro puerto de A Coruña

Operadores piden que los muelles interiores apuesten por mercancía limpia, complementen su operativa con Langosteira y no pierdan el enlace por tren | La pesca demanda «certezas» para un sector "en mínimos"

Asistentes y ponentes a la reunión del puerto

Asistentes y ponentes a la reunión del puerto / Iago López

A Coruña

«Que el puerto siga siendo puerto». Es el principal consenso que se extrae de la veintena de intervenciones que centraron el cuarto y penúltimo taller participativo de Coruña Marítima para el futuro diseño del borde litoral. En este caso, profesionales de los sectores pesquero, empresarial, industrial y deportivo del puerto escenificaron unanimidad sobre el lugar predominante que deben tener en el futuro puerto y expresaron sus inquietudes: las principales, que la ordenación limite la competitividad de la actividad económica, y que el plan de usos dé la estocada final a un sector «en mínimos» como es la pesca. «El puerto no puede ser un jardín inhóspito. Queremos eliminar las barreras con el ciudadano, y, aunque la transformación suponga algún límite a la actividad portuaria, puede ser una oportunidad para incorporar nuevas actividades», animó, al inicio del acto, el catedrático de la Universidade da Coruña Francisco Sanz Larruga.

Empresa e industria

Por parte de los operadores portuarios, la principal preocupación es que la transformación pueda repercutir negativamente en el desempeño de la que el presidente de la Asociación de Usuarios del Puerto, Fernando Vidal, situó como «la mayor industria urbana de la ciudad», en la que, apuntó, «muchas mercancías no son susceptibles de ser trasladadas» a Punta Langosteira. Vidal hizo referencia a la deuda que pesa sobre la Autoridad Portuaria por la construcción del puerto exterior, y pidió que «la sintonía» de las administraciones que conforman la Comisión Coruña Marítima en el plan de usos se extienda a explorar una posible condonación.

Por su parte, Roque González Nogueira, del grupo Nogar, pidió «responsabilidad» y «caminar de la mano en tiempos» a la administración para con las empresas que tienen sus operativas «duplicadas» entre ambos puertos, y defendió el «esfuerzo inversor» del sector privado en la apuesta por Langosteira. Coincidió la directora de la empresa logística Pérez Torres Marítima, Beatriz Pérez-Torres, que señaló que, si bien trasladó «el 85% de su actividad» a Langosteira, la infraestructura del puerto exterior «se queda corta» para su operativa, por lo que proponen un uso complementario de ambas dársenas.

Así debe ser también para el práctico mayor del puerto, Walter del Río, que propuso que puerto interior y exterior funcionen de forma complementaria como «un sistema fuerte y único» para evitar decisiones que «debiliten su competitividad operativa» . Más escéptico con los mecanismos de integración puerto-ciudad se mostró el capitán marítimo Gonzalo Guillén, que situó este «divorcio» en 2004 debido a las normativas de seguridad, que, a su juicio, «no tiene solución». «Un puerto con tráfico internacional no puede convivir con la ciudadanía», opinó.

Entre las actividades a mantener, varios ponentes apostaron por dejar dentro de la ciudad los tráficos de mercancías limpias de buques ro-ro o ro-pax, que minimicen «las afecciones a la ciudad», tal y como solicitó, en representación de las terminales marítimas, Pablo Ramilo, que defendió la necesidad de mantener la conexión por ferrocarril entre ambos puertos. «De perderla, lo estaríamos pagando en pocos años».

Este punto generó consenso entre los operadores y los expertos. El profesor de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes de la UDC, Alfonso Orro Arcay, calificó como «esencial» el mantenimiento del acceso ferroviario al puerto interior y se sumó a la apuesta por las mercancías limpias y el tráfico de contenedores dentro de la ciudad. La voz de los trabajadores la puso el presidente del comité de empresa de la Autoridad Portuaria, Miguel Vilas, que sugirió, para paliar las posibles perjuicios de la nueva ordenación en el empleo portuario, medidas como «planes de recolocación que prioricen a los trabajadores portuarios en los nuevos empleos de Langosteira», así como fondos de compensación laboral o apuesta formativa.

Entre el público surgieron dudas sobre la posibilidad de que la actividad portuaria quede minada o supeditada a otros usos —como el residencial o de consumo— ante posibles desafectaciones, que recibieron la réplica del concejal José Manuel Lage Tuñas —que manifestó que «no hay intención de desafectar» los terrenos. pero «sí se contempla» el uso residencial— y del presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado, que se abrieron a que el documento de bases para el concurso «recoja el refuerzo» de estos sectores como eje del proyecto. «Tendrán toda la superficie que necesiten y más», aseguró Prado.

Pesca

La actividad pesquera fue otro punto sensible del debate. Sus profesionales coincidieron en pedir «certezas» ante un horizonte que la desplaza casi en su totalidad al muelle de Oza y con un sector «en mínimos» debido a la falta del relevo generacional y las cuotas europeas. «Hay que fomentar la incorporación laboral de la gente que viene de familia ligada al mar y también como oportunidad para quien no. Que se incorpore al puerto ese mundo formativo», propuso el patrón mayor de la Cofradía, Javier Mariñas. También abogó por mantener y reforzar estas actividades en los muelles el gerente de Pescarmar Gadisa, Darío Rodríguez, que apeló al «valor añadido del pescado coruñés en el mercado».

El presidente de la lonja, Juan Carlos Corrás, que reivindicó «sacar al sector de la incertidumbre» demandó que la ordenación dé cabida a zonas para barcos e industrias auxiliares y «dar certezas» también a posibles inversores. En la mesa estuvo presente Ángela Barrán, presidenta de los placeros de San Agustín, muy crítica con la falta de facilidades que da el puerto a los minoristas:«El 96% de mi producto lo compro al puerto de A Coruña. Nadie se acuerda de nosotros, nos están haciendo desaparecer».

Deporte y uso recreativo

Las posibilidades de ordenación también suscitan inquietud en la consignataria de cruceros, Rubine e Hijos. Su director, Luis del Moral, mostró su preocupación por la superficie que la actividad portuaria cederá a la ciudad para, entre otras propuestas, la optimización del tráfico, y propuso llevar a cabo «operaciones piloto» para probar posibilidades de ordenación antes de tomar medidas irreversibles.

En cuanto al uso deportivo, la principal necesidad que generó acuerdo entre los clubs náuticos es el acceso al mar. La representante del puerto deportivo Marina Coruña, Anabel Pérez, planteó reforzarlo a través de «sendas peatonales, lugares de descanso y zonas verdes», y el representante del club O Puntal de Oza, Juan Carlos Rodríguez, propuso incorporar rampas para que «la gente pueda salir con piraguas o zodiaks», incorporar accesos para la pesca deportiva en el Dique de Abrigo o habilitar pecios de buceo recreativo en el lecho de arena compatibles con la pesca. Coincidió el vicepresidente del Náutico, Jorge Echeverría, que pidió «más permeabilidad» para que la ciudadanía pueda «mojarse» y facilitar el acceso de embarcaciones pequeñas al mar.

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