Entrevista | Alfredo González Ruibal Arqueólogo y Premio Nacional de Ensayo 2024

«La arqueología permite acceder a la violencia silenciada por el poder»

El arqueólogo Alfredo González Ruibal impartió una conferencia este lunes en A Coruña sobre la violencia y la opresión a lo largo de la historia. El investigador ganó el Premio Nacional de Ensayo por ‘Tierra arrasada: Un viaje por la violencia del Paleolítico al Siglo XXI’, libro en el que ahonda sobre esta cuestión

Alfredo González Ruibal

Alfredo González Ruibal / Casteleiro / Roller Agencia

A Coruña

El arqueólogo Alfredo González Ruibal visitó este lunes la Delegación del Gobierno, en A Coruña, para dar una conferencia dentro de un ciclo que organiza la entidad en el marco de los 50 años de libertad en España. El investigador del Instituto de Ciencias del Patrimonio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ganó el Premio Nacional de Ensayo en 2024 por su libro Tierra arrasada: Un viaje por la violencia del Paleolítico al siglo XXI.

¿Qué elemento diferenciador tiene la arqueología respecto a otras disciplinas a la hora de estudiar la violencia?

Yo creo que por un lado tiene una amplitud temporal que no tienen las otras disciplinas históricas. Evidentemente podemos investigar los orígenes de la violencia y la violencia antes de la aparición de textos escritos. Por otro lado, nos permite también acceder a formas de violencia que han sido silenciadas u ocultadas por el poder y que no han dejado muchas veces documentación escrita. Por ejemplo, el caso de los crímenes de lesa humanidad en el siglo XX sería uno de los más claros. Y después ofrece también una versión que es más íntima, que es más personal, de casos concretos, de las experiencias de la gente, de los sufrimientos de la gente a través de sus restos materiales.

¿Cree que la violencia es algo inherente o adquirido por el ser humano?

Yo creo que habría que distinguir dos cosas. Por un lado, creo que el ser humano tiende a evitar el conflicto y la violencia. Siempre que puede resuelve los conflictos de manera pacífica. Pero es verdad que sí que tiene una tendencia a acabar resolviéndolos de forma violenta. Aún así, la violencia nunca es la primera opción en el ser humano. De hecho, siempre se intenta buscar soluciones negociadas antes de llegar a las armas. Yo creo que deberíamos quedarnos en eso, más que en la idea pesimista de que siempre ha habido guerra, siempre ha habido violencia y siempre nos vamos a matar.

El ser humano ha cometido genocidios a lo largo de la historia, ¿qué cree que desencadena esta violencia extrema?

Para que haya una violencia genocida, es decir, donde no se diferencie entre combatientes y no combatientes y que se considere que el enemigo es una masa indiferenciada de víctimas legítimas, tienes que verlo como algo menos que humano. Es muy difícil que si ves a otras personas como humanos vayas a masacrarlas, a exterminarlas de esa manera, a eliminarlas de la faz de la Tierra. Y esa deshumanización normalmente surge en el contexto de ideologías supremacistas, donde crees que el otro es inferior por cuestiones políticas, por cuestiones religiosas o por cuestiones raciales, fundamentalmente.

¿La arqueología puede determinar cuando se produjeron las primeras guerras de la historia?

El fenómeno de la guerra como tal se puede documentar arqueológicamente bastante bien, sobre todo en Europa, que es donde tenemos más información arqueológica, y parece que es algo que surge a partir del cuarto milenio antes de Cristo, es decir, en la transición entre el Neolítico y la Edad de los Metales.

Convivir con imágenes violentas a diario, ¿insensibiliza al ser humano?

Es verdad que el ver imágenes se corre el riesgo de que nos acostumbremos a ellas. Es difícil que te vayas a acostumbrar, ni los propios perpetradores se acostumbraron a masacrar. Entonces nosotros, que no lo somos, que lo estamos viendo desde la tranquilidad de nuestro sillón, es difícil que lo lleguemos a considerar algo normal. Para mí el riesgo es mayor cuando no se ve, que es lo que pasa con los conflictos de África. Estamos perfectamente insensibilizados respecto a las masacres que tienen lugar en el Congo en estos momentos, o en los países que están afectados por el yihadismo en el Sahel, porque no nos llegan imágenes. Hay algunas, pero no nos llegan. Son igual de horrendas que las de Gaza. Probablemente si tuviéramos esas imágenes estaríamos más horrorizados y estaríamos tratando de hacer algo también por esa gente.

¿Podría dejar de haber guerras en algún momento?

El conflicto es muy difícil que desaparezca, porque realmente el conflicto es parte esencial del ser humano. La cuestión es cómo gestionamos esos conflictos. Yo creo que es posible que los gestionemos de una forma menos letal, pero también puede suceder lo contrario, que los gestionemos de una manera que no tome los cauces de una guerra, que al fin y al cabo tiene unas ciertas normas, es una forma de violencia institucionalizada, y llevemos a cabo los conflictos sin ningún tipo de límite.

Decía que influye el cambio climático, ¿será un factor clave en las guerras del futuro?

Ya lo es. Dos de las causas principales de guerra en estos momentos son por recursos críticos, como pueden ser las tierras raras, y por otro las tensiones generadas por las crisis climáticas. Territorios que dejan de ser habitables y que obligan a la gente a emigrar.

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