La reforma del edificio de los frescos de Lugrís, pendiente del futuro de las obras

La Xunta prevé decidir antes de junio si los murales se quedan en el antiguo restaurante o los traslada

El Concello no se pronunciará hasta conocer la intervención en las pinturas

Uno de los murales que Lugrís pintó en el antiguo restaurante Fornos. |  Cedida O Mural

Uno de los murales que Lugrís pintó en el antiguo restaurante Fornos. | Cedida O Mural

A Coruña

El Concello no avanzará en la concesión de la licencia de rehabilitación del edificio 25-27 de la calle Olmos, el del antiguo restaurante Fornos, en el que Lugrís pintó una docena de murales, hasta que la Xunta no decida su futuro, que pasa solo por dos escenarios: que se queden donde están, lo que obligaría al Gobierno autonómico, como propietario de las pinturas, a llegar a un acuerdo con los dueños del inmueble; o que sean trasladados a un edificio que sea titularidad del Ejecutivo gallego.

En ese sentido se pronunció la comisión encargada de la aplicación del Plan Especial de Protección y Reforma Interior de la Ciudad Vieja y Pescadería (Pepri) el trimestre pasado —el Concello colgó este lunes las resoluciones de enero a marzo— al contestar a las consultas que los propietarios del edificio les hicieron sobre el anterior dictamen, en el que les solicitaban cambios en el proyecto inicial para poder dar el visto bueno a las obras de reforma.

«En esta Administración no consta la titularidad de los murales ni la intervención de la Administración autonómica en estos. Por lo que, considerando que la intervención en los murales va a determinar la evaluación del proyecto de rehabilitación del edificio, no puede emitirse un nuevo dictamen en tanto no se tenga conocimiento del resultado de aquella», concluyen los asesores del Pepri.

El conselleiro de Cultura, José López Campos, a preguntas de este diario, explicó la semana pasada que la Xunta contará a lo largo de este mes o del que viene con datos que le permitirán tomar una decisión sobre el futuro de las pinturas —que adquirió por 36.000 euros—, ya que los técnicos están realizando un estudio pormenorizado del estado de los murales, que no se espera que esté finalizado hasta dentro de unos meses.

En todo caso, el conselleiro explicó que, a falta de este informe completo, lo que tienen claro ya es que el traslado de los murales supondría una inversión de «cifras muy elevadas» y que sería una obra de una «complejidad» importante ya que los materiales utilizados no son iguales en todas las pinturas.

En todo caso, se evaluarán los dos escenarios posibles. La asociación O Mural, que fue la que solicitó que las pinturas fuesen Bien de Interés Cultural (BIC), defiende que los frescos se queden en su contexto, en el bajo para los que fueron creados.

«Sin perjuicio de la tramitación del proyecto de rehabilitación, se recuerda a la propiedad que tiene que cumplir con sus deberes de adoptar medidas de seguridad y garantizar el mantenimiento del edificio y de los murales para lo cual deberá presentar el documento técnico relativo a estas, de manera que se pueda emitir dictamen al respeto», incide la comisión del Pepri a los propietarios del inmueble de Olmos, a la vez que les avanza que el proyecto que plantearon para la planta baja no es admisible, porque no se adapta al plan especial.

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