‘Carmina Burana’ apura sus últimas entradas con La Fura en A Coruña

A Coruña se prepara recibir de nuevo a La Fura del Baus con su Carmina Burana. La compañía valenciana estará en el Palacio de la Ópera de A Coruña del 9 al 11 de mayo, siete años después de la primera representación de la obra en Galicia.

La soprano Amparo Navarro lleva desde el año 2009 rodando con La Fura dels Baus y su Carmina Burana. Su papel representa el despertar a los impulsos, al amor y al sexo. La profesionalidad del equipo es indiscutible pero ¿cómo lidian el estar en el escenario con los vaivenes internos personales? ¿Cómo arman la voz para que emane con fuerza un día o temporada con pesares en la vida? «Personalmente —señala Amparo Navarro— estoy ahora en un momento complicado. El hacer este espectáculo o cualquier clase de música me cura el alma. Sí, es una cura. Muchas veces piensas que no tienes ganas de cantar, que no te apetece, pero cuando lo ejecutas te sana el alma».

La reflexión la realiza una mujer que empezó estudiando música en la banda de música de su pueblo donde comenzó siendo trompetista. «La música siempre ha estado en mí y en mi casa. Después me hice cantante y no lo cambio por nada del mundo. Cualquier profesión es difícil pero la mía es muy complicada», señala.

Su voz al hablar de Carmina Burana revela un enamoramiento de la impactante adaptación de los versos medievales (siglos XII y XII) y de la música que el genio Carl Orff compuso en 1936. Si no pudieron verla antes, han de saber que una enorme cilindro en el escenario les espera, con plataformas en movimiento, receptáculos transparentes con agua o sucedáneo de vino donde se sumergen personajes y con proyecciones continuas y numerosas sorpresas con unas interpretaciones vocales impresionantes.

«Este espectáculo es muy impactante e interactivo. Además, es muy audiovisual. El cilindro central donde se proyectan todas las imágenes hace que el público esté metido desde el minuto uno en la historia. Tenemos fragancias que la gente puede oler con olores a lavanda, por ejemplo, para simbolizar la llegada de la primavera. Es muy espectacular. De ahí, el éxito que tiene», señala la soprano. La intérprete desvela que en el cilindro se encuentra escondida la orquesta. «Toda la vida de la obra acontece ahí. Es un cilindro de nueve metros de diámetro pero que abarca muchísimo en el escenario. Es un mundo», resalta.

Para las actuaciones en el Palacio de la Ópera de A Coruña, la orquesta que acude estará conformada por los pianos y percusionistas, en total, 12 músicos, al prescindir de las flautas y el contrabajo. En el coro, el público escuchará a 18 personas a los que se sumarán los tres solistas.

Para comprender Carmina Burana primero hay que recordar que se trata de una colección de poemas medievales localizados en un códice que ahora mismo se preserva en la Biblioteca Estatal de Baviera en Múnich, si bien fue localizado en el siglo XIX en una abadía germana.

Con versos en latín, alemán y francés, anima a vivir la vida y gozar de la naturaleza, con crítica a los estamentos religiosos y sociales de la época. A mediados de los años 30 del pasado siglo, Carl Orff compuso su Carmina Burana con una selección de los poemas.

Resalta Amparo Navarro que «el mensaje de la obra es universal. Los versos tienen 900 años aunque la música es de 1936. Los monjes goliardos eran los únicos que iban de un convento a otro, eran los únicos que salían y veían la vida fuera de la clausura de los frailes. Eran los que disfrutaban de la vida y veían lo que la gente normal podía hacer como beber vino, tener placeres varios... Por eso el mensaje es universal: disfrutar de los placeres de la vida y del día a día».

En una sociedad tan hedonista como la actual, la vigencia es máxima, según el punto de vista de esta soprano. «Todos buscamos el amor. La gente joven neófita en esta clase de música acaba impresionada; tiene mucha fuerza, con partes que suenan como a rock duro por los ritmos», destaca.

Le preguntamos también por la tesitura vocal y la interpretación. A la mente, nos vienen los versos Oh fortuna y su variabilidad como las fases de la luna. «Es muy complicado. El maestro Carl Orff nos lleva al extremo al barítono, a la soprano solista y al coro. La masa coral tiene que cantar momentos muy espectaculares pero muy extremos. Es de una dificultad máxima. Incluso cuando solo suenan las piezas de música, rítmicamente es complicado. Es una cajita de esencias con unas esencias muy potentes y complicadas. Dura hora y media pero la gente se queda con ganas de más. Se les pasa enseguida», explica.

Destaca la soprano que «a lo largo de los años, se descubren nuevos detalles de la partitura, cambia la perspectiva de una obra que está agotando entradas para Galicia. «Dentro de las mismas dinámicas que estableció el maestro Orff, al tener tantas funciones siempre intentas variar un poquito para no aburrirte, para no ser una máquina que lo hace igual en todos los sitios. Es un espectáculo en vivo y no todos los días estamos igual. Cada día, tiene una magia, una energía, una reacción del público. No te deja indiferente».