Veinte trabajadores, dos prácticos y cuatro muelles para el récord de cruceristas

Decía Wenceslao Fernández Flórez que A Coruña es como un gran trasatlántico en el que los coruñeses pasean por la cubierta. Este martes, lo harán en compañía de cerca de 11.000 cruceristas que bajarán de sus propios trasatlánticos para recorrer la ciudad en una jornada que marcará el récord histórico de pasajeros en un mismo día. No lo será de barcos: la Autoridad Portuaria recuerda que el 6 de mayo de 2014, los muelles interiores recibieron seis cruceros, pero el número total de viajeros que cargaban entre todos no llegó a los 5.000. Este martes habrá un barco menos que entonces, pero los pasajeros que desembarcarán en la ciudad serán el doble, debido a las dimensiones del MSC Poesía, el Balmoral, el Ventura, el Amera y el Celebrity Apex, los cinco titanes que se repartirán el espacio de cuatro de los muelles interiores.

«La operación se está preparando desde hace semanas, porque implica control de accesos, transporte, control de seguridad y a varias administraciones. Lo que hace la Autoridad Portuaria es una operativa para agilizar el paso de los pasajeros entre el puerto y la ciudad», señalan desde el Puerto, encargado del dispositivo en tierra. Antes, desde el mar, les precederán en la acción los prácticos, encargados de dar entrada a los barcos a cada uno de los muelles interiores. Aunque su labor es la misma con un barco o con cinco, este martes necesitarán algún refuerzo para una jornada atípica. «Para nosotros es un día de trabajo normal, no hacemos una preparación especial. Empezamos a primera hora, y, si normalmente somos un práctico de guardia y otro por si acaso hay mucho tráfico, en esta ocasión tiene que haber dos para las maniobras», cuenta el práctico Walter del Río.

Los cruceros irán llegando de forma escalonada. El primero será el MSC Poesía, de 293,8 metros de eslora y cargado con 3.013 pasajeros, que atracará a las 6.00 horas en el muelle de San Diego. El siguiente, a las 6.30 horas, será el crucero Balmoral, (217 metros) que recalará en el muelle del Centenario Oeste con un pasaje de 1.400 personas. Le seguirá, a las 6.45 horas, el Ventura (3.192 pasajeros), con 288 metros de eslora, que amarrará en Calvo Sotelo Sur.

En el mismo muelle, pero en el Norte, atracará a las 7.30 horas el buque Amera, con 204 metros de eslora y 835 viajeros a bordo. El menos madrugador será también el más cargado y grande, el buque Celebrity Apex, con 306 metros de eslora, que hará su entrada en el muelle de Trasatlánticos a a las 13.30 horas con 3.200 viajeros. «No pueden entrar todos a la misma hora porque sería imposible hacerlo todo a la vez. Somos dos prácticos más ocho o diez amarradores, la operativa va escalonada», cuenta el práctico.

Aunque para los profesionales portuarios es un dispositivo rutinario, en el caso de esta quíntuple escala, alguna maniobra requiere de atención extra. «Para nosotros, la más difícil de ese día es la del Ventura, porque va a Calvo Sotelo Sur y es el que tiene menos espacio para maniobrar. El resto son todas ordinarias. Además, se espera calma total después del temporal de estos días», augura Walter del Río.

La mayor dificultad de la jornada reside en la organización en tierra, dado el esfuerzo extra que supone canalizar hacia la ciudad el enorme volumen de pasaje total que se espera ese día. Para ello, la Autoridad Portuaria movilizará una veintena de trabajadores, tanto personal propio como externo para los controles de acceso. «No solo hay que contar con los viajeros, porque alrededor de un tercio de cada barco son los tripulantes. En algunos barcos, son más de mil, que también suelen bajar a hacer cosas como cortarse el pelo o ir a la farmacia o el supermercado», explican desde la Autoridad Portuaria.

Tal y como detallan desde el Puerto, en cada una de las terminales en las que atraquen los cruceros se organizarán controles de escáner a los viajeros, una vez vuelvan a acceder a los barcos tras la visita a A Coruña. También habrá cuatro puntos de entrada y salida entre el puerto y la ciudad para organizar los flujos de personas, que accederán al casco urbano por distintos puntos: los viajeros que desciendan en el muelle de Trasatlánticos lo harán por su salida habitual, los que bajen en Calvo Sotelo llegarán caminando por la plaza de Ourense y los pasajeros de los buques que atraquen en San Diego y el Centenario dispondrán de buses lanzadera, que los trasladarán a la ciudad y, al concluir la visita, de nuevo a los buques. «Esta organización es importante para que no se formen colas y que no pierdan el tiempo, que lo recuerden con una buena escala», concluyen desde el Puerto.

Suscríbete para seguir leyendo