Nuevas reglas de Bicicoruña: prohibido utilizar auriculares o sentarse en bicis en las paradas
Las nuevas normas de uso de Bicicoruña, aprobadas esta semana, indican explícitamente que no se podrá circular por la acera y zonas peatonales, y tampoco derrapar, conducir sin manos o emplear el móvil o cascos en la bici. A las multas del 092 por estas conductas prohibidas se sumarán sanciones de la empresa

Una usuaria en la estación de Bicicoruña de la plaza de Pontevedra. | Germán Barreiros/Roller Agencia
Los usuarios de Bicicoruña no podrán atar las bicis con cadenas o cepos, derrapar, conducir sin manos, circular usando el móvil o auriculares o quedarse sentados en vehículos aparcados en las estaciones impidiendo que los usen otros. Son algunas de las nuevas normas de uso que ha aprobado esta semana el consejo de administración de la empresa municipal Emvsa, y que también prohíben, explícitamente, circular por la acera o zonas peatonales o subir la bicicleta a «cualquier otro medio de transporte». También hacer grafitis en bicis y estaciones, transportar a otras personas, animales, objetos que puedan afectar a la seguridad o sobrecargar la cesta de la bicicleta (que se pueden cargar con un máximo de cinco kilos).
Según ya adelantó este diario, el reglamento endurece las sanciones por infracciones, que pueden ir desde una suspensión de 15 días y un recargo de 150 euros en casos leves a dos meses y 600 euros en los muy graves, entre los que se encuentra, por ejemplo, conducir usando móviles o auriculares. Si bien los empleados de Emvsa se encargan de gestionar el servicio y no fiscalizan cómo se usan las bicis en las vías públicas, se entiende que, al ser Bicicoruña un servicio municipal, la Policía Local, con competencias de tráfico, dará parte cuando se violen las nuevas prohibiciones, que en buena parte recogen conductas ya restringidas por las normas de tráfico. Así, los usuarios afrontan, potencialmente, una multa y una sanción de Emvsa.
En el nuevo texto que aprobó la empresa municipal, de hecho, se añade que si hay un accidente el usuario debe comunicarlo a «las fuerzas del orden público» e informar a Emvsa por escrito, y si la bici se pierde o roba hay que denunciarlo en doce horas a las autoridades, y en 24 a Emvsa. Y, si atropella a un peatón, hay que «detenerse y llamar a la policía municipal».
También se indica explícitamente que hay que «respetar las normas de circulación», y, si el usuario circula por una vía sin carril bici, tiene que ir por el carril derecho, preferiblemente por el centro «para evitar adelantamientos peligrosos», salvo en cambios de dirección. En caso de que haya carril bici, es obligatorio emplearlo, y hay que usar casco en los casos en los que obliga la normativa. Los usuarios deberán mantener «actualizados y de forma veraz» sus datos, como el domicilio, en el perfil de la aplicación de Bicicoruña, y, si no es posible hacerlo por este medio, comunicárselo por escrito a la empresa municipal.
Los usuarios deberán «facilitar los datos de una tarjeta de crédito personal y válida». Ahí se dirigirán cargos por altas y renovaciones y por el uso del servicio. La empresa tiene una póliza de seguridad civil que cubre los daños «por exclusiva culpa de terceros», pero, según añaden los cambios aprobados esta semana, se pueden ofrecer a los usuarios un seguro que lo cubriría «en caso de que causase daños a la bicicleta y resto de elementos de Bicicoruña, terceros, bienes muebles o inmuebles». En las normas no figura el importe anual, y se indica que la cobertura sería «según condiciones de la póliza», sin detalles.
En sus nuevas normas, la empresa municipal deja por escrito que «una estación puede ser muy utilizada y no siempre garantizar la disponibilidad de una bicicleta o de una plaza para devolverla», pero que eso no conlleva que el usuario del servicio de préstamos municipal de bicis tenga «derecho alguno» a reembolso o indemnización. Si un ciclista va a una estación para dejar su aparato y está llena, tendrá que ir «a la más próxima» para dejarla, o llamar a la Oficina de Atención al Usuario y «seguir sus instrucciones».
Limitación de nuevas altas
El texto que se llevó al consejo de administración de Emvsa, que preside la alcaldesa, Inés Rey, y del que forman parte con voz y voto concejales del Gobierno local y de la oposición, indica que al cierre de 2024 el servicio de Bicicoruña tenía casi 14.000 usuarios activos, con 606 bicicletas de las que 340 están «siempre disponibles en calle». Durante el año se sumaron más de 1,34 millones de usos, y casi 4.000 kilómetros recorridos.
Quizás por el aumento de usuarios de los últimos años, las nuevas normas incluyen un apartado que establece que la admisión de nuevos usuarios en el servicio «puede estar limitada en función del grado de saturación» de este. En caso de ser necesario, indica Emvsa, «se establecerá una lista de espera por estricto orden de solicitud», y se irán dando altas siguiendo este listado a medida que se vayan produciendo bajas.
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