Conocerse y ver el mundo «con los ojos del movimiento», en A Coruña
«Conocerse, socializar y ayudarse los unos a los otros», es el «principal objetivo» de las sesiones de «técnicas grupales de psicodrama» organizadas, el último viernes de cada mes, en el Espazo Amizar, por la Liga Reumatolóxica Galega, una actividad que busca, también, que sus participantes aprendan a ver el mundo «desde otro prisma»

Un momento de una sesión de técnicas de psicodrama, organizada por la Liga Reumatolóxica Galega, en el Espazo Amizar, en A Coruña. / Casteleiro/Roller Agencia
«Imagina un embudo. Tiene una parte ancha, y otra estrecha. Esta última es, digamos, nuestra ‘parte oral’: sujeto, predicado, verbo. Las personas buscamos una estructura, que es la escritura, o la parte oral, para poder comunicarnos. En la parte ancha, es donde están todas las emociones: lo que nos hace felices, lo que no, el trauma... Cuando todo eso sale por ese tubito estrecho, tenemos que darle una lógica: lo tenemos que entender nosotros, y queremos hacérselo comprender a otras personas. Sin embargo, sale modificado, porque vamos a contar lo que nos conviene, no lo que sentimos. Todo ese ‘caos’, todos esos sentimientos, se manifiestan a través del cuerpo, del movimiento...».
Así es como José León, psicodramatista y gerente de la Liga Reumatolóxica Galega, comienza a explicar qué es el psicodrama, a los participantes «que llegan por primera vez» a los talleres sobre «técnicas psicodramáticas grupales» que organiza esa asociación, el último viernes de cada mes, en el Espazo Amizar. Una actividad pensada para usuarios de la Liga Reumatolóxica Galega, pero «abierta, también», a que «cuidadores formen parte», con la finalidad de que «los grupos sean más diversos».

Un momento de una sesión de técnicas de psicodrama, organizada por la Liga Reumatolóxica Galega, en el Espazo Amizar, en A Coruña. / Casteleiro/Roller Agencia
«Estos talleres están pensados para expresar con el cuerpo cualquier planteamiento familiar, social, laboral o emocional que queramos exponer. La palabra, digamos, es un complemento final, de modo que si, por ejemplo, alguien manifiesta, con los brazos abiertos: ‘Es que yo soy una persona muy tímida...’. Ahí, se produce un ‘conflicto’, porque no coincide el cuerpo con lo que está diciendo. O, por ejemplo, imagina una escena familiar en la que, de pronto, tú no apareces. ¿Dónde te pones? ¿Eres una mera observadora, o formas parte? Lo que hacemos, en estas sesiones, es trabajar con el cuerpo, tratando de localizar dónde se encuentra ese trauma, o eso que no se quiere hablar, directamente, y acaba siendo muy terapéutico», asegura León, antes de resaltar que «los propios participantes» en la actividad», también, tienen que aprender «que no se juzga», y «a valorar el movimiento per se». «No es: ‘A mí me da la sensación’, o ‘es que a mí me pareció’. No. Es: ‘Esta persona hizo este movimiento, que no concuerda con lo que ha dicho’. Y, todo esto, dentro de un espacio psicodramático ‘seguro’, donde podemos decirnos lo que queramos. Participar, o no», señala.
«Es una actividad muy enriquecedora —prosigue—, porque te da la oportunidad de conocerte, en un sitio con seguridad. Por ejemplo: ‘¿Por qué me dicen que soy una persona altiva?’. Cómo entras, cómo caminas, cómo te comportas, cuál es tu tono... En estas sesiones, te lo van a decir, pero de forma no agresiva, como lo harían en la sociedad, sino siempre con mucho cariño, y mucho respeto», apunta el gerente de la Liga Reumatolóxica Galega, antes de detallar que la actividad de «técnicas psicodramáticas grupales», que lleva a cabo la asociación, tiene su germen en «unos talleres para mujeres», realizados «en 2024», con el apoyo de Abbvie España y la Concellería de Benestar Social, Participación e Igualdade de A Coruña.
«La necesidad es lo que nos hace, a veces, evolucionar, y este grupo de primeras alumnas de técnicas psicodramáticas pensó que estaría muy bien abrir los talleres, también, a los hombres, un complemento necesario para enriquecer más la actividad. Nos quedamos con esto, y contamos ya con un grupo mixto, que va a trabajar, durante todo este año, una vez al mes, porque son sesiones bastante intensas», explica José León, quien subraya que la Liga Reumatolóxica Galega «quiere ir más allá» y ofrecer a sus usuarias y usuarios «actividades diferentes».
«En los talleres de técnicas psicodramáticas grupales abordamos todo tipo de cuestiones. Por ejemplo, cómo nos ha ido en el último mes. Qué cosas más destacables nos han ocurrido. El planteamiento puede ser ese y, a partir de ahí, cada participante va exponiendo lo que quiere, dentro de ese tema. No trabajamos con la patología, excepto que alguien quiera hablarlo»
«En los talleres de técnicas psicodramáticas grupales abordamos todo tipo de cuestiones. Por ejemplo, cómo nos ha ido en el último mes. Qué cosas más destacables nos han ocurrido. El planteamiento puede ser ese y, a partir de ahí, cada participante va exponiendo lo que quiere, dentro de ese tema. No trabajamos con la patología, excepto que alguien quiera hablarlo», apunta el gerente de la Liga Reumatolóxica Galega, antes de establecer un símil muy gráfico acerca de la dinámica que se genera en las sesiones. «Esto es como las matrioshkas rusas. Alguien dice que quiere hablar un tema concreto, tú vas ‘abriendo’ cada una de las ‘muñecas’... Y, de lo que ese alguien quería decir, a lo que luego sale... Por eso digo que el cuerpo va por libre de lo que manifiesta la ‘parte oral’. Y, a lo mejor, llegamos después a una de las ‘muñecas’ y decimos: ‘Esto es de lo que querías hablar, y está ahí, intentando salir’», señala.

Un momento de una sesión de técnicas de psicodrama, organizada por la Liga Reumatolóxica Galega, en el Espazo Amizar, en A Coruña. / Casteleiro/Roller Agencia
Experiencia
«Y esto, tanto a nivel individual, como a nivel de grupo», continúa León, quien considera «fundamental» que las personas que participan en esta actividad de psicodrama «lo hagan todo el tiempo» para adquirir «una experiencia» . «Tienen que aprender a valorar porque, después, van a ver el mundo de una manera diferente. Van a observar a la gente: cómo se sienta, si está siendo receptiva con ellos o no... Empezarán a ver las cosas con otros ojos, los del movimiento. Y, para eso, tiene que haber una práctica», hace hincapié, antes de especificar que, «el actual grupo», comenzó a trabajar «hace algo más de dos meses», y cuenta con entre 12 y 14 participantes».
Es «fundamental» que las personas que participan en esta actividad de psicodrama «lo hagan todo el tiempo» para adquirir «una experiencia». «Tienen que aprender a valorar porque, después, van a ver el mundo de una manera diferente. Van a observar a la gente: cómo se sienta, si está siendo receptiva con ellos o no... Empezarán a ver las cosas con otros ojos, los del movimiento. Y, para eso, tiene que haber una práctica»
«Tampoco pueden ser muchos (en este caso, preferimos formar más grupos), ya que cada persona ha de tener su tiempo de expresión [las sesiones se celebran una vez al mes, en el Espazo Amizar, y tienen una duración de dos horas]», destaca el psicodramatista y gerente de la Liga Reumatolóxica Galega, quien advierte sobre el hecho de que «muchas veces, se tiende a confundir el psicodrama con algo relacionado con el teatro», cuando «no es así». «Esto no es una performance. Es una actividad terapéutica, por eso, estos talleres están guiados por el psicólogo de la Liga Reumatolóxica Galega, Jessy Viqueira San José, y por mí, que soy el psicodramatista. Dos figuras imprescindibles en las sesiones», recalca.
Objetivos
«La labor del psicólogo consiste en recoger, o hacer una opinión final. Durante la actividad, se plantea un pensamiento, una acción, realiza consideraciones, desde el punto de vista psicológico... Mientras que mi función, como psicodramatista, es plantear qué está diciendo, cómo se hace y a dónde queremos llegar. Todo ello, con el objetivo de que los participantes sean capaces de darse cuenta de qué es lo que han hecho, y de cómo eso les influye en su vida», indica José León, antes de detallar los «principales objetivos» de la actividad.
«Otro de los objetivos, es que las personas tengan un autoconocimiento de sí mismas desde otra perspectiva. No de lo que piensan, o de lo que piensa la gente de ellas, sino que, realmente, lo vean desde el movimiento. Al hacer esto ampliarán, también, su forma de ver el mundo. Lo verán desde otro cristal. Desde otro prisma»
«El primero, es que los participantes se conozcan, socialicen y se ayuden los unos a los otros. Tenemos varios canales, obviamente, el Whatsapp... pero la gente se tiene que conocer. Y, ahí, es otro golpe de realidad, cuando te das cuenta de que no estás solo. No es solo lo que escribes en Whatsapp, que sigue siendo lineal (esto que decíamos antes del ‘sujeto, verbo, predicado’), sino que, ahí, estamos hablando con sentimientos, emociones y acciones de gente que tiene problemas iguales o similares a los tuyos», apunta.
«Otro de los objetivos —continúa—, es que las personas tengan un autoconocimiento de sí mismas desde otra perspectiva. No de lo que piensan, o de lo que piensa la gente de ellas, sino que, realmente, lo vean desde el movimiento. Al hacer esto ampliarán, también, su forma de ver el mundo. Lo verán desde otro cristal. Desde otro prisma», incide.
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