Javier Santaolalla: «Hay que cambiar el concepto aburrido de la ciencia por algo más ameno»

La ciencia llega al Encuentro Mundial de Humorismo con Anatomía del humor. Un espectáculo en el que tres científicos y dos humoristas analizarán el fenómeno de la risa. Javier Santaolalla se sube al escenario con los también divulgadores Rocío Vidal y José Luis Crespo, junto a los humoristas Luis Piedrahita y Marta González de Vega el próximo 2 de mayo a las 18.00 horas en el Teatro Colón.

En el EMHU hablarán de ciencia y humor. ¿En qué consistirá este espectáculo?

Vamos a dar una visión circular del efecto de la risa desde el punto de vista cómico, con la colaboración del trabajo de dos importantes cómicos españoles. Los científicos intentaremos dar el contrapunto desde la ciencia.

¿Qué tema abordará usted?

Hay una herramienta cómica muy utilizada, que es el factor tres. Se usa el número tres para realizar efectos cómicos que utilizan listas de tres ejemplos, en el que el primero sirve para proponer la lista, el segundo es para generar una continuidad y el tercero es para romper. Entonces es un efecto cómico muy usado, muy típico. En ciencia se trabaja mucho con este número en cuanto a la hora de contar los resultados científicos.

¿Este sistema se ha utilizado a lo largo de la historia?

Sí, nosotros contamos historias siempre con una introducción, un desarrollo y una conclusión. Y es un esquema básico que se usa desde Aristóteles, luego está lo que se llama la triada hegeliana de la síntesis, antítesis y síntesis, que es básicamente un esquema de 3 y se usa en cualquier esquema narrativo. El humor rompe estas estructuras. Cuando una persona te cuenta dos cosas, esperas a que la tercera sea parecida. Si tú dices coche, camión y de repente dice ojete, ya te ríes porque esperas que venga bicicleta o avión.

¿Por qué utiliza el humor para hablar de ciencia?

Yo empecé haciendo divulgación con un formato stand-up y la verdad que siempre me ha parecido una herramienta, el humor, muy útil para conectar con el público cosas tan espesas como la mecánica cuántica. Y desde el principio siempre he intentado que las conferencias que doy fueran tendiendo un poco más a un show que a una clase de universidad. Dentro de esa forma de aproximarse, de intentar que sea divertido, que sea ameno, pues una de las herramientas que intento usar es el humor.

¿Cree que el humor ayudaría a que niños o adolescentes se interesaran por la ciencia?

Sí, desde luego. Creo que es importante que muchos jóvenes tienen un preconcepto de la ciencia como algo aburrido y creo que es importante para cambiar ese concepto que tienen que la ciencia muestre un lado más divertido, más ameno y más cercano.