Los hoteles de A Coruña doblaron su ocupación durante el corte de luz

Los alojamientos de la ciudad acogieron a última hora a quienes se habían quedado sin transporte por el apagón, pero sin llegar nunca a alcanzar la capacidad completa

Viajeros esperan en la estación de tren de A Coruña el día del apagón.

Viajeros esperan en la estación de tren de A Coruña el día del apagón. / Iago López

A Coruña

El día que se apagó todo durante más de doce horas, muchas personas atascadas en A Coruña encontraron refugio en los hoteles de la ciudad, que doblaron su ocupación. A la mayoría, el corte de suministros del lunes les pilló cuando los clientes ya habían salido, en un día relativamente tranquilo y en plena preparación para este puente.

La mayoría de hoteles de la ciudad, de todas formas, aguantaron, aunque con mucha tensión y contando las horas. En varios alojamientos fue normal ver largas colas en recepción, huéspedes dormitando sobre sus maletas o intentando encontrar algo de cobertura en medio del caos. Agustín Collazos, presidente de la Asociación Empresarial de Hospedaje de A Coruña (Hospeco), señala que muchos contaban con grupos electrógenos, por lo que la cuestión estuvo en monitorizar los depósitos y buscar dónde podían comprar gasoil para continuar sirviendo a los clientes. «Los generadores tienen un límite, así que estuvimos a la expectativa», dice Collazos.

Los hoteles se convirtieron de repente en el refugio para muchos de los que se habían quedado atrapados en la ciudad. Varios clientes, recuerda Collazos, alertados por los avisos del gobierno para no hacer desplazamientos innecesarios, optaron por volver y extender la estancia en sus alojamientos de referencia. «No llegamos a estar a máxima capacidad», dice el presidente de Hospeco. «Aunque estos días teníamos una ocupación elevada por los festivos de esta semana, se consiguió alojar a todo el mundo sin muchos problemas. No hubo volúmenes elevados de huéspedes».

En los hoteles Alda, la situación se vivió también con tranquilidad. «Tuvimos casos de clientes que tuvieron que retornar, alguno que no le había salido el tren y amplió la reserva, pero sobre todo tuvimos muchas salidas tempranas», explica Óscar González, el gerente regional. Los alojamientos de la compañía en la ciudad no contaban con generadores, como sí tiene el que hay el Sada, así que tuvieron que hacer todo a mano, con la suerte de que tenían las tarjetas para las habitaciones que ya estaban reservadas.

En el Hotel Maycar, el apagón les pilló en plena limpieza de las habitaciones y con varios de los huéspedes fuera. «Casualmente el lunes, tuvimos mucha salida y no teníamos prevista mucha ocupación, pero por la tarde tuvimos más entradas de lo previsto de gente que no tenía reserva», dice Fito Goldán, el gerente. «Lo único fue que no pudimos registrarlos, y les hicimos el check-in al día siguiente». Afirma que en ningún momento llegaron a estar a plena capacidad, sino que simplemente doblaron la que prevista, pasando de un 30 a un 60%. El mayor problema para ellos fue realojar a los que estaban en las plantas más altas y el susto que se llevaron por la noche cuando al volver la luz volvieron a saltar las alarmas anti-incendios. «Los clientes se llevaron un susto, pero se lo explicamos y lo entendieron».

Todos los gerentes de los hoteles coinciden que lo más ejemplar fue la actitud de la gente. «Me sorprendió mucho el civismo y la comprensión de los clientes», dice González. «Nosotros nos dimos cuenta de lo mucho que hemos madurado como sociedad», reflexiona Collazos. «Los clientes entendieron que era una situación generalizada, no se produjeron momentos de tensión añadida». El presidente de Hospeco también destaca que desde los alojamientos se intentó hacer la situación más agradable y «bonita» haciendo uso de las velas de ambiente.

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