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Si no lo leo no lo creo

El final de tener que pisar césped en semáforos del paseo

ANTÓN PERULEIRO

La reforma del paseo marítimo, en el tramo de Orillamar, cambió los antiguos semáforos por un nuevo modelo en el que, para pedir que se pongan en verde, hay que acercar la mano a un sensor. El problema es que algunos aparatos quedaban en la zona ajardinada, lo que obligaba a los vecinos a tener que elegir entre pisar el césped, atentando así contra los espacios verdes de la ciudad, cosa que ningún coruñés haría; cruzar en rojo, poniendo en riesgo su vida y la de los conductores; o entrenar a un colibrí de tamaño suficiente como para poder activar el mecanismo, opción sin éxito garantizado. Ahora, una pequeña reforma ha acabado con el dilema, colocando losas que permiten acercarse al semáforo sin hollar el patrimonio natural.

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