Más de la mitad de los trabajadores de A Coruña son vecinos de otros municipios: estos son los más comunes
Según el INE, otros 39.000 residentes en A Coruña trabajaban fuera en 2022 | Urbanistas y economistas señalan que la movilidad laboral es un fenómeno en alza y apuestan por potenciar el transporte público para que se emplee más

Vehículos circulan por Alfonso Molina, principal acceso y salida de A Coruña por carretera. | | IAGO LÓPEZ
Más del 50% de las personas que trabajan en A Coruña no son residentes del municipio, según los cálculos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El organismo cruza los lugares de residencia y de trabajo de más de 126.800 personas que constaban como ocupadas en el municipio de A Coruña en 2022, y solo 59.664, poco más del 47%, residían dentro de los límites municipales. Y casi 39.000 vecinos de la urbe tenían fuera su puesto de trabajo, el 39,5% de la masa laboral.
Esto no implica que todas estas personas entran y salgan de la ciudad a diario para viajar entre su trabajo y su casa, pues es posible que las estadísticas pueden incluir ciudadanos que residen de forma habitual en un municipio aunque figuren como vecinos de otro. Pero economistas y urbanistas coinciden que A Coruña forma el centro de un área económica que trasciende sus fronteras, y en que tiene que adaptarse para afrontar gran cantidad de viajes por cuestiones laborales. El mercado de trabajo, indican, evoluciona en la dirección de que haya más movimientos, y es necesario repensar las infraestructuras y potenciar el transporte público para hacer frente a esta realidad.
Para el profesor en el área de Economía aplicada de la Universidade da Coruña (UDC) Juan Manuel Sánchez Quinzá-Torroja, hay que tener claro que «A Coruña no es solo A Coruña, a nivel económico es algo mucho más amplio». Las personas que pueden llegar en media hora a la ciudad forman parte de su zona de influencia, y los municipios circundantes, como Arteixo u Oleiros, conforman «un todo».
Y, según explica, los desplazamientos son naturales porque el mercado de trabajo «se ha vuelto mucho más flexible, y el condicionamiento geográfico que apegaba el trabajador a la ciudad, mucho más borroso». Hasta hace unas décadas, la gente nacía, vivía y trabajaba en el mismo sitio, pero esto «ha desaparecido, y en gente joven mucho más», considera Quinzá-Torroja, que pone como ejemplos a los directivos de Inditex, procedentes de todo el mundo, que pasan algunos meses en A Coruña, o a los vecinos de la ciudad que trabajan en las oficinas de la Xunta en Santiago.
Para el economista, «es beneficioso» para la ciudad que personas que viven fuera trabajen y gasten en ella. Para fomentar la movilidad, apuesta por los bonos de transporte de tren, o iniciativas como que los usuarios de autopista que hacen viajes de ida y vuelta en el mismo día paguen un solo trayecto.
El coordinador del área de Urbanismo de la Escola de Arquitectura, Jesús Conde, es él mismo un ejemplo de movilidad laboral, ya que vive en Santiago y da clase en la UDC, y explica que, cada vez más, es «muy difícil que todos los miembros de la unidad familiar tengan empleo en el mismo sitio». Desplazarse se va convirtiendo en una necesidad para poder convivir, y, aunque no hay que demonizar el coche, «si la movilidad depende solo del transporte privado vamos a sobrecargar las infraestructuras, y será insostenible». Así, aplaude la intermodal como forma de conectar formas de transporte público.
Pero pide «profundizar». En áreas metropolitanas como las de Berlín o Manhattan, explica, un billete único permite moverse en diferentes medios de transporte, y A Coruña tiene la posibilidad de mejorar el tren a Ferrol para ir a un modelo semejante al Cercanías, además de aprovechar la línea que va al puerto interior para conectar al centro de la ciudad. Otra opción, indica, es crear transportes marítimos que conecten el municipio con el otro lado de la ría de O Burgo.
El urbanista Jorge Rodríguez Álvarez, también profesor titular de la Escuela de Arquitectura, señala que «la gente ha ido moviendo su lugar de residencia a la periferia», por el precio de la vivienda en la ciudad o por otros motivos, y que la mejora de los sistemas de transporte hace que «cada vez se vaya más lejos». Hace años, explica, «se tardaba media hora en llegar desde Oleiros: ahora desde Sada, o desde Santiago, en el tren, y eso facilita estos flujos».
«A Coruña tiene la ventaja de tener un transporte metropolitano articulado», celebra, pero propone posibilidades para el centro como prohibir aparcar a coches de fuera, o crear aparcamientos disuasorios en la periferia donde dejar coches y coger buses para entrar en la ciudad. Otra idea es un tren o metro ligero hasta el centro por el puerto.
La periferia, Santiago y Madrid
La estadística del INE no cruza los datos de todos los municipios cuando los volúmenes de personas residiendo en uno y trabajando en otro son muy pequeños, y hay algunos miles de empleados coruñeses de los que no consta dónde tienen puesto. Pero, entre los municipios fuera de la ciudad, los destinos más populares de los empleados coruñeses son Arteixo (4.854), Santiago (2.569), Oleiros (2.354), Culleredo (2.228) y Madrid (1.906).
Entre los municipios que prestan trabajadores a la ciudad destacan Oleiros (6.768), Culleredo (6.378), Arteixo (5.942), y Cambre (4.611). Santiago de Compostela suma 3.721 vecinos que trabajan en A Coruña, y en Ferrol la cifra llega a los 2.824. Siguen en importancia villas del norte de la provincia como Sada o Carballo, con unos 2.100 empleados cada una, o Narón (1.854).

La maestra Andrea Rodríguez. / La Opinión
«Vivo en A Coruña, trabajo en Corcubión y los viajes son tres horas y media»
Andrea Rodríguez, maestra en Pedagogía Terapéutica, vive en A Coruña, pero desde septiembre, todos los días laborales se desplaza en coche a Corcubión para trabajar pese a gastar en desplazamientos «tres horas y media». Es un ritmo de vida que «es cansado», y «al principio» lo llevó «un poco mal» pero ha dado con otras dos personas que también viajan entre los dos municipios y pueden compartir coche. En 2022, según los datos del INE, había una decena de vecinos de A Coruña trabajando en Corcubión.
Para Rodríguez, la decisión de no buscar vivienda en el municipio donde trabaja tiene que ver con que su empleo allí es temporal, y «solo» va a estar un año. Pero también con la situación del mercado de alquiler en A Coruña, pues el contrato de su piso en la ciudad es de 700 euros mensuales, y considera que si lo deja no va a poder encontrar un precio similar cuando regrese. Entre los jóvenes como ella, considera, vivir en lugar y trabajar en otro es más habitual que en generaciones pasadas, pues «priorizamos otro tipo de cosas». «Igual a lo mejor antes dejabas a tu pareja» para ir a vivir a otra parte, pone como ejemplo.
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