Un tercio de los cooperativistas de vivienda social de Xuxán, en A Coruña, renuncia por el alza de cuotas: "me compensa una hipoteca"

De las 224 personas que optaban a piso en el proyecto de Galivivienda, situado en una finca cedida por la Xunta, unos 70 han pedido darse de baja por la subida que les obligaría a pagar cerca de mil euros mensualmente

Obras en una parcela de Xuxán, el barrio en el que se situarían los edificios de Galivivienda. |  Iago López

Obras en una parcela de Xuxán, el barrio en el que se situarían los edificios de Galivivienda. | Iago López

A Coruña

La subida de las cuotas que deben pagar los miembros de la cooperativa Alquiler 50 de Xuxán, que promueve la construcción de cuatro edificios en fincas cedidas por la Xunta en el barrio para crear 224 pisos de arrendamiento social, ha provocado la renuncia de cerca de un tercio de los socios, reacios a abonar cerca de mil euros mensuales por vivir en inmuebles diseñados para inquilinos de rentas modestas. De acuerdo con información remitida a los cooperativistas por indicación del gerente de Galivivienda, la entidad que lleva el proyecto, de los 224 socios con vivienda un total de 71 han solicitado la baja, si bien tres de ellos han solicitado la anulación, dos después de que se les devolvieran los 1.100 euros que habían aportado inicialmente.

La cifra todavía podría subir, ya que por el momento solo 18 de los socios con piso han confirmado que quieren mantenerlo, mientras que otros 20 pidieron cambiar de vivienda (pues, dependiendo de las características de esta, se pagan alquileres más altos o más bajos). Otros cinco socios «han manifestado otras posiciones y sugerencias» y 16 han pedido información complementaria, mientras que 94 todavía no se han pronunciado. La cooperativa tiene 37 socios sin vivienda, pero, siempre según la información remitida a los cooperativistas, solo uno de ellos se ha dado de baja.

En un principio, a los cooperativistas que optan a piso se les dijo que tendrían que aportar 1.100 euros para entrar en el proyecto, y, cuando se construyan los edificios y se entreguen los inmuebles, tendrían que abonar otros 13.000. Entonces se empezaría a pagar una renta, que varía según el piso pero ronda los 500 euros. Durante 35 años, habría que abonar, además, 1.083 euros anuales de cuota, unos 90 al mes, y algo más el trigésimo sexto. Los pisos no serán suyos. Pasados 50 años la titularidad volverá a la Xunta.

Pero Galivivienda ha informado a los cooperativistas de que, para optar a la financiación que propone el Instituto de Crédito Oficial (ICO), una entidad dependiente del Ministerio de Economía, hay que subir las aportaciones. Los socios tendrían que poner, inmediatamente, 500 euros, y luego, otros 225 mensuales durante 20 meses, mientras se construyen los pisos. La aportación total sube de 53.000 a 63.000 euros, y las cuotas mensuales durante diez años ascenderían a 475. Una persona con un alquiler de 500 euros, así, pagaría casi mil contando la cuota.

La noticia causó indignación en la asamblea general extraordinaria convocada para informar a los socios, muchos de los cuales consideran que se les expulsa del proyecto por no tener suficientes recursos. De 116 votos emitidos, 77 se opusieron al nuevo proyecto. También hubo quejas por la falta de transparencia de los cambios. «Nos dicen que las condiciones las marca el ICO, pero no nos entregan ningún papel. Nos dijeron que teníamos que hacer un acto de fe», señaló a este diario uno de los cooperativistas.

Galivivienda no ofrece alternativas, ya que considera que «no hay financiación mejor que la del ICO». Aún así, los gestores de la cooperativa señalan que el pasado martes hubo una reunión con el instituto público en la que se «volvió a pedir mayor flexibilidad en la exigencia de solvencia financiera». Ese mismo día hubo otro encuentro con el director general del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), dependiente de la Xunta, para informar al organismo de los resultados de la asamblea. Los cooperativistas se volverán a reunir en el 12 de mayo, el lunes de dentro de dos semanas.

La Xunta señaló a este diario que ha pedido una reunión con el Ministerio de Vivienda y con el ICO para «para aclarar los términos de la financiación propuesta», y el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, se reunió con cooperativistas esta semana y se ofreció a mediar con el Gobierno gallego, si bien, en principio, esta administración no tiene papel en la financiación del proyecto. El diputado del BNG en el Congreso de los Diputados, Néstor Rego, presentó una batería de preguntas al Estado para pedir una «solución» para los cooperativistas, acusando al ICO de modificar «el plan de financiación inicial». El político nacionalista señala que ha habido un incremento «brutal» de las aportaciones exigidas y señala que «no es este el modo en que se satisface el derecho a una vivienda digna»

«Me resulta inasumible: buscaré una hipoteca, me compensa más»

«Yo había firmado unas condiciones, y cambiaron totalmente», explica Marco Da Rocha, uno de los cooperativistas que renunciaron a un piso en la promoción de Alquiler 50 de Xuxán cuando le llegó un correo electrónico comunicándole que debería aportar más de lo previsto. Ya había aportado 1.100 euros para reservar uno de los inmuebles, y contaba con abonar otros 13.000 cuando se lo entregase. A partir de ahí, tendría un alquiler de 540 euros mensuales y una cuota de menos de 1.100 al año, pero ahora, al precio del arrendamiento, «habría que sumar los 475 euros al mes que te piden». En total, 1.015 euros por vivir en un apartamento, y, si a eso se suman los gastos corrientes, con su sueldo «es inasumible».

Si bien señala que se le prometió que el dinero de las cuotas se devolvería cuando la cooperativa tuviese beneficios, Da Rocha pidió darse de baja y recuperar los 1.100 euros que había aportado inicialmente, y los recibió al poco. Con «desconfianza» por la experiencia, renuncia a «meterme en cooperativas: primero dicen una cosa, y luego cambian las condiciones».

Ahora buscará un piso en el mercado libre. «Me compensa más, teniendo dinero para la entrada de una casa, pagarme una hipoteca», pues estima que puede conseguirla por cuotas de 500 o 600 euros. Los gestores, indica, afirmaron en la asamblea en la que presentaron el alza de cuotas que «hay gente que se lo va a poder permitir y gente que no», y tendrán que buscar nuevos socios para sustituir a los cooperativistas que renuncian. «Decían que mucha gente va a querer, pero no creo, es un piso que ni siquiera va a ser tuyo», resume.

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