Cartel de completo en los hoteles caninos de A Coruña: Lo mejor para los ‘perrhijos’

La temporada de verano ya está en pleno auge para muchos negocios hoteleros de la comarca: los alojamientos caninos. Los propietarios citan la independencia de los nuevos dueños y el aumento de la oferta entre las razones para la explosión de popularidad entre estos hoteles.

Cartel de completo en los hoteles caninos de A Coruña

Casteleiro / RollerAgencia

A Coruña

Los perros se han convertido en uno más de la familia y, como tal, a la llegada de las vacaciones hay que prepararse para cuidarlos o dejarlos al cuidado de alguien. Son muchos los que ya se han preparado de cara al verano, dejando a los hoteles caninos de la zona en una situación de ocupación completa para julio y agosto.

Desde las residencias caninas explican que muchas de estas reservas se hacen con antelación, a veces ya de año en año. «Igual que para Semana Santa se adelantaron mucho las reservas, para verano nosotros ya tenemos mucha gente que ya está anotada en julio y agosto. Se han adelantado mucho este año», señala Adela Romay, la encargada de Mi Segunda Caseta, en Culleredo.

Y es que, mientras que los hoteles para humanos no consiguieron colgar el cartel de completo durante la Semana Santa, las residencias caninas de la zona, sí lo hicieron. Romay achaca este resurgimiento en popularidad a las noticias que se hacen eco de las situaciones de estos hoteles durante los festivos o Semana Santa, y también por el auge de canes que se vive en la ciudad, con más de 30.000 registrados. «Los que tienen perros nuevos, los novatos, se meten en este mundo y se dan cuenta de que tienen que hacer la reserva para el perro», añade.

En Montegatto, el hotel canino más antiguo de la zona, en Oza-Cesuras, afirman que los clientes que los conocen desde hace años ya escogen fechas señaladas para dejar a los perros con ello. «No hay una fecha de entrada fija», afirma el gerente, Octavio Villazala. «No es como en Semana Santa o en Navidades, en las que todos los perros entran y salen prácticamente el mismo día, en verano es más escalonado. Pero nosotros tenemos julio y agosto prácticamente al 100% ya».

Lucía Bautista, con varios dos empleados de O Lar do Can y dos perros. |  Casteleiro/Roller Agencia

Lucía Bautista, con varios dos empleados de O Lar do Can y dos perros. | Casteleiro/Roller Agencia

Las estancias en este tipo de alojamientos caninos son también más largas, con dueños dejando a sus mascotas durante unos quince días o un mes. «Sigue habiendo quien los deja algunos fines de semana. Aquí de viernes a lunes tenemos bastante ocupación», añade el gerente de Montegatto.

A Coruña en particular se está convirtiendo en un destino importante, explican los gerentes de estos hoteles, en parte por su situación geográfica en el norte de España. «Yo he tenido clientes VIP que vienen desde Madrid a dejarme a los perros porque allí hace mucho calor y aquí están más fresquitos», dice Villazala, el más veterano entre los hoteles de este tipo. «Nosotros tenemos servicios de recogida, así que los vamos a buscar a casa, se quedan aquí y después los vienen a visitar si pasan algún fin de semana».

Octavio Villazala, propietario de Montegatto, con varios perros. |  Casteleiro/Roller Agencia

Octavio Villazala, propietario de Montegatto, con varios perros. / Casteleiro/Roller Agencia

Otra de las explicaciones que dan para que los clientes cada vez sean más diversos es que los alojamientos caninos de la zona coruñesa tienen precios más bajos que los de las grandes capitales. «Hay gente que viene de Madrid y viaja con el perro para dejarlo aquí porque le sale más barato incluso que los hoteles de allí. Por otra parte tienen el plus de que si están de vacaciones, pues ellos están en sus hoteles y si tienen al perro aquí cerca, en cualquier momento pueden venir a visitarlo», explica Lucía Bautista, de O Lar do Can, un alojamiento situado en Oleiros. Romay achaca el alza en estos alojamientos a que cada vez son menos las casas vacacionales que dejan entrar a los canes, y que, igualmente, a la hora de dejarle a un amigo la mascota, vivir de alquiler lo hace más complicado. «No todas las casas pueden acoger a perritos», dice la de Mi Segunda Caseta.

Cada vez más independientes

Lucía Bautista, gerente de O Lar do Can, con uno de los perros alojados en el hotel canino de Oleiros, en una de las habitaciones. |  Casteleiro/Roller Agencia

Lucía Bautista, gerente de O Lar do Can, con uno de los perros alojados en el hotel canino de Oleiros, en una de las habitaciones. / Casteleiro/Roller Agencia

La tendencia a dejar a las mascotas en estos servicios profesionalizados es cada vez más común. Romay lo achaca a una sociedad cada vez más independiente como la causa. «Prefieren no recurrir a otras personas porque es un compromiso, por si pasa cualquier cosa, o adquieren favores que no quieren. La gente se siente más independiente dejándolos en un hotel», explica. Aún así, otro gran factor es la raza y el tamaño del perro. «No es lo mismo un caniche que un pastor alemán. Para cuidar a razas tan grandes de perro necesitas algún tipo de entrenamiento». Desde O Lar do Can señalan esta explosión de popularidad a que antes no existía esta posibilidad. «No tenían este servicio a mano. Siempre buscaban a un vecino, un amigo, un familiar que le pidiera el perro. Ahora por no deber favores o por miedo, porque si pasa cualquier cosa con el perro también es una responsabilidad y como no se tenga un poco de conocimientos puedes meter en apuros al amigo con el que dejas al perro», explica.

Desde Montegatto también apuntan a que cada vez hay más «perrhijos», mascotas que se convierten en un miembro tan querido de la familia como cualquier hijo cuando estos se van del nido. «Cada día la gente exige más, porque al ir evolucionando en la parte emocional, el perro forma parte ya de nuestra familia», dice Villazala. Ante este cambio de actitud los propietarios buscan los mejores servicios para ellos, y buscan no solo que tengan veterinario en la plantilla, sino también peluqueros, adiestradores y educadores para que estén lo más cómodos posibles.

Las residencias de la zona de A Coruña tienen también la ventaja de tener grandes superficies en las que alojar a las mascotas. Casi todas se encuentran en la zona del área metropolitana, en los municipios de Oza-Cesuras, Culleredo u Oleiros, y cuentan con grandes jardines para que perros de todos los tamaños puedan estar cómodos con otros compañeros de juego de los hoteles.

Dos canes, en una de los patios de juego de la residencia canina Montegatto, en Oza dos Ríos. |  Casteleiro/Roller Agencia

Dos canes, en una de los patios de juego de la residencia canina Montegatto, en Oza dos Ríos. / Casteleiro/Roller Agencia

En Montegatto cuentan con más de 50.000 metros cuadrados de parques, arboledas, piscina, spa, y actividades para perros de todas las razas. «Tenemos servicio de veterinario, de videovigilancia, podemos ver desde la oficina de control lo que ocurre en las habitaciones», afirma Villazala. En Mi Segunda Caseta también cuenta con más de 5.000 metros cuadrados, incluyendo varios patios cubiertos y parques. Todos los establecimientos contactados cuentan con al menos tres adiestradores o cuidadores con licencia en el equipo, además de profesionales sanitarios especializados.

La residencia de Montegatto es la más antigua de la zona, con más de diez años de experiencia y también de las más grandes de la zona, con capacidad para albergar a 150 animales, mientras que en O Lar do Can o Mi Segunda Caseta, sitúan sus cifras en las 15 y 60 plazas, respectivamente, aunque dicen que la ocupación puede fluctuar cuando los clientes llegan con varios perros de la misma familia y que pueden alojarse en habitaciones dobles o triples. El negocio, sin embargo, parece estar expandiéndose. Tanto Montegatto como O Lar do Can afirman que están en pleno proceso de ampliación para añadir más plazas. En el caso de O Lar do Can la operación extendería hasta las 50, mientras que en el hotel de Oza dos Ríos se quieren añadir 20 plazas más. «Nosotros ahora mismo estamos llenísimos, cubiertos completamente», dice Bautista. «Nos faltan las últimas aprobaciones de la Xunta y esperamos que para verano ya podemos contar con las 50 plazas en total».

La expansión de este modelo de negocio, sin embargo, preocupa a algunos de los gerentes por la proliferación de malos actores. Romay indica que hay ya varios clientes que se han mostrado inseguros y que le han dicho de lugares que trabajan sin licencias o personal cualificado en el adiestramiento o el cuidado de canes. «Mucha gente se cree que están llevando a los perros a sitios serios, legales, pero no es así. Pasa cualquier cosa y no hay un seguro que responda y no hay nada. Los clientes miran el precio directamente para elegir, así que no nos enteramos de lo que hay por ahí», afirma Romay.

Casi siempre los dueños de mascotas, sobre todo nuevos, acaban teniendo que fiarse del boca a boca. En el hotel de Villazala, casi todos los huéspedes vienen recomendados y algunos son recurrentes desde hace años, por lo que no tienen ese nivel de desconfianza. «Nosotros llevamos aquí 30 años, los clientes vienen de generación en generación, recomendados por vecinos. Aquí la gente viene con los ojos tapados y sabiendo que el perro va a estar perfectamente. A veces hay algún dueño que sale con la lagrimita, pero no porque crea que el perro vaya a estar mal».

«Una plaza puede rondar los 20 o los 30 euros por noche»

La popularidad de los hoteles caninos en A Coruña nace también, aseguran sus promotores, de que los precios son más bajos que en las grandes ciudades. «Sin entrar en muchos detalles, en A Coruña una plaza en un hotel canino puede rondar los 20 o 30 euros por noche», explica Adela Romay, propietaria de Mi Segunda Caseta.

En Madrid las opciones, aunque más variadas, son algo más caras, llegando a alcanzar en temporada alta los 45 euros por día. Incluso en otros lugares de Galicia, como Santiago de Compostela o en la zona de las Rías Baixas, las tarifas son superiores a las que hay en A Coruña. Traer a los perros hasta aquí compensa durante las vacaciones porque varios de estos hoteles flexibilizan las tarifas cuando se trata de las estancias largas propias del verano, de 15 días o un mes. «Ahí cobramos algo menos cuando se quedan tanto tiempo, rebajamos la tarifa unos cinco euros por día», dice Octavio Villazala, de la residencia canina Montegatto.

De la docena de residencias caninas de la comarca de A Coruña casi ninguna baja de esos 20 euros por noche, aunque en los servicios para guardería que ofrecen algunas tarifas bajan hasta los 15 o 16 euros. En los servicios ofertados se incluyen, además de la habitación, comida y agua, veterinarios y adiestradores.

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