Os Rosales, un barrio a punto de ver su final tres décadas después

El gran barrio del boom inmobiliario de los noventa en A Coruña está a punto de ser completado. El proyecto que comenzó hace más de 30 años apunta a su remate final con las obras de su eterno esqueleto y 58 apartamentos de promoción pública construidos por el Gobierno gallego. Con la edificación de esta parcela, Os Rosales terminará los pétalos de su rosa.

El Consello de la Xunta dio luz verde este lunes a la licitación de la redacción del proyecto para levantar hasta 58 pisos, garajes y trasteros en los terrenos cedidos hace poco más de dos semanas por el Ayuntamiento de A Coruña. La Sociedade de Vivenda Pública de Galicia (Vipugal) licitará este contrato por 472.000 euros, tras el cual las empresas adjudicatarias tendrán cinco meses para la elaboración de los proyectos.

La Xunta encarga el primer proyecto para construir 58 pisos en suelo municipal en Os Rosales

Este es el primer paso para levantar viviendas en las tres parcelas municipales transferidas al Gobierno gallego, que incluyen una en Rey Abdullah y Pedro Fernández. En total, se busca edificar en los suelos cedidos un centenar de viviendas aunque la Consellería de Vivenda todavía no ha determinado si las de Os Rosales van a ser de compraventa o se destinarán al alquiler, un porcentaje de los cuales irá destinado a jóvenes, según indicó la conselleira María Martínez Allegue. Estos se suman al proyecto de interés autonómico en Monte Mero, donde se planean 4.310 viviendas. Con los pisos de Os Rosales se terminará la larga construcción del gran barrio de los años 90 de la ciudad.

La historia de Os Rosales comienza en 1993, cuando se colocó la primera piedra por el entonces alcalde de la ciudad, Francisco Vázquez, junto con el promotor urbanístico José Souto Meizoso. La previsión del proyecto de este barrio contaba con levantar hasta 4.500 apartamentos, una miniciudad que buscaba albergar hasta 16.000 de las personas jóvenes que se habían mudado al municipio. La primera calle en construirse fue la calle Manuel Azaña, el tallo de la rosa que une la Ronda de Outeiro con la plaza Elíptica. Esta, en el centro, actúa como el foco de la rosa, de donde salen los bloques de edificio que simulan esos pétalos.

Esta es la reserva para jóvenes de los pisos que la Xunta construirá en las fincas cedidas por el Concello de A Coruña

Desde entonces el barrio ha vivido todo tipo de transformaciones, como la construcción del centro comercial, el ambulatorio y el centro cívico. Es un barrio que también ha sido protagonista de planes como el Bosque das Illas, ideado por el ejecutivo local de Marea para crear un parque de 84.000 metros cuadrados en la contorna del barrio que lo uniese al monte San Pedro. El proyecto contaba con un presupuesto de 1,7 millones de euros para crear la tercera zona verde más grande de la ciudad.

La única pieza, además de la parcela 5D, que falta para completar este puzzle es la del conocido esqueleto, el número 50 de la calle Emilio González López. Un fantasma de la crisis de la burbuja inmobiliaria comenzó a construirse en 2008, cuando también tuvo que frenar las obras. La licencia de construcción caducó en 2018, dejando en el barrio la estructura básica del inmueble. Después de varios vaivenes judiciales el nuevo permiso tuvo que adaptarse al plan general actualizado, lo que obliga a modificar sustancialmente la idea inicial.

Los nuevos constructores tendrán que demoler parte de la octava planta, el forjado de la cubierta y las entreplantas. La nueva licencia, que el Ayuntamiento concedió en julio de 2024, obligará también a construir una nueva placa de cubierta y a ampliar los forjados de todas las plantas hacia el patio.

La intervención se hará de la mano de la promotora Desarrolla y cuenta con un presupuesto de 2,9 millones y un plazo de ejecución de 36 meses. El inmueble, en forma de L, contará con 64 viviendas, otros tantos trasteros y 67 plazas de garaje.