La artista rusa afincada en A Coruña que explora el cuerpo femenino

Ida Maslenko presenta su primera exposición, en Monty Ambigú, en la calle Emilia Pardo Bazán

Ida Maslenko, con obras de su exposición ‘Entre nosotras’. |  Casteleiro/Roller Agencia

Ida Maslenko, con obras de su exposición ‘Entre nosotras’. | Casteleiro/Roller Agencia

A Coruña

Ida Maslenko llegó hace diez años a A Coruña desde San Petersburgo y ahora se convierte en una más de los artistas que habitan sus calles. Maslenko presenta en el Bar Monty (Emilia Pardo Bazán, 30) sus primeras obras en la exposición Entre nosotras, una muestra en la que explora el cuerpo femenino.

La rusa conoció por primera vez la ciudad cuando llegó para realizar un curso en la Universidade da Coruña y se acabó quedando por amor: «Mientras estaba aquí haciendo el curso conocí a un chico, que resultó ser mi futuro marido. Volví unos seis meses a San Petersburgo después de terminar el curso pero en seis meses me volví». Maslenko dice haberse enamorado de la ciudad desde el primer momento. «Es una sensación súper rara, nunca me he sentido así en ningún lugar al que he viajado. Cuando llegué la sentí como si fuera mi casa, sin hablar el idioma, sin saber nada ni conocer a nadie de la ciudad. Fue como si esta ciudad fuese mi alma gemela».

Después de varios años trabajando como informática e intentando compaginarla con la parte más artística de su vida, enseña sus cuadros al público hasta este martes, 20 de mayo. La colección se centra en el cuerpo femenino, su relación con la belleza y los cuidados cotidianos. «Cada artista lo que hace es describir un poco su historia personal. Esta es un poco mi historia también. Siendo mujer da la impresión de que tienes que ser perfecta, tener muchas responsabilidades y cuidar la imagen. Y no es fácil», dice. «Nunca acababa de encontrar el equilibrio o la paz dentro de mí cuando me pasaban cosas con mi cuerpo. Fue un poco el motivo de empezar a desarrollar este tema y de enseñar que al final el cuerpo cambia, que es normal y esto puede ser bonito».

La artista admite que nada de esto hubiese sido posible sin haber estado en A Coruña: «Todas las condiciones que yo tuve aquí, siendo esta una ciudad bastante cultural, muy abierta, que aquí tengo muchos amigos, que encontré el amor de mi vida... todo eso me ayudó a llegar a este proyecto».

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