De Teixeiro a ‘La Revuelta’

Internos e internas de los módulos de respeto de Teixeiro asisten a talleres formativos con los que adquieren habilidades para su vuelta a la libertad. Esta semana enviaron un regalo hecho en prisión a ‘La Revuelta’

Internos, durante una sesión del taller de pintura.

Internos, durante una sesión del taller de pintura. / Casteleiro/Roller Agencia

A Coruña

«Desde el Módulo 1 del centro penitenciario de Teixeiro queríamos agradecerle a [David] Broncano y a su equipo su gran programa». Así empieza la carta que internos e internas de la prisión coruñesa enviaron al programa de Televisión Española La Revuelta que, en este módulo mixto y de respeto, ven «todos los días» porque les proporciona «risas y buenos momentos».

Para que el regalo fuese mutuo, le hicieron llegar el símbolo del programa realizado en el taller ocupacional de hilos y dibujo y unas pulseras con el nombre del módulo, Nelson Mandela. «Mandamos un abrazo a la gente de la cárcel de A Coruña», contestó el presentador, al acabar de leer su carta y saber que también desde prisión ven La Revuelta.

«Los talleres ocupacionales forman parte de la actividad diaria de los módulos de respeto, lo que pretenden es una ocupación plena del tiempo pero también retomar hábitos, rutinas y adquirir responsabilidades», explica la subdirectora de tratamiento de Teixeiro, Nadia Arias. Y es que estos talleres, coordinados por el equipo técnico de la prisión, forman parte de la preparación de las personas internas para volver a vivir en libertad.

«Se trabaja en equipo, se potencia la iniciativa, la toma de decisiones, el autocontrol... Es un entrenamiento transversal que favorece la adquisición de habilidades necesarias tanto para buscar un empleo como para conservarlo», relata Arias. Prueba de esa iniciativa que los internos han ido trabajando está la carta que decidieron hacer llegar al programa que, noche tras noche, les arranca una sonrisa y les saca de su rutina diaria. Algunos de estos talleres ocupacionales surgen porque los propios internos e internas proponen al equipo técnico organizar un taller sobre una actividad que dominan para que la aprenda el resto, por ejemplo, trabajar el cuero, coser a máquina, hacer patronaje, cestería o papiroflexia. Es un conocimiento que va pasando de unos internos a otros y que va evolucionando con las personas que lo atesoran.

«Pueden hacer regalos para sus familias y eso es algo positivo porque muestran que se están recuperando y que están cambiando y que han conseguido adquirir habilidades que pueden mostrar y eso es importante en su proceso de preparación para la vida en libertad», concluye Arias.

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