Despedida una auxiliar de una clínica de A Coruña que falsificó recetas con el sello de su jefa: «es una falta muy grave»

La mujer, trabajadora en un establecimiento del paseo de Ronda, también simuló la firma de la doctora que la empleaba y provocó que hubiese una investigación contra ella

Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. / Carlos Pardellas

A Coruña

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) acaba de confirmar el despido de una auxiliar de clínica de A Coruña que, sin el conocimiento de la médico que la empleaba, usó el sello de la doctora para falsificar recetas que entregó a otra mujer. La empleada afirmó que el despido era improcedente y que su jefa debía pagarle 75.000 euros por vulnerar su derecho al honor, pero el Superior confirma que sus actos justifican el despido disciplinario (que no conlleva indemnización), a mayores de las consecuencias que puedan tener a nivel penal.

Según los hechos que el tribunal considera probados, la despedida trabajaba desde 2016 en una clínica privada del paseo de Ronda, junto a la Ciudad Jardín. Una mujer a la que atendió le pidió que le hiciese recetas de un medicamento, Hemicraneal 10, un preparado contra la migraña, «con fechas diferentes y varias porque debía alguna en las farmacias». La auxiliar, «sin consultarlo con la doctora y sin que la mujer hubiese sido atendida previamente por aquella», cogió recetas impresas de un PDF enviado por el Colexio Oficial de Médicos y rellenó cuatro a nombre de la doctora, con fechas entre enero y febrero de 2024. Siempre sin hablar con su jefa, la trabajadora cubrió la prescripción, el nombre de la paciente, estampó el sello de su empleadora y «firmó cada una de las recetas».

Pero la Xunta detectó los documentos falsos. La jefa del servicio de Inspección de Servicios Sanitarios de la Jefatura Territorial de la Consellería de Sanidade escribió al Colexio Oficial de Médicos da Coruña por la «supuesta prescripción farmacéutica irregular», que estaba a nombre de la empleadora. En mayo, el Colexio mandó una comunicación a la doctora, pidiéndole que explicase cuál era su versión de los hechos para que se estudiase en el pleno de su junta directiva.

Según queda acreditado, la doctora escribió a la trabajadora diciéndole que tenía que hablar con ella, y la conminó a que escribiese una carta admitiendo que había realizado la firma de las recetas. También indicaba que la empleada disponía de su cuño «para hacer gestiones», pero que en anteriores ocasiones «me has dado a firmar todos los documentos y todas las cosas en las que figura mi nombre». La trabajadora le contestó que había puesto el asunto en manos de un abogado, y la empleadora, tras darle algunos días de ausencia remunerada para investigar que hubiese cometido una «falta grave», a «petición de la inspección de farmacia del Sergas», la despidió por causas disciplinarias. A mayores, la doctora presentó una denuncia ante la Policía Nacional, que llevó a que se abriesen diligencias previas en el Juzgado de Instrucción nº 7.

La mujer, cuya versión es que la doctora la había autorizado a firmar las recetas, demandó a su antigua empleadora, pero el Juzgado de lo Social nº 6 sentenció que el despido había sido procedente. Indicó que «en alguna ocasión anteriores a estos hechos la trabajadora rellenó algunas recetas que tenía ya impresas» y «hacía uso del cuño para estamparlo en los justificantes de asistencia o petición de pruebas», pero que no ha quedado acreditado que la doctora le diese autorización para estamparlo «sin supervisión o para firmar las recetas simulando su firma». Aunque la despedida recurrió, el Superior desestima sus argumentos y confirma la sentencia, afirmando que la mujer cometió una «falta muy grave de fraude».

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