La hostelería de barrio se extiende por la ciudad

El precio de los alquileres en A Coruña afecta también a los locales comerciales. Esto imposibilita que muchos emprendedores puedan iniciar su negocio en las zonas más céntricas de la ciudad. Los barrios se convierten así en una alternativa en la que algunos negocios hosteleros han cosechado un gran éxito que ahora les permite expandirse por la ciudad. «Solo teníamos el dinero del paro para empezar. No nos salió barato, pero vimos la oportunidad», cuenta la venezolana Marialis Bracamonte, propietaria de Takontento junto a su pareja, el colombiano Cristian Zapata, negocio que empezó en el barrio de Os Mallos.

Algunas personas les decían que el barrio tenía «mala fama», pero la hostelera considera que «no importa el sitio, sino como lo hagas». En un zona de pulpeiras, una taquería podía resultar extraña, pero «el barrio nos dio la confianza, nos empezó a apoyar», cuenta la venezolana, que se muestra muy agradecida con los vecinos de la zona. Os Mallos destaca, además, por ser un barrio multicultural, aunque los emigrantes que viven en la zona «están muy adaptados a la cultura gallega», apunta Evelin. «Tenemos clientes de todas partes, gente de clase obrera que apoya directamente el barrio y sus negocios», añade.

Su buen hacer le permitió abrir otro local en Cuatro Caminos y el último, en la calle de la Estrella. La hostelera considera que la mejor forma de trabajar es «empezar en un buen barrio, conocer a la clientela y cuando ya tienes un camino recorrido puedes expandirte a zonas como el centro».

En Os Mallos también nació Buen Rollo, un negocio de rollos de canela fundado por los también venezolanos Génesis Medina y Fabián Álvarez. «Nosotros traíamos un producto diferente que casi no había en A Coruña. En esa zona además está cerca el Chaflán o las estaciones de tren y de bus», destaca el hostelero. Nunca pensaron en abrir en el centro, porque empezaron de forma humilde, aunque el boca a boca los catapultó: «Se lo debemos todo a los vecinos de Os Mallos, que fueron los que nos apoyaron». Esto los ha llevado a poder abrir próximamente un nuevo negocio en la calle Real que convivirá con el original: «Encontramos un local muy pequeño con un precio por debajo de la zona para poner un despacho».

Otro barrio que está viviendo un buen momento hostelero es Os Castros. Allí nació en 2022 otro negocio con sabor venezolano, Arte Cachito. El croata Antonio Poth y la venezolana Evelin Lezama elaboran este producto típico que les da nombre: «En la zona de A Gaiteira hay muchos locales nuevos y aquí es más económico abrir», recuerda la hostelera. Sus cachitos conquistan a los muchos latinos del barrio y también a los gallegos: «Hay de chicharrones y queso de Arzúa que les encanta».

Aunque pensaron en abrir algo en el centro, los precios «son muy caros», y por ello han decido expandirse a otro barrio similar, Agra do Orzán, con su sobrina Vanessa del Valle al frente: «Preferimos ir poco a poco y con pies de plomo. Si surge la oportunidad ya abriremos en el centro o fuera de la ciudad».

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