Intrahistoria de un temporal universitario: "Tendríamos que haber pedido Medicina antes"
LA OPINIÓN accede al contenido de la reunión en la que Ricardo Cao comunica al Consello de Goberno de la Universidade da Coruña su intención de implantar Medicina. Una larga conversación en la que todos los intervinientes refrendaron su apoyo sin fisuras a la pretensión, que, como muchos señalaron, se remonta más de tres décadas atrás

Reunión del Consello de Goberno de la Universidade da Coruña, este miércoles. | LOC | | XOÁN ÁLVAREZ
Era miércoles por la mañana, y lo que se preveía como una reunión al uso del Consello de Goberno en la Universidade da Coruña estaba a punto de desatar un temporal en el panorama académico, político y social de Galicia. A las 12.30 horas estaba convocada, en el mismo edificio del Rectorado en el que se celebraba la reunión del pleno, una rueda de prensa en la que el rector, Ricardo Cao, iba a hacer un anuncio que sorprendía a lo largo y ancho del país: la Universidade da Coruña recuperaba su histórica aspiración de implantar el título de Medicina. Y lo hacía con la vista puesta en 2027.
Antes de la presentación ante la prensa, Ricardo Cao pudo ensayar, de alguna manera, lo que iba a decir a los medios ante los integrantes del Consello de Goberno. Una sesión a la que ha tenido acceso LA OPINIÓN y en la que todos los miembros del pleno que pidieron hacer uso de la palabra, tras el anuncio del rector, lo hicieron para explicitar su respaldo firme a la iniciativa y para dejar constancia de cuán larga ha sido la aspiración, que se remonta a los albores de la propia institución académica.
Allí, Cao glosó los mismos motivos que hoy conocemos de memoria: que el pacto por la descentralización de la docencia clínica no se estaba cumpliendo satisfactoriamente, que la Universidade da Coruña tiene los mimbres para ofrecer un proyecto de calidad y que modernice la oferta actual, y sobre todo, la que fue la «línea roja» para el rector: las dos plazas que la Universidade de Santiago convocó en el Chuac, pero adscritas a la universidad compostelana. Para Cao, un gesto de «nula lealtad» y que hacía «saltar por los aires» todos los consensos. Así se lo había trasladado días antes a la Xunta, que, defendió, conocía sus intenciones.
No es habitual que a un punto del orden del día de informes monográfico como el que se estaba tratando en la reunión le siga turno de intervenciones, pero, dada la excepcionalidad del caso, el rector invitó a intervenir a quien quisiera hacer uso de la palabra. En seguida se alzaron varias manos. La primera fue la de la actual vicedecana de la facultad de Ciencias de la Salud, que actualmente alberga el grado en Terapia Ocupacional y varios másters del ramo, Adriana Ávila, que añadió un argumentó más a la larga lista desgranada por el rector. «Nosotros éramos Escuela Universitaria, y pasamos a ser Facultad de Ciencias de la Salud en el año 2000, con la idea de poder tener estudios en Medicina en la UDC. El interés siempre fue tenerla aquí», recordó Ávila, que señaló también que los planes, al final, tiraron por otros derroteros. «Se llegó al acuerdo de poder ir haciendo la implementación, y que los profesores fueran acreditándose y trabajando en el Chuac», incidió.
«Si no se pidió antes fue porque se intentó hasta la extenuación esa colaboración»
Un acuerdo que, a la vista de las informaciones de estos días, se fue deteriorando hasta romperse con la convocatoria de las dos plazas adscritas a la USC. «Es muy importante tener esa posición de pedir Medicina. Desconozco si llegará a buen término, pero podemos y estamos en condiciones de dar la mejor calidad con los profesores que se tienen. Por ese contexto histórico en el que he participado, por parte de los compañeros médicos hay esa solicitud».
Un sentir que reafirmó más tarde, en representación del Claustro, el profesor de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial Enrique Fernández, que ejemplificó la antigüedad de la reclamación en su propio entorno: «En mi grupo de investigación hay varias personas que sufrieron ese proceso, alguno lleva más de 30 años queriendo traerla», aseguró. Sobre la legitimidad para exigirla, una puntualización: no es la primera vez que Santiago no cumple lo convenido. «Cuando era vicerrector se negoció para que Santiago abriera Informática y A Coruña tuviera Medicina. Santiago tiene Informática, la de Medicina aquí no la veo», ironizó.
«La idea en 2000 era que hubiera estudios en Medicina en la facultad de Ciencias de la Salud»
La intervención de Daniel Torrecilla, doctor en Medicina Molecular que desarrolló sus estudios en la USC, dejó claro hasta qué punto llegó a verse como una posibilidad real que la institución coruñesa incorporase el título a su oferta. «He estado vinculado muchos años a Medicina en la USC, y apoyo totalmente pedir la titulación, lo he vivido en mis carnes. Volví aquí porque en aquel momento se pensaba que se iba a crear esa titulación», reconoció.
«En su día se negoció para que Santiago abriese Informática y A Coruña, Medicina»
En la reunión estaba también Gonzalo Ortiz, en su día director general de la Cámara de Comercio de A Coruña y hoy representante del Consello Social designado por la Xunta para integrar el órgano de gobierno de la UDC. También él instó a hacer memoria sobre la larga aspiración, a la que manifestó su apoyo sin fisuras. «He vivido los antecedentes con Castro Beiras, Salorio y Romay Beccaría. Hubo muchas reuniones con la intencionalidad de que A Coruña tuviese facultad de Medicina acompasada por su potencial práctico de su hospital», relató Ortiz, que no dudó en afear la «deslealtad» de la comisión mixta integrada por la USC y el Sergas al aprobar esas plazas. Después de aseverar que la búsqueda del título para la oferta coruñesa está «más justificada que nunca», Ortiz pronunció la frase que ha sido titular en este y otros diarios estos días, y en la que muchos ven la razón velada de reactivar la aspiración. «A Coruña va a tener facultad de Medicina, y si no es pública, será privada».
«Volví a la UDC porque en aquel momento pensaba que se iba a crear esta titulación»
Cuándo, dónde, con qué medios
Fue el decano de la Facultad de Ciencias, Andrés Martínez, el que bajó la conversación a lo material, y traer a la sala la «espada de Damocles» del proyecto: el capítulo I, sobre la creación de las plazas necesarias para impartir la docencia. También la incógnita sobre el edificio que pudiese ejercer como la ansiada facultad, y, sobre todo, un punto que seguramente sobrevolaba ya en el ambiente y que se materializó con el anuncio público de Cao: «Medicina es el gran pilar de la USC». Un pilar del que, advirtió, a los compostelanos les será difícil ya no solo desprenderse, sino abrir la puerta a una alternativa en la misma comunidad. O, como avanzó, incluso a dos. «Supongo que Vigo pedirá también su facultad de Medicina. La decisión política va a ser difícil», alertó. Y acertó: el alcalde de la ciudad olívica, Abel Caballero, exigió al momento la titulación para Vigo si la Xunta se la concedía a A Coruña.
En ese momento de la sesión retomó la palabra el rector, para hacer una necesaria matización: en todo momento se habla de título, no de facultad; unos estudios que podrían encontrar cobijo en Ciencias de la Salud, en el campus de Oza, tal y como sugirió al inicio su vicedecana. En cuanto a la creación de nuevas plazas, estas irán «indisolublemente ligadas a las necesidades docentes».
«Hay un estudiantado deseoso de estudiar Medicina que paga matrículas en la privada »
En cuanto a los medios disponibles hubo poca duda en la sala ante la disponibilidad de un edificio pensado para tal fin, un hospital de referencia en la misma ciudad y un músculo investigador de gran potencia tecnológica que podría canalizarse no solo a impartir docencia médica, sino a modernizarla. «Podemos crear una titulación de Medicina con una orientación más moderna que la que se imparte en la USC. Tenemos el apoyo del desarrollo de tecnologías de la Información y la Documentación y de la ingeniería biomédica», comentó el hasta el jueves director del departamento de Matemáticas, Carlos Vázquez Cendón, si bien manifestó alinearse con algunas de las preocupaciones, como el momento elegido, el lugar para desarrollarla o la sombra de iniciativas privadas, pero animó a «dar el paso y después capear el temporal».
«La decisión no solo es correcta, sino que es ineludible, cuenta con toda mi colaboración»
El clima de consenso y apoyo en el órgano de Gobierno de la Universidade en torno a la pertinencia del paso que Ricardo Cao estaba a punto de dar ante los medios lo evidenció la intervención del profesor Fermín Navarrina, que un año atrás se había enfrentado a Ricardo Cao en la carrera al rectorado, y una voz crítica en la institución coruñesa con la acción de gobierno de la candidatura a la que Cao representa, Nova Luce. En este caso, también se alineó con quien fuera su contrincante. «Creo que la decisión no es solo correcta, sino ineludible. Cuenta con toda la colaboración que yo humildemente pueda proporcionar», aseveró. Como Vázquez Cendón, Navarrina apeló a la oportunidad que brindaría el título para impulsar una titulación que combine la docencia tradicional con «formación complementaria aportada por ámbitos científicos», lo que conferiría un «sello especial» al título y lo elevaría a algo más que una «simple repetición» de la docencia impartida en la vecina Santiago. Con todo, para Navarrina la preocupación es otra, contra la que previno a Cao: que la implantación no se realice «menoscabando» las otras disciplinas de Ciencias de la Salud de las que ya se dispone.
«Deberíamos haber pedido Medicina antes, no por una deslealtad de la USC»
«Esto no es una pataleta»
Aunque Ricardo Cao atribuyó la determinación de solicitar el título a una «profunda reflexión» y proceso de contactos dentro y fuera de la Universidade, no ocultó que la convocatoria de plazas en el Chuac adscritas a la USC actuó como detonante para iniciar los trámites pertinentes. Curiosamente, el mismo movimiento de la USC originó en el pasado un desencuentro diplomático entre las dos universidades que llegó a judicializarse. En 2009, el entonces rector coruñés, José Manuel Barja, presentó un recurso contencioso administrativo contra la USC para paralizar la convocatoria de plazas docentes en el Chuac. Una demanda que retiró con la firma de un protocolo que especificaba que los profesores dependerían de la Universidad a la que pertenezca el hospital donde impartan docencia: esto es, para la Universidad da Coruña, el Hospital de A Coruña.
En un momento de la asamblea, el representante del Personal de Administración y Servicios (PAS), Javier López, escenificó su malestar por las maniobras desleales entre universidades públicas del sistema gallego. «Es lamentable que haya tres universidades peleando y haciendo trampas entre ellas. Es penoso escuchar eso a cualquiera que intente defender el sistema público, y resulta que el sistema público anda a navajazos», criticó López, que manifestó su preocupación por la posibilidad de que la intención de solicitar formalmente Medicina para la UDC pudiese beber de «una rabieta». «Deberíamos haberla pedido antes, no por una deslealtad. Hay que dar un salto, hay que lanzarse. ¿Por qué no se pidió antes si nos parece a todos bien?», inquirió López, que hizo referencia al que fue uno de los grandes voceros de la pretensión: José Luis Meilán, rector de la UDC desde 1990, como el primero que reclamó el título ante la Consellería. «Me gusta pensar que el proyecto es bueno en si mismo, no por una deslealtad. Si es bueno, hay que tirar para adelante», instó.
Unas preocupaciones que se apresuró a disipar Cao. «Esto no es fruto de una pataleta. Otra cosa es que no sea bueno que haya deslealtades. Si no se pidió antes fue porque se intentó hasta la extenuación la colaboración entre las tres universidades gracias a un valioso acuerdo», que, para el rector, se fue cumpliendo cada vez menos hasta el escenario actual, con una «voluntad inequívoca de no cumplir en absoluto».
El último en pedir la palabra, tras escuchar las intervenciones de los presentes, fue José Luis Calvo-Rolle, que, no sin manifestar, como el resto, su apoyo explícito a la iniciativa y tender la mano en «todo lo que podamos ayudar», dejó una conclusión profética, que cristalizaría como una realidad pocas horas después: «Mucha fuerza y ánimo. No va a ser fácil».
Antes de pasar al siguiente asunto —la declaración institucional en rechazo a la universidad privada, que inevitablemente tomaba un cariz diferente tras todo lo que se acababa de exponer— hubo tiempo para una última intervención de Gonzalo Ortiz, que insistió en la pertinencia de la petición. «Por el hecho de que no se haya pedido antes, ¿no la vamos a pedir nunca? Es el momento, la sociedad está preparada, y hay un estudiantado deseoso de realizar estudios de Medicina cuyos padres se sacrifican en pagar matrículas en las privadas», reivindicó.
Al fin y al cabo, señaló, con muchos menos mimbres se levantó la Universidade en su génesis. «En el año 72 a alguien se le ocurrió que A Coruña debía tener estudios propios de Empresariales y Económicas», y, ante las dificultades financieras iniciales, «dimos clase en barracones». Todo cambió, prosiguió, con la llegada de Fernando González Laxe a la Xunta y su decidido espaldarazo a la institución académica. «Hagamos como Apple, soñemos en simple, serios pero con objetivos claros».
La Xunta reitera su oposición a las «decisiones unilaterales»
El conselleiro de Educación, Ciencia, Universidades y FP, Román Rodríguez, volvió a referirse a la intención de la UDC de implantar el grado en Medicina; una intención que, por el momento, no cuenta con el plácet de la Xunta. «Creo que una cuestión tan relevante como esta tiene un marco de debate donde hay varios agentes implicados, hay cuatro o cinco actores con una visión de cómo tiene que ser todo este proceso y otro con una visión diferente. A partir de ahí, no es el marco adecuado tomar decisiones de forma unilateral», defendió.
Consultado sobre el hecho de que el Ayuntamiento de Vigo también se suma la esa petición y que lo llevará a pleno, el responsable de Educación incidió en que, «lo puede pedir cualquier ayuntamiento, obviamente».
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